Innovación y Desarrollo Tecnológico
TEMAS DE INTERÉS
Una visión pragmática de lo que los robots de uso general pueden —y aún no pueden— hacer en el lugar de trabajo.
¿La IA incorporada creará compañeros de trabajo robóticos?
Noviembre 5 - 2025
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Fuente: McKinsey & Company
Desde la refinada diplomacia de C-3PO hasta las hazañas heroicas de R2-D2 en el campo de batalla, los robots llevan mucho tiempo cautivando nuestra imaginación. Hoy en día, lo que antes se limitaba a la ciencia ficción se está convirtiendo poco a poco en una realidad industrial. Los robots de uso general, impulsados por una IA cada vez más capaz, se están probando en almacenes, fábricas, hospitales y campos[1]. Y, a diferencia de las generaciones anteriores de robots, no solo realizan una única tarea preprogramada, sino que se adaptan a entornos dinámicos, aprenden nuevos movimientos e incluso siguen órdenes verbales.
Gran parte del interés actual se centra en los humanoides, robots que se asemejan a las personas, cuyas hazañas recientes incluyen correr maratones y dar volteretas hacia atrás. Sin embargo, los robots de uso general también se presentan en muchas otras formas, incluidos aquellos que se desplazan con cuatro patas o ruedas (Anexo 1). Pero, a medida que los ejecutivos evalúan las hojas de ruta de la automatización y la evolución de la fuerza laboral, su atención no debe centrarse en si sus robots parecen humanos, sino en si estos robots pueden adaptarse a diferentes tareas en entornos diseñados para humanos. Esta cuestión es urgente e intrigante, ya que los robots de uso general, incluidos los de la subcategoría multipropósito, pueden pasar a formar parte del equipo del lugar de trabajo: entrenados para empaquetar, recoger, levantar, inspeccionar, mover y colaborar con personas en tiempo real [2].
Pero, ¿a qué velocidad se producirá la revolución robótica? Aunque es evidente que la IA incorporada y la robótica están avanzando, sigue habiendo dudas sobre si están evolucionando con la suficiente rapidez, a un coste lo suficientemente bajo y con la fiabilidad necesaria para ofrecer un valor real a gran escala. El potencial es enorme, pero el progreso dependerá de varios avances tecnológicos convergentes, factores normativos y la preparación de las organizaciones. En lugar de apostar por el optimismo o el pesimismo, es más útil que los ejecutivos consideren las condiciones en las que la robótica de uso general podría aportar valor. Este artículo, que analiza las promesas y señala los puntos débiles, ofrece una perspectiva pragmática a los altos directivos que evalúan cuándo, dónde y cómo la robótica de uso general podría ser importante para su negocio.
¿Por qué tanto entusiasmo?
El creciente impulso de los robots de uso general es real. ¿Qué ha cambiado y por qué ahora?
Aumento de la inversión y la innovación
El sector ha experimentado una explosión de actividad. La financiación de la robótica de uso general se multiplicó por cinco entre 2022 y 2024, superando los 1000 millones de dólares en inversión anual, con empresas emergentes líderes como Figure AI, Skild AI y Agility Robotics recaudando cientos de millones de dólares. Las solicitudes de patentes también se han disparado, con un crecimiento anual compuesto del 40 % en volumen desde 2022.
Los gobiernos también se están dando cuenta. China ha designado la IA incorporada como una prioridad nacional, con un fondo de innovación de 138 000 millones de dólares.
El reciente informe de investigación del McKinsey Global Institute, Las próximas grandes áreas de competencia, identifica la IA incorporada y la robótica como una de las cinco fronteras emergentes que están dando forma a la productividad global y la infraestructura digital del futuro.
