Sustituyendo el acero por hormigón de fibra de carbono se pueden reducir las emisiones de CO2 en un 50% y crear edificios seis veces más resistentes e impermeables.

Fuente: EcoInventos

El proyecto es el resultado de diez años de investigación de la Universidad Técnica de Dresde con financiación del Ministerio Federal alemán de Medio Ambiente.

The-Cube

El primer edificio del mundo construido con hormigón de fibra de carbono en lugar de acero como elemento de refuerzo ya es una realidad en Dresde. The Cube es el resultado de diez años de investigación de la Technische Universität Dresden (TU Dresden), que ha sido posible gracias a la colaboración con el estudio de arquitectura HENN.

Los 243 m2 del edificio servirán de prueba y escaparate de la investigación iniciada por el profesor Manfred Curbach.

Cemento de fibra de carbono: 4 veces más ligero y 6 veces más resistente

A diferencia del acero, la fibra de carbono es cuatro veces más ligera y seis veces más resistente, además de no ser susceptible a la corrosión. Sustituir el hormigón armado por hormigón de fibra de carbono reduciría significativamente las emisiones producidas por la fabricación de este material, el más utilizado en el sector de la construcción y uno de los que más impacto ambiental tiene.

La investigación «Carbon Concrete Composite» de la TU Dresden va mucho más allá del compromiso de la universidad, ya que ha sido financiada por el Ministerio Federal alemán con unos 45 millones de euros para encontrar una solución alternativa al proceso normal de construcción.

Como el refuerzo de fibra de carbono no es susceptible a la corrosión, requiere mucho menos cemento para el encapsulamiento habitualmente necesario para evitar infiltraciones. Esto hace que las superficies sean más delgadas y ligeras, pero con un mayor nivel de flexibilidad para el diseño de formas. Según los investigadores, el uso de cemento de fibra de carbono reduce las emisiones de CO2 en un 50% en comparación con el hormigón armado. Este porcentaje se alcanzó teniendo en cuenta que la producción de fibra de carbono tiene en sí misma una elevada huella de carbono (8 veces superior a la del acero por unidad de peso). Sin embargo, su resistencia permite reducir considerablemente el uso de material, con lo que se reducen las emisiones a lo largo del tiempo.

El diseño fluido de la fibra de carbono

La forma de «The Cube» reinterpreta la naturaleza fluida y textil de la fibra de carbono fusionando techo y paredes en un «continuo orgánico». Una claraboya y dos grandes ventanas laterales permiten que la luz natural se filtre en el interior. Además, el edificio aprovecha la conductividad de la fibra de carbono para aumentar el aislamiento. Los muros de hormigón contienen almohadillas térmicas activadas por el paso de una corriente de luz a través de la fibra de carbono. Siguiendo este mismo principio, la estructura podría equiparse en el futuro con sensores para controlar la integridad estructural.

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