El sector de la construcción enfrenta hoy uno de los momentos más difíciles de su historia reciente. Las expectativas de recuperación se han visto opacadas por la realidad de un mercado inmerso en una crisis de inversión y un estancamiento que afecta tanto a grandes empresas como a pequeños y medianos actores del sector.
Fuente: CChC
Columna: Alfredo Echavarría, Presidente Nacional CChC
A pesar de que durante años hemos insistido en la importancia de la construcción como motor del crecimiento económico y empleador clave, la falta de medidas claras y concretas por parte del gobierno ha generado desilusiones y un freno a los proyectos que tanto necesita el país. Mientras las ciudades siguen creciendo y el déficit habitacional aumenta, las políticas públicas en el sector continúan siendo insuficientes para enfrentar la magnitud de estos desafíos.
La Falta de Inversión y la Necesidad de Reglas Claras
La inversión en infraestructura es esencial para el desarrollo de cualquier país. Sin embargo, en Chile, el sector de la construcción ha sido severamente afectado por la falta de recursos y de un marco claro de políticas públicas. La incertidumbre regulatoria y la burocracia han hecho que muchos proyectos de infraestructura se estanquen. En los últimos años, los presupuestos destinados a infraestructura han sido recortados, lo que ha ralentizado aún más la ejecución de obras clave, afectando la calidad de vida de miles de personas y frenando el crecimiento de las ciudades.

Este estancamiento tiene un costo social y económico significativo. A pesar de la urgencia de reactivar la economía, los proyectos de infraestructura no avanzan con la rapidez necesaria para generar empleo y dinamizar el sector. Lo que se requiere hoy es un cambio radical en la forma en que el gobierno y el sector privado interactúan. El Estado debe ser un facilitador, no un obstáculo, para los proyectos de inversión. Necesitamos un marco normativo que otorgue certidumbre jurídica y que promueva la inversión en sectores clave como la infraestructura pública y la vivienda.
Desilusiones y el Desajuste en las Expectativas
El sector ha estado marcado por las expectativas incumplidas. A pesar de los esfuerzos realizados, la industria enfrenta un contexto de incertidumbre que afecta tanto la competitividad como la capacidad de los empresarios para seguir invirtiendo. El estancamiento en la construcción de viviendas, tanto sociales como privadas, y la desaceleración en los proyectos de infraestructura pública, reflejan un desajuste entre las políticas públicas y las necesidades reales de la población.
Uno de los grandes fracasos ha sido la incapacidad de resolver el déficit habitacional, a pesar de que el gobierno ha anunciado diversas iniciativas para reducir la brecha. Sin embargo, el proceso sigue siendo lento y poco eficiente. Las políticas de subsidios y la burocracia en la tramitación de permisos continúan siendo un obstáculo para que las viviendas lleguen a quienes más lo necesitan.
Todo esto agravado por el bajo crecimiento del país en la última década, la estrechez fiscal y altas tasas de interés de los últimos años.
El Futuro del Sector: Necesidad de Innovación y Compromiso
La única forma de superar la crisis que enfrenta el sector es a través de un compromiso real con la modernización del Estado y la promoción de grandes acuerdos más allá de la duración de los gobiernos. La construcción no puede seguir siendo vista únicamente como un generador de empleo, sino como una herramienta para impulsar el progreso y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Para ello, es necesario que el gobierno y el sector privado trabajen de manera conjunta en la creación de políticas públicas que fomenten la inversión, que reduzcan la burocracia y que apunten a la sostenibilidad en la construcción. Este enfoque debe ir acompañado de una inversión en infraestructura sostenible, que no solo atienda las necesidades actuales, sino que también esté alineada con las demandas futuras en términos de eficiencia energética, movilidad y conectividad.
El camino hacia la recuperación del sector es largo, pero no es imposible. Lo que se necesita es un cambio en la mentalidad, un entendimiento de que la construcción es una industria estratégica que debe ser potenciada para enfrentar los desafíos de una sociedad moderna y en crecimiento.