Los modelos básicos de IA como cerebro de la robótica
Al igual que los grandes modelos lingüísticos permitieron a los chatbots mantener conversaciones naturales, los modelos básicos de visión-lenguaje-acción (VLA) permiten a los robots interpretar señales visuales, seguir instrucciones verbales y ejecutar secuencias complejas. Estos modelos básicos soportan funciones robóticas clave, como la percepción, el razonamiento y la toma de decisiones. Cuando se combinan con sensores multimodales, es decir, aquellos que pueden captar y actuar sobre múltiples entradas, como el tacto y la fuerza, crean sistemas que pueden aprender observando a los seres humanos, sin necesidad de ser programados manualmente paso a paso.
Avances tecnológicos en movilidad y destreza
Los robots son ahora más ágiles, más estables y más hábiles que nunca. Muchos modelos pueden realizar tareas no estructuradas, como levantar objetos de formas irregulares. Al mismo tiempo, las mejoras en los actuadores (motores u otros dispositivos que convierten la energía almacenada en movimiento) y la computación periférica han acelerado la toma de decisiones y han aumentado constantemente la eficiencia energética.
Compatibilidad con espacios centrados en el ser humano
Los robots humanoides no solo son fotogénicos, sino también prácticos. Pueden maniobrar en espacios diseñados para personas, incluidos aquellos que implican desplazarse por pasillos estrechos, girar pomos de puertas, utilizar herramientas y recoger objetos de estanterías. Aunque no todos los casos de uso requieren un robot bípedo, la capacidad de los robots humanoides para desplazarse por entornos humanos, sin necesidad de rediseñar el espacio de trabajo, es una ventaja real.
Mayor énfasis en la seguridad y la colaboración
Los cobots, robots diseñados para trabajar de forma segura junto a las personas, son cada vez más inteligentes y seguros. Los riesgos se han reducido gracias a la mejora de la fusión de sensores (por ejemplo, la combinación de visión, sonido y tacto), a mejores modelos de percepción y a límites de fuerza programables que indican a los robots cuándo deben ejercer menos presión de lo habitual. Robots como Digit, de Agility Robotics, ya están funcionando de forma segura en centros logísticos (véase el recuadro «Una gran variedad de funciones robóticas»).
¿Cuáles son los retos?
A pesar de los recientes avances, los robots de uso general aún no son «plug and play», y su rendimiento sigue siendo subóptimo en muchas áreas. En una reciente media maratón celebrada en Pekín, en la que participaron 21 corredores humanoides, el robot más rápido registró un tiempo de dos horas y 40 minutos, frente a poco menos de una hora del mejor corredor humano[3]. Hasta que no se produzcan nuevos avances tecnológicos, los humanoides no desbancarán a las personas del podio ni competirán con ellas en muchas otras tareas. Aunque el actual entusiasmo y las demostraciones virales de robots han creado unas expectativas muy altas, el ecosistema robótico debe superar importantes obstáculos en materia de software, hardware, economía y operaciones.
Los modelos básicos siguen necesitando datos masivos y específicos para cada tarea
Los modelos básicos entrenados con vastos conjuntos de datos de Internet tienen dificultades en entornos físicos del mundo real. Dirigir a un robot para que manipule chapas metálicas o cargue un lavavajillas requiere miles de millones de ejemplos de interacción física, procedentes de vídeos, laboratorios de simulación o la vida real, y no solo imágenes etiquetadas. El sector se apresura a crear y ampliar entornos de simulación para aumentar los datos disponibles.
Las limitaciones de potencia y batería reducen el tiempo de actividad
Los robots humanoides que realizan tareas dinámicas requieren baterías capaces de soportar altas tasas de descarga. Mantener ese rendimiento a lo largo del tiempo es un reto y puede provocar sobrecalentamiento o reducir la vida útil de la batería. Actualmente, los mejores humanoides suelen funcionar entre dos y cuatro horas con baterías convencionales, menos de un turno industrial completo. Las tareas que implican levantar objetos pesados y movimientos con mucho torque agotan las baterías más rápidamente. Además, la infraestructura de recarga sigue siendo inmadura. Para su adopción industrial, los robots necesitarán ciclos de trabajo más largos, una recarga más rápida y mejores capacidades de intercambio de baterías.
La manipulación sigue siendo costosa y lenta
La mano humana depende de la interacción entre docenas de músculos, huesos, ligamentos, articulaciones, tendones y nervios para funcionar. Cuando funcionan correctamente, las manos tienen hasta 27 grados de libertad (el número de formas en que pueden moverse), incluyendo los dedos, los pulgares y las muñecas [4]. Aunque las «manos» robóticas (o efectores finales) también son complejas, no pueden imitar completamente la acción precisa y delicada de las manos humanas. Por ejemplo, una mano humanoide de última generación de Sanctuary AI solo tiene 21 grados de libertad, lo que le confiere un rango de movimiento más limitado que el de las manos humanas [5]. Hasta que los efectores finales no tengan una mayor destreza, velocidad y sensibilidad, tareas como atarse los cordones de los zapatos o pelar un plátano seguirán siendo retos imposibles de alcanzar.
La detección táctil y los actuadores flexibles —aquellos con un elemento blando o elástico que puede ceder bajo la fuerza— han logrado avances prometedores, pero los dispositivos aún no son de grado industrial. Además, muchos robots dependen de actuadores o sensores táctiles patentados que se fabrican solo en cantidades limitadas, a menudo en China, lo que supone un riesgo de suministro para los fabricantes de equipos originales occidentales.
Los problemas de la cadena de suministro y los problemas de integración son habituales
La mayoría de los robots de uso general siguen montándose a partir de piezas a medida, sin normas ampliamente aceptadas, lo que dificulta la ampliación de la producción. Los cuellos de botella en la cadena de suministro, especialmente en el caso de los actuadores y sensores de alta precisión, siguen retrasando la producción, y la integración con los sistemas de las fábricas sigue siendo cara e inconsistente.
La escasez de tornillos de rodillos planetarios, que se utilizan en los robots porque pueden soportar cargas más pesadas y proporcionan un movimiento más suave, es habitual, al igual que los retrasos en los envíos de sensores de par. El aumento constante de la demanda podría crear restricciones aún mayores.
Además, para que los robots funcionen, los desarrolladores deben integrar el hardware y el software en una compleja pila tecnológica, lo que es difícil de industrializar.
Los altos costes y el lento retorno de la inversión pueden retrasar su adopción
El desarrollo y la implementación de robots humanoides es caro. Los costes de fabricación suelen oscilar entre 30 000 y 150 000 dólares por unidad, dependiendo de la complejidad del diseño y los materiales [6]. Muchos componentes comunes y esenciales se encuentran entre los más costosos, incluidos los tornillos de rodillos planetarios, que pueden costar entre 1350 y 2700 dólares cada uno [7]. Estos tornillos, junto con los reductores, constituyen alrededor del 33 % de la lista de materiales típica de un humanoide, según JPMorgan Chase[8].
En general, los robots de uso general pueden costar entre 15 000 y 250 000 dólares por unidad, con períodos de amortización que a menudo superan los dos años en las primeras pruebas piloto [9]. Los costes de mantenimiento de los humanoides también son elevados. Cada reparación, incluyendo el transporte y la mano de obra del técnico, puede costar hasta 1000 dólares, y el posible tiempo de inactividad podría aumentar el gasto [10].
La adopción generalizada de robots de uso general requerirá menores costes de fabricación y mantenimiento. También deben acelerarse los beneficios, especialmente fuera de los sectores de alto margen.
