Nacidas en Japón durante los años 90, las “Tiny House” o casas modulares, se consolidan en el panorama nacional como una alternativa viable para vivir fuera de las ciudades, en un espacio reducido y cercano a la naturaleza, un hábito que se afianzó en los chilenos producto de la pandemia.

FUente: EMB Construcción

Según un estudio realizado en marzo de este año por la plataforma de arriendos Tango Chile, el 42% de las personas busca departamentos de un dormitorio y un baño, es decir el nuevo arrendatario busca menos metros cuadrados ¿el motivo? Los elevados costos y lo complejo de los créditos hipotecarios.

Frente a esta realidad económica sumada a las ganas de vivir una vida más simple y conectada con la naturaleza, es que surgen las Tiny House.

Vicente Arce, arquitecto de la Universidad de Valparaíso, señaló que este “es un movimiento social que promueve reducir en un gran porcentaje el espacio construido en el que vivimos. La propuesta arquitectónica de estas casas-diminutas va desde los 32 m2 llegando a un máximo de 55 m2”.

Tiny House-Una alternativa para vivir fuera de las ciudades

Y es que producto de la pandemia las personas comenzaron a buscar una reducción de costos, ya que mantener grandes casas se volvió cada vez más complejo, donde el ruido de la ciudad se transformó en el peor gatillante para enfermedades mentales.

“Con la pandemia hubo un cambio radical en cuanto a hábitos, la gente se dio cuenta que podían trabajar desde su casa o su segunda vivienda en algunos casos. Algunos clientes no podían esperar seis meses para diseñar una casa en su parcela, a la orilla del lago o mirando el mar. Entonces nos dimos cuenta que había que inventar un producto pequeño, cómodo, de fácil manutención y de rápida construcción, las Tiny House”, agregó Vicente Arce.

Lo interesante de esta propuesta es que la funcionalidad de estas viviendas va acompañada de un costo menor al de un “hogar tradicional” y sin hipotecar el estilo, al menos ese es el sello de Vicente Arce, quien se especializó en Tiny-House con detalles de calidad.

Para Isabel Huerta, psicóloga y Directora de “ConSientemente Empresas”, los beneficios comodidad-espacio son múltiples habitando una Tiny House, así como también existe ganancia a nivel emocional: “Cuando estamos en contacto con la naturaleza se activa la capacidad que tiene el cuerpo para lidiar con el estrés y para recuperarse de afecciones, de las enfermedades. Nos ayuda en la regulación emocional, en el manejo del estrés y también en la capacidad regenerativa que tiene el cuerpo para enfrentar situaciones difíciles”.

De esta forma se está dando un fenómeno ya experimentado en Japón, Estados Unidos y España, que hoy empieza a avanzar en Chile, cuando las nuevas generaciones están en la búsqueda del minimalismo funcional al momento de apostar por el que será su futuro hogar.

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