Ubicado cerca de la plaza principal de la capital de Albania, el proyecto del estudio de arquitectura catalán Bofill Taller de Arquitectura busca transformarse en un hito arquitectónico gracias a su particular color, dado por el impactante tono rojizo del hormigón de su fachada, como por su forma, que gira sobre su eje para convertirse en un obelisco de 190 metros de altura.
Fuente: Hormigón al Día
En los últimos años, la ciudad de Tirana -capital de Albania- se ha consolidado como el centro de un interesante proceso de renovación urbana que busca dejar atrás la herencia arquitectónica soviética y desarrollar proyectos que dieran impulso a espacios verdes urbanos, rascacielos y edificios modernos, además de un transporte público actualizado.

La presencia de importantes estudios de arquitectura como Zaha Hadid Architects, UNLAB (que se adjudicó uno de los proyectos de renovación urbana más importantes de Tirana el año 2017), entre varios otros, es una evidencia de cómo el gobierno local busca brindar una estampa moderna a la ciudad. Un ejemplo de esa transformación del paisaje urbano de Tirana es la torre de hormigón rojo que diseñó el estudio checo Chybik + Krystof.

A ese proyecto, se suma otra torre de hormigón -también de pigmento rojo- que el estudio de arquitectura Bofill Taller de Arquitectura ejecutó en una zona aledaña a la Plaza Skanderbeg, punto neurálgico de Tirana, generando un interesante contraste en el sector dada la forma de esta torre que gira sobre su propio eje, marcando un contraste con las edificaciones que le rodean.

Un edificio que se transforma en un obelisco
La torre de hormigón, denominada como “Torre Barcelona” por el estudio, posee esta particular característica para “mejorar la eficiencia energética y el desempeño aerodinámico, al aumentar la resistencia a las cargas provocadas por el viento”, explicaron desde el estudio en la descripción del proyecto.

Para conseguir esa figura, el diseño se compuso de placas de piso que rotan en incrementos iguales alrededor de un núcleo de hormigón. “Estos elementos giran un total de 45 grados, desde la parte más baja a la más alta del proyecto, a la vez que se van estrechando para formar un obelisco”, comentó el estudio al portal Dezeen.

En esa línea, el diseño de la “Torre Barcelona” da relevancia a ese núcleo de hormigón que, a la postre, se transforma en el elemento central del sistema estructural de la torre, ya que debe soportar las cargas de todas las placas de piso, a la vez que define la forma tipo “obelisco” que convertirá a este proyecto en un punto focal de la capital de Albania.

Hormigón rojo para un mayor impacto
Otro de los aspectos relevantes de la “Torre Barcelona” es, sin duda, el uso de hormigón de pigmento rojo para la fachada del edificio. Desde el estudio, comentaron al sitio web especializado Dezeen que la intención de utilizarlo se tomó para “resaltar las líneas estructurales con un color atrevido y que contraste con la tonalidad del cielo”.

Asimismo, el estudio agregó que otro de los motivos para la elección del tono rojizo del hormigón en la fachada fue que “mejora el movimiento de torsión que posee el diseño del edificio”. Para el diseño de la fachada, el estudio optó por una óptica más minimalista, que busca “complementar, más que competir, con el patrimonio arquitectónico colindante”, destacaron los arquitectos.

Con una altura de 190 metros, se espera que la “Torre Barcelona” se convierta en un hito arquitectónico de la capital albanesa. “Con estas cualidades, el edificio mantiene su imponente presencia, a pesar de su sencillez”, puntualizaron los arquitectos a Dezeen. El proyecto, que aún no tiene fecha definida de inicio, será de uso mixto con una zona para el comercio, la que se ubicará en la planta baja, mientras que los pisos superiores se destinarán para oficinas o para uso habitacional.