Conrad von Igel, gerente de Innovación y Sostenibilidad de la Cámara Chilena de la Construcción, analiza las alternativas que se abren con la implementación de innovación y tecnología en el sector. Chile aún está por detrás de otros países, pero hay compañías, grandes y pequeñas, que ya están haciendo los esfuerzos.

Fuente: La Tercera

Durante las últimas semanas hemos sido testigos de una serie de dificultades que enfrenta el sector de la construcción en el país. Algunos de estos problemas son coyunturales y específicos de las empresas afectadas, pero indudablemente, y tal como en otras partes del mundo, el sector ha enfrentado en los últimos años múltiples shocks, tales como crisis político-sociales, la pandemia del COVID-19, escasez de mano de obra, inflación y fallas en la cadena logística de materiales.

Todo esto sin duda causa problemas, pero también presenta oportunidades. En este sentido, la construcción, si bien siempre ha sido un sector más bien conservador en cuanto a la incorporación de tecnologías e innovaciones, ha comenzado a acelerar el tranco y en Chile esto no es una excepción. Hoy se nota de manera importante cómo algunos conceptos se hacen cotidianos. Ya nadie se sorprende por ejemplo, de la irrupción en el debate sobre la vivienda subsidiada de conceptos como la industrialización y de la prefabricación como tecnología que podría permitir ayudar a reducir el déficit habitacional.

Tecnología y colaboración - las claves para el futuro de la construcción

Por otro lado, ha comenzado el incremento paulatino de la presencia de los temas digitales y tecnologías de la información en general. Aumenta la penetración de BIM (Building Information Modeling), un ecosistema de procesos, sistemas y tecnologías que constituye una verdadera columna vertebral de la digitalización y oportunidades de productividad del sector. Aunque con un 30% a 40% de penetración, nuevamente estamos atrasados respecto de países como Inglaterra, donde esta plataforma ya penetró por sobre el 70% de los proyectos. En el caso de soluciones vinculadas al mundo inmobiliario y de proveedores, a su vez, se han abierto espacio tecnologías digitales transversales, como la inteligencia artificial o el blockchain.

Interesante ha sido el aumento que se observa en el mundo de las soluciones que combinan tecnologías digitales con aquellas vinculadas a hardware, como es el caso de la robótica, automatización, internet de las cosas y sensorización. En Chile, estas soluciones han encontrado un uso asociado a temas de seguridad y reducción de ruidos, entre otros. Por su naturaleza, el ritmo de adopción de estas soluciones tiende a estar vinculado al costo de la mano de obra, como también a su disponibilidad. Si Chile sigue la senda de los países desarrollados, esta tendencia se incrementará de manera muy significativa en los próximos años.

El sector de la construcción en Chile está formado principalmente por pequeñas y medianas empresas, e incluso las más grandes no son actores que controlen grandes participaciones de mercado. Además, las de mayor tamaño operan en una estructura en que muchas de las tareas son subcontratadas y la cadena de cualquier proyecto siempre incluye un sinnúmero de actores, desde los arquitectos e ingenieros de diseño hasta la ejecución de terminaciones y el ciclo comercial. Tomando esto en cuenta, probablemente la incorporación de tecnologías digitales, de baja inversión en capital, constituye una oportunidad para las pymes del sector, que pueden aumentar su productividad significativamente por esta vía. Acá vale la pena recordar, además, que el BIM es quizá un paso inicial fundamental para comenzar el proceso. Por otro lado, los actores de mayor tamaño y mandantes sin duda tienen un rol fundamental en fomentar que toda la cadena de valor se pueda subir a este carro.

Como lo hemos planteado antes, en el mundo entero la industria de la construcción es más tradicional respecto de la innovación. Si uno compara una foto de hace 100 años con una de hoy, todavía las obras son muy similares. Ahora eso comenzó a cambiar y los factores que han presionado eso son los requerimientos de sostenibilidad ambiental, la escasez de mano de obra y una serie de otras situaciones que forzaron estas transformaciones.

Los incentivos están súper claros. Si tienes escasez de mano de obra y te cuesta encontrar talento calificado, tienes dificultades para cumplir plazos o existen factores limitantes como la pandemia, cobra relevancia la incorporación de tecnología en la planificación y el diseño, la ejecución y la operación. La necesidad de aumentar la productividad para hacer frente a márgenes que se estrechan también constituye un impulso a la transformación de los procesos de las empresas. Es así como hoy surgen las soluciones tecnológicas e innovadoras de industrialización, digitalización, robótica y automatización como grandes factores que apoyan la reducción en la mano de obra y el aumento en la sostenibilidad ambiental, con una menor generación de desechos o uso de agua.

En la Cámara Chilena de la Construcción, la seguridad ha sido una máxima que hemos impulsado. Si se considera la innovación en la tecnología no como un fin en sí mismo, sino como aquello que te permite ser más sostenible en todos los sentidos -medioambiental, social, con los trabajadores y la seguridad-, entonces se está en lo correcto.

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