Innovación y Desarrollo Tecnológico
TEMAS DE INTERÉS
Una pintura polimérica porosa que refleja el 97 % de la luz solar y enfría superficies hasta 6 °C por debajo de la temperatura ambiente. Al enfriar la superficie, permite la condensación del vapor de agua del aire, recolectando hasta 390 mL/m² por día.
Investigadores australianos desarrollan pintura para tejados que refleja el 97% del sol y genera hasta 4,7 litros de agua al día
Noviembre 7 - 2025
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Fuente: EcoInventos
La tecnología desarrollada por la Universidad de Sídney y la empresa emergente Dewpoint Innovations no es solo una pintura: es una respuesta concreta a dos problemas urgentes. Por un lado, el aumento del calor urbano por superficies que absorben radiación.
Por otro, la creciente escasez de agua, incluso en zonas tradicionalmente húmedas. Este recubrimiento nanoestructurado, aplicado como una pintura convencional, actúa como una capa pasiva que refleja la radiación solar y condensa agua atmosférica sin usar energía eléctrica.
Durante las pruebas, se comprobó que reduce hasta 6 °C la temperatura interior respecto al aire exterior, una diferencia que puede marcar la diferencia en viviendas sin climatización activa. Y mientras enfría, genera agua.
En zonas urbanas densas, donde las superficies impermeables predominan, esta capacidad de recolectar agua a partir del rocío ofrece una vía adicional de abastecimiento descentralizado, sin necesidad de infraestructuras complejas.
Mucho más que una pintura blanca
La clave del material no está en un pigmento reflectante como el dióxido de titanio que se usa en pinturas comerciales, sino en su estructura interna porosa, elaborada con PVDF-HFP (fluoropolímero de alta resistencia).
Esta porosidad genera múltiples reflexiones internas que dispersan la luz solar, sin deslumbrar y sin degradarse con el tiempo. La superficie es suave, lo que permite que las gotas formadas se deslicen con facilidad hacia puntos de recolección.
Esto evita también otro problema: los materiales altamente reflectantes suelen generar deslumbramiento o se degradan rápidamente por acción del sol y la intemperie. Aquí, ni una cosa ni la otra. El recubrimiento soportó sin fallos seis meses a pleno sol en la azotea del Sydney Nanoscience Hub, en condiciones climáticas exigentes.
Agua donde no llueve
Uno de los aspectos más potentes de esta innovación es su capacidad de generar agua incluso en zonas secas. Aunque la recolección es mayor en climas húmedos, el rocío nocturno también se forma en regiones áridas, donde la humedad relativa aumenta durante la noche. En pruebas reales, más del 30 % de los días del año se logró recolectar agua sin necesidad de lluvia.
Un techo de 12 m², por ejemplo, podría captar hasta 4,7 litros de agua por día en condiciones favorables. Ampliado a un tejado típico, la cantidad cubriría necesidades básicas de agua potable para una persona, especialmente si se complementa con sistemas tradicionales de captación pluvial.
Este principio se conoce como cosecha de agua atmosférica pasiva, y aunque ya existen tecnologías similares (como condensadores solares o paneles de rocío), ninguna hasta ahora combinaba en una sola capa la protección térmica con la recolección de agua, y mucho menos con una aplicación tan sencilla como la de una pintura convencional.
Tecnología que escala y se adapta
Lejos de quedarse en el laboratorio, el equipo ha comenzado el proceso de escalado industrial, con una fórmula en desarrollo que se puede aplicar con rodillos o pulverizadores estándar. Esto permite imaginar no solo su instalación en tejados residenciales, sino también en infraestructuras rurales, escuelas aisladas, refugios temporales o invernaderos.
En un contexto global donde los sistemas centralizados de agua y electricidad enfrentan retos crecientes, soluciones descentralizadas, pasivas y de bajo coste como esta pueden ser un cambio de juego. La sencillez de su implementación es clave: no requiere bombas, filtros ni electricidad, lo que reduce barreras de entrada, especialmente en comunidades vulnerables.
Potencial
Esta tecnología puede contribuir de forma directa a los objetivos de sostenibilidad si se implementa a gran escala o en proyectos estratégicos. Algunas aplicaciones posibles:
- Reducción del efecto isla de calor urbana, al reflejar más radiación solar en zonas densamente edificadas.
- Autosuficiencia hídrica en viviendas rurales o zonas con acceso limitado a agua potable.
- Refuerzo de la seguridad hídrica en ciudades que enfrentan estrés hídrico estacional.
- Integración en proyectos de vivienda social, donde cada metro cuadrado puede aportar agua y reducir la temperatura interior sin aumentar el consumo energético.
- Uso en agricultura urbana o techos verdes, proporcionando agua para riego ligero o sistemas de enfriamiento por nebulización.
- Aplicación en refugios climáticos o centros de atención en emergencias, donde la recolección pasiva de agua puede ser vital.
Se trata de una solución sencilla pero poderosa, que apunta justo en la dirección correcta: menos consumo, más adaptación, más resiliencia. Porque los techos, si se piensan bien, pueden ser mucho más que coberturas. Pueden ser parte activa del cambio.
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