Las barreras organizativas y de mano de obra ralentizan el progreso
Por último, la adopción no es solo una cuestión de tecnología, sino también de personas. Las empresas se enfrentan a la resistencia de la mano de obra, a la falta de talento técnico para operar y mantener los robots, y a la ausencia de estrategias claras para ampliar los proyectos piloto. La seguridad, la ética y los marcos normativos también siguen siendo irregulares, y existen numerosas preocupaciones. Los robots humanoides, por ejemplo, ahora pesan menos que antes, pero siguen siendo lo suficientemente grandes como para causar daños si se caen o sufren algún fallo. El Atlas de Boston Dynamics, por ejemplo, pesaba originalmente unos 150 kilogramos y ahora pesa unos 82 kilogramos. Sin un liderazgo alineado, unos KPI claros, unas directrices de seguridad y una rendición de cuentas, incluso los proyectos piloto prometedores pueden estancarse.
¿Cómo podría ser el mercado?
A pesar de estos retos, el potencial de mercado de la robótica de uso general es enorme. Sin embargo, persisten las incertidumbres sobre los plazos, los patrones de adopción y la madurez tecnológica.
Hemos analizado la adopción de la robótica de uso general en distintos sectores y zonas geográficas para estimar el tamaño potencial del mercado en múltiples escenarios. Nuestra hipótesis de base supone un progreso moderado en los datos de entrenamiento, la asequibilidad del hardware y las capacidades de integración, así como una adopción cultural y organizativa constante. Si este escenario se materializa, el mercado podría alcanzar unos 370 000 millones de dólares en 2040 (Anexo 2). Alrededor del 50 % de ese valor podría provenir de China, y el resto se repartiría entre Europa y Norteamérica. Los principales casos de uso podrían incluir la logística de almacenes, la fabricación ligera, las operaciones minoristas, la agricultura y la asistencia sanitaria.
Aunque las estimaciones básicas son alentadoras, dependen de los avances en muchas áreas. Las hipótesis clave —o, dicho de otro modo, lo que hay que creer— incluyen lo siguiente:
- – Los modelos básicos siguen mejorando y se entrenan con conjuntos de datos ricos en interacción física.
- – La tecnología de las baterías y la gestión de la energía mejoran lo suficiente como para duplicar el tiempo de funcionamiento autónomo.
- – La manipulación manual se abarata y se hace más robusta.
- – Las cadenas de suministro de componentes se consolidan y estandarizan.
- – Los líderes empresariales adoptan el retorno de la inversión a largo plazo y preparan a sus organizaciones para nuevos flujos de trabajo y conjuntos de habilidades.
Lo que deben hacer ahora los ejecutivos
La industria de la robótica de uso general puede estar en un punto de inflexión. En el caso de los humanoides, por ejemplo, la capacidad de fabricación mundial se está expandiendo rápidamente y muchas empresas han anunciado planes ambiciosos para aumentar aún más la producción. Entre ellas se encuentra Agility Robotics, que pretende pasar de 1200 unidades de robots Digit en 2025 a 7500 en 2027 en una nueva planta en Oregón. Agility Robotics espera que, con el tiempo, la planta tenga una capacidad anual de 10 000 unidades. Del mismo modo, Tianlian Robotics, en China, está construyendo una planta de producción que, una vez terminada, tendrá una producción anual de entre 1000 y 3000 robots humanoides.
Aunque la ampliación total de los humanoides y otros robots de uso general puede llevar muchos años, las empresas más con visión de futuro ya se están preparando para un futuro en el que la robótica transformará tanto el lugar de trabajo como la vida cotidiana. A continuación se explica cómo pueden abordar los ejecutivos esta oportunidad:
- – Establecer una visión de automatización a largo plazo. La robótica de uso general no es la primera ola de automatización, pero podría ser la más transformadora. Definir una visión a largo plazo sobre dónde podrían desempeñar un papel estas tecnologías en las operaciones (logística, control de calidad, inspecciones, montaje, manipulación de materiales) y comenzar a identificar entornos propicios para la puesta en marcha de proyectos piloto. Muchas tareas no están lejos de automatizarse a gran escala (Anexo 3).
- – Invertir en datos e infraestructura de datos. Las empresas deben invertir en datos para modelos básicos e infraestructura de datos con el fin de optimizar el entrenamiento de los robots de uso general. También deben documentar claramente qué información se utiliza para que los investigadores puedan replicar fácilmente su metodología al crear nuevas plataformas robóticas.
