Esta interacción no solo embellece el paisaje urbano, sino que también fortalece la relación entre las ciudades y la naturaleza.
Fuente: Ekos Negocios
Transformar las ciudades en espacios más verdes y sostenibles es un reto constante. Sin embargo, un innovador material en la búsqueda de la construcción sustentable, está ganando terreno: el concreto de musgo. Este tipo de concreto ofrece una solución revolucionaria que no solo mejora la estética urbana, sino que también fomenta la biodiversidad y contribuye a la sostenibilidad.
Composición y propiedades del concreto de musgo
El concreto de musgo se distingue por su composición, que incluye agregados reciclados y otros materiales residuales, lo que lo convierte en una opción ecológica. Su diseño se basa en características clave como la porosidad, la retención de agua y una textura microporosa que permite la inclusión de nutrientes y niveles de acidez específicos. Estas propiedades crean un entorno ideal para que el musgo crezca en la superficie del concreto.
Bioreceptividad y apoyo a la biodiversidad
Este concreto se caracteriza por ser “bioreceptivo”, lo que significa que su superficie es adecuada para apoyar el crecimiento de musgo y, con ello, fomentar la biodiversidad en entornos urbanos. Al endurecerse, el concreto forma una capa propicia para que el musgo prospere, generando una simbiosis entre el entorno construido y los elementos naturales.
El musgo es una planta estratégica para este tipo de aplicaciones debido a la naturaleza de sus rizoides, que no dañan el concreto en el que crecen. A diferencia de las raíces tradicionales, los rizoides actúan como adhesivos naturales sin comprometer la integridad estructural.
Además, el musgo ofrece una serie de beneficios ambientales: ayuda a retener la humedad, mejora la calidad del aire al absorber partículas finas y contribuye a la creación de hábitats para pequeños insectos, favoreciendo así la biodiversidad.
Aplicaciones y mantenimiento
Una de las ventajas más destacadas del concreto de musgo es su versatilidad. Puede utilizarse tanto en nuevas construcciones como en proyectos de renovación, sirviendo como revestimiento en estructuras existentes. El concreto poroso facilita la evapotranspiración, lo que contribuye al enfriamiento natural de las edificaciones y ofrece beneficios térmicos adicionales.
El musgo crece de forma espontánea en entornos adecuados y requiere muy poco mantenimiento en comparación con otras soluciones de fachadas verdes, como los jardines verticales.