En las provincias de Imbabura y Pichincha, Ecuador, se está preparando el terreno para la instalación de las primeras unidades de vivienda en forma de cápsulas compactas.
Fuente: Ekos Negocios
En un esfuerzo por fusionar la armonía con la naturaleza y la innovación arquitectónica, el grupo Zafra Arquitectos ha diseñado estructuras revolucionarias que ofrecen una alternativa única para aquellos que buscan vivir en sintonía con el entorno natural.
Estas viviendas, que se instalarán en parroquias rurales como Cuicocha, en la provincia de Imbabura, y Mindo, en el noroccidente de Pichincha, prometen no solo ser un refugio moderno, sino también un espacio que resalta la belleza del paisaje ecuatoriano.
La idea de estas viviendas surgió durante la pandemia del COVID-19, con el objetivo de proporcionar espacios que permitan a las personas disfrutar de la naturaleza sin renunciar a las comodidades de la ciudad. El proyecto se concibió para colocar un espacio urbano en un terreno familiar en Cuicocha, pero pronto se analizaron sus posibilidades para evitar la contaminación y favorecer al sector turístico.

Una estructura moderna
Las cápsulas están diseñadas para ser compactas y funcionales, con capacidad para albergar hasta seis personas. Cuentan con sala, comedor, cocina, baño y ofrecen un espacio eficiente para la convivencia. Están hechas de acero galvanizado y revestidas con aluminio compuesto, lo que les proporciona alta durabilidad. Además, incluyen una capa de poliuretano para mantener la energía y proteger a los ocupantes de las bajas temperaturas.
Entre las características destacadas de estas viviendas se encuentran los pisos radiantes para calefacción y un sistema de climatización inteligente que se puede controlar por voz. Los vidrios laminados y templados permiten conservar la energía y filtrar los rayos ultravioletas. Aunque no son casas rodantes, requieren una plataforma para su instalación y desmontaje, lo que las hace versátiles para diferentes ubicaciones.
La estructura mide 3,20 metros de ancho y 11,60 metros de largo, con un área de 38 metros cuadrados que incluye un balcón. Pesa seis toneladas y se importa desde China. Los electrodomésticos se instalan según las necesidades del cliente, y los ventanales ofrecen una visualización de 360 grados. Además, se incluye un biodigestor para el tratamiento de aguas servidas y se puede utilizar un tanque de plástico para almacenar agua. La energía se puede obtener mediante baterías y paneles solares.
El precio de cada unidad es de USD 78,000, más IVA, y el costo final dependerá del lugar de instalación. Estas viviendas están diseñadas para resistir las condiciones climáticas extremas y son ideales para lugares como reservas naturales, playas, selvas y montañas. La instalación no requiere permisos especiales, salvo en áreas protegidas, donde se necesitaría el acuerdo con la comunidad o el Ministerio del Ambiente. Actualmente, hay un pedido de diez unidades, y se espera que pronto se conviertan en una opción atractiva para aquellos que buscan vivir en armonía con la naturaleza.