Inspirándose en una obra de su propia autoría, el arquitecto Santiago Calatrava desarrolló un proyecto único para la época de su construcción: un edificio de gran altura (190 metros) que gira sobre su eje, lo que demandó interesantes soluciones estructurales para transformarse, tal como lo requirió el mandante del proyecto, en un ícono arquitectónico.

Fuente: Hormigón al Día

El desafío de lograr que una torre de gran altura se convierta en un punto arquitectónico es, sin duda, complejo, especialmente porque eso se traduce en dejar la clásica forma rectangular (como se puede ver en las torres Agora Garden o Generali, por ejemplo) para buscar aquellas que generen impacto y reconviertan el espacio urbano donde se levantan.

Torre Turning Torso

En ese sentido, la idea de “girar” o “torcer” el eje de una edificación de gran altura proviene de distintas fuentes. En el caso de la torre “Turning Torso”, del arquitecto español Santiago Calatrava, la inspiración vino desde una escultura propia del mismo nombre, donde abstrajo la forma del movimiento humano hacia una pila de cubos -siete en total- colocados alrededor de un núcleo, generando así un movimiento estructural en espiral.

Con eso en mente, el arquitecto desarrolló este proyecto -una torre residencial de distintos usos- en el marco de la Expo Vivienda Europea de 2001, la que se emplazó en la zona oeste de la bahía de Malmö, en Suecia.

La torre, que comenzó su construcción en 1999 y culminó en 2005, formó parte de un programa de transformación del área cercana al puente A-resund, que conecta a Suecia con Dinamarca, lo que el arquitecto tomó como la oportunidad de mejorar y ampliar el espacio público de esa zona, definida por la intersección de dos caminos principales.

Ampliando la escala de la inspiración primaria

La forma de la torre “Turning Torso” se compone de nueve unidades de caja con forma de cubos, pero con puntas triangulares. Cada unidad alberga cinco pisos de, aproximadamente, 2.000 m2 que, de hecho, son una suerte de subdivisión de la torre, informó el estudio del arquitecto. Asimismo, el núcleo del edificio contiene ascensores internos y escaleras por lo que se comunican las unidades, emulando al soporte de acero de la escultura que sirvió de inspiración para este edificio.

Las unidades 1 y 2 tienen 4.000 m2 destinados a oficinas, mientras que la 3 hasta la 9, contienen 147 departamentos, cuyas áreas varían entre los 45 a 190 metros cuadrados. Esto da un total de 13.500 m2 para uso residencial, se explicó en la descripción del proyecto.

Tres ascensores conectan a los pisos residenciales que, por diseño, acomodaron de uno a cinco departamentos con todos sus espacios húmedos (cocina, baño) cerca del núcleo. Finalmente, las salas de reuniones de la torre “Turning Torso” se ubican sobre la unidad 9, en los pisos 53 y 54. Cada uno de estos pisos tiene dos salones, uno de los cuales puede dividirse, precisaron desde el estudio de arquitectura.

Solución estructural con hormigón armado

La estructura principal que soporta las cargas de la torre es un núcleo circular de hormigón reforzado, “cuyo centro corresponde exactamente al centro de rotación de los pisos”, explicaron.

Este núcleo posee un diámetro consistente de 10,6 metros, mientras que el grosor del hormigón va desde los 2,5 metros (en la parte más baja del edificio) hasta los 0,4 metros, en su sección más alta. Para incrementar la resistencia del núcleo, así como su rigidez, se utilizó una columna de acero exterior atornillada aparte del edificio principal, la que actúa como una “columna” externa. Esta “columna”, detallaron desde el estudio, va atornillada a cada unidad gracias a pernos, también de acero, diagonales y horizontales.

Para las losas de piso, se utilizó hormigón armado colocado in-situ, las que se integraron al núcleo estructural y cuyo soporte elástico es una unidad inclinada que posee cinco losas planas de 27 centímetros de espesor. Además, cada unidad tiene una losa cónica en voladizo con un máximo de grosor de 90 cm que transfiere las cargas de las columnas del piso al núcleo.

Con una fachada compuesta de, entre otros materiales, aluminio curvo, cristal y acero, la torre “Turning Torso” de inmediato logró su objetivo y en 2015, recibió el prestigioso galardón “10 años” que entrega el Consejo de Edificios Altos y Espacios Urbanos (CTBUH, en sus siglas en inglés), entidad que reconoció su contribución a la iconografía urbana y cultural de Suecia.

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