Innovación es la premisa que mueve a las empresas relacionadas a la colocación del hormigón, en búsqueda de productividad para cubrir las necesidades del mercado constructivo chileno, que cada vez apuesta más por complejos proyectos en altura.

Fuente: Hormigón al Día

La industria de la construcción no deja respiro, y la innovación es una constante en los métodos involucrados en los procesos productivos, haciendo frente a las diversas dificultades tanto a nivel logístico, material y de capital humano. En el ámbito relativo a las maquinarias, se ha desarrollado enormes esfuerzos por la aplicación de nuevas tecnologías que respondan a los desafíos que demandan las edificaciones actuales, siendo la automatización en la colocación del hormigón, sobre todo en situaciones de altura, una de ellas.

Como en todo, los primeros procesos se enfrentaban ante panoramas más complejos, debido al aún escaso desarrollo técnico. En materia de distribución esto no era la excepción y la colocación del concreto, tanto en losas como en muros, era un proceso largo y lento en su implementación como en su ejecución, que extendía enormemente los plazos de construcción. Aunque los procesos se volvieron cada vez más eficientes, durante mucho tiempo siguieron aparejando extensos plazos, complicaciones en los alcances longitudinales y riesgosas condiciones para los involucrados sometidos al trabajo pesado.

Torres de distribución de hormigón Rapidez y eficiencia en altura

Esta latente necesidad de mayor automatización de los sistemas de trabajo, con el tiempo como factor cada vez más relevante en los proyectos grandes, hizo aparecer las torres distribuidoras de hormigón, equipos compuestos por una columna capaz de subir por la estructura de hormigón armado, impulsados en forma hidráulica, con un sistema de izaje auto trepante. En su parte superior su brazo articulado lleva por su interior una tubería por la cual se transporta el hormigón que ha sido bombeado desde el primer nivel hasta el distribuidor de concreto.

Esta tecnología, en combinación con una bomba de alimentación adecuada al pie del edificio, se alza como una solución constructiva de gran rendimiento, permitiendo la colocación del concreto en grandes volúmenes, respondiendo eficazmente a los requerimientos de las cada vez más complejas e innovadoras estructuras de altura de manera segura y rentable.

Sus ventajas

Manuel Reyes, experto en lo que se refiere a las Placing Boom -denominación anglosajona para esta tecnología de colocación- considera que una de las mayores ventajas de las torres de distribución es su amplia capacidad de colocación del hormigón en muros y losas, cubriendo amplias superficies con movimientos verticales y horizontales controlados con un control remoto inalámbrico. Otro de sus beneficios es su velocidad de cobertura programable, a lo que se suma la exactitud de colocación, precisión que disminuye la limpieza a realizar en los moldajes, otorgando, de paso, mayor duración a los mismos.

Esta solución constructiva, que puede variar en sus especificaciones, amplitud de movimiento, maniobrabilidad, entre otros, aún no se fabrica en nuestro país, por lo cual los equipos son importados por hormigoneras, constructoras o compañías que las proporcionan a los proyectos involucrados en la materia, existiendo diversos modelos cuyo sistema se adecúa al caso puntual de aplicación.

De acuerdo al experto, los aparatos más solicitados poseen brazos de 28 y 32 metros de longitud, siendo capaces de colocar hormigón en secciones de 2.810 y 3.215 m2 de superficie, respectivamente, con un movimiento altamente similar al ejercido por una mano.

A su juicio, es importante destacar la disminución de costos que apareja su uso. A diferencia de métodos clásicos, en un contexto donde anteriormente se hubiese requerido una gran cantidad de personas, ahora bastaría con una persona en la bomba de primer nivel y un operador del distribuidor para instalar grandes cantidades de hormigón, algo a lo que se suma la disminución de riesgos para los trabajadores y baja en la tasa de accidentes en obra.

En estos momentos, el mercado de los distribuidores va en aumento. Esto, según Reyes, debido a que las soluciones que aportan permiten terminar obras en un menor tiempo, aumentando con eso los márgenes de utilidad, además de aportar mayor seguridad en la obra al trabajar sin personal en el movimiento de la tubería de distribución del hormigón, lo que facilita obras más limpias y con mayor seguridad.

Actores de la industria local también consideran que, al analizar el actual panorama constructivo actual, las torres de distribución son una solución necesaria. Considerando la envergadura de los proyectos de edificación en los que se embarcó la industria nacional, se requieren tecnologías avanzadas ya que los métodos convencionales hacen impensables la ejecución de dichos proyectos.

En ese sentido, se cita la construcción de la torre principal del proyecto Costanera Center, donde el hormigón utilizado para esta obra se distribuyó por este tipo de torres. Para lograr esto, en la faena se dispuso una red de tuberías de modo de poder bombear el material a cualquier punto de la obra. Según estimaciones, en esa ocasión el hormigón recorrió una red cuya extensión era de 500 metros, aproximadamente, siendo 300 metros en disposición vertical para lograr llegar al punto más alto del proyecto.

Gran proyección

En Chile esta tecnología de colocación del hormigón va afianzándose poco a poco. Según estimaciones, por cada 10 bombas de hormigón, habría 2 distribuidores hidráulicos trabajando en obras principalmente en edificios sobre los 10 pisos. Esto representa un 20% del hormigón en el país, cifra que podría ir adquiriendo aún más fuerza en los próximos años.

Por lo mismo, Manuel Reyes visualiza que, en un futuro cercano, el escenario chileno podría asemejarse al de otros países más adelantados en la materia. Veremos en grandes obras, no solo un distribuidor de hormigón sino varios, de tal manera de poder abarcar toda la obra en ejecución, aumentando la velocidad de construcción, señala, mencionando el caso de un hospital de Australia, donde para su construcción –de grandes dimensiones- se cuenta hasta con 15 distribuidores de hormigón con sólo 6 bombas que cambian de posición según el requerimiento del distribuidor.

En un escenario donde la edificación en altura crece a pasos agigantados y la ocupación eficiente del espacio urbano se hace cada vez más urgente, estos distribuidores son una alternativa ventajosa para enfrentar los nuevos desafíos, y según la experiencia son cada vez más frecuente en obra.

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