- – Estar atentos a los indicadores adecuados. Hacer un seguimiento del progreso no solo en las demostraciones de robots, sino también en las tecnologías habilitadoras: densidad de las baterías, tamaño y latencia de los modelos básicos y háptica (la capacidad de percibir el tacto). Una mayor claridad normativa también podría ser una señal alentadora. Estos indicadores son mejores barómetros del progreso que los llamativos vídeos que muestran robots funcionando en entornos controlados.
- – Prepare a su personal. No espere a que lleguen los robots para mejorar las habilidades de la plantilla. Empiece a desarrollar el talento y la cultura necesarios para trabajar junto a las máquinas, especialmente en mantenimiento, operaciones y programación. Considere la posibilidad de desarrollar capacidades internas en simulación, integración robótica o desarrollo de herramientas de IA.
- – Cree asociaciones y ecosistemas. Manténgase cerca de la vanguardia de la innovación. Esto puede significar asociarse con empresas emergentes de robótica, unirse a grupos de establecimiento de normas o invertir en infraestructura modular en fábricas u otros lugares de trabajo que puedan adaptarse fácilmente a diferentes tipos de robots.
- – Actúe con rapidez para crear valor en las fases iniciales. Los inversores y los proveedores de componentes, como los de semiconductores, actuadores, sistemas de alimentación y computación periférica, deben hacer un seguimiento de dónde se está concentrando la demanda en las plataformas robóticas. Las alianzas tempranas y las apuestas estratégicas por estándares comunes, plataformas abiertas o propiedad intelectual compartida podrían definir a los ganadores a largo plazo. Al igual que en los inicios de los teléfonos inteligentes o los vehículos eléctricos, la alineación de los proveedores suele determinar el éxito de la escalabilidad.
Los robots con la inteligencia general, la destreza y la autonomía de un C-3PO o un WALL-E aún no existen, pero los componentes básicos están surgiendo rápidamente. Las empresas que triunfen no serán las que compren tarde, sino las que se preparen pronto, experimenten con prudencia y crezcan de forma responsable. La era de los compañeros de trabajo electrónicos está llegando, pero no de la noche a la mañana.
Referencias
1. Cuando la IA se incorpora a los robots, a menudo se denomina IA incorporada, ya que dirige las acciones de un objeto en el mundo físico.
2. Los robots polivalentes están programados para realizar un conjunto limitado de tareas relacionadas dentro de un entorno específico, mientras que los robots de uso general pueden realizar tareas diversas y no relacionadas entre sí en diferentes entornos.
3. Tanika Godbole, “Robots lose against humans in half-marathon,” Deutsche Welle, 19 de abril de 2025.
4. George ElKoura et al., Handrix: Animating the human hand, Eurographics Association, 26 de julio de 2003.
5. “Sanctuary AI shows how reinforcement learning can control hydraulic robotic hands,” Robot Report, 3 de abril de, 2025.
6. “The Prosumer model stays winning. Goldman Sachs estimates humanoid robot manufacturing cost: $30k to $150k per unit. Let’s look at the competition,” Install Base, 15 de mayo de 2024.
7. “The hidden hardware powering the humanoid revolution: Planetary roller screws take center stage,” Impact Lab, 27 de abril de 2025.
8. “The hidden hardware powering the humanoid revolution: Planetary roller screws take center stage,” Impact Lab, 27 de abril de 2025.
9. Nickie Louise, “Agility Robotics raises $400M to scale bipedal robot Digit as humanoid race heats up,” TechStartups.com, 31 de marzo de 2025; Loz Blain, “Boston Dynamics shows off another major leap in humanoid mobility,” New Atlas, 19 de marzo de 2025.
10. Robust.AI Blog, “Humanoid robots: Dollars and GPTs,” 21 de mayo de 2024.
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