La solución pretende mitigar uno de los principales problemas del sector de la construcción, los retrasos en las infraestructuras, que pueden poner en peligro todo el calendario de un proyecto.

Fuente: CLA

Todo proyecto de construcción tiene un plazo que cumplir, lo que en la práctica supone uno de los mayores retos del sector. Una de las soluciones para mejorar este escenario es el servicio de hormigón aplicado Express de Max Mohr, especializada en mortero y hormigón. Esta tecnología permite hormigonar hasta 100 metros cuadrados en menos de una hora.

Con esta solución, la empresa se encarga de la entrega y aplicación del producto. El cliente explica sus necesidades y recibe profesionales especializados que se encargan de todo el procedimiento, garantizando aún más agilidad y reduciendo la necesidad de contratar mano de obra.

El hormigón aplicado se lleva listo a la obra utilizando la tecnología de hormigón bombeado. La solución está especialmente diseñada para proyectos de pequeño y mediano tamaño. Con el sistema, la empresa vierte el hormigón en una obra ya preparada por el cliente.

“Un reto importante para la obra es la organización, ya que es imposible mantener el lugar de trabajo completamente limpio y organizado durante la renovación o la construcción. El hormigón aplicado puede ayudar a mejorar este escenario, ya que elimina la necesidad de almacenar materiales porque se lleva a la obra listo para usar, lo que garantiza una mayor eficiencia y, en consecuencia, la organización del edificio”, explica Cleiton Coelho, director de tecnología e innovación de Max Mohr.

En cuanto el hormigón llega a la obra, se vierte, se extiende y se vibra. Se utiliza un vibrador de hormigón para evitar fallos en la aplicación, de modo que el material ocupe todo el espacio de los moldes y se eliminen por completo los espacios vacíos. El producto también reduce la necesidad de rampas, escaleras, ascensores, carros y pasarelas, que de otro modo se utilizarían para transportar el hormigón.

“El hormigón se coloca directamente en el molde, sin dañarlo, y supera los obstáculos que haya. De este modo, puede llegar a lugares a los que no llega el hormigonado convencional”, afirma el experto.

El hormigón aplicado no daña encofrados, marcos, estribos, conductos ni bloques prefabricados, y además reduce los costes de energía, agua y mano de obra.

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