Innovación y Desarrollo Tecnológico

TEMAS DE INTERÉS

Se llaman Sporosarcina pasteurii y Chroococcidiopsis, y son especialistas en un proceso que ha moldeado la Tierra tal y como la conocemos: la biomineralización.

Dos bacterias permiten transformar el polvo marciano en materiales de construcción

...

... Diciembre 18 - 2025

... 22

... 4 minutos de lectura

Fuente: National Geographic

 

Colonizar Marte podría compararse con un complicadísimo videojuego de gestión de recursos. En estos videojuegos comienzas con muy pocos materiales, pero poco a poco, vas aprovechando las mecánicas que te ofrece el mundo virtual para crear maquinaria cada vez más compleja que, a su vez abre nuevas oportunidades para seguir logrando objetivos más y más complejos. El problema es que en Marte los recursos escasean, y si cualquier proyecto no va exactamente como se esperaba, no hay botón de reinicio que te pueda salvar.

Por ello los distintos equipos de astrobiólogos que se plantean los impresionantes retos de la colonización marciana tienen en cuenta un número gigantesco de variables. De forma simplificada, estos retos se dividen en cuatro subapartados, claves para la supervivencia humana: Agua, aire, alimento, y refugio.

Una ventaja con respecto a los videojuegos es que en la vida real se fomenta hacer todas las trampas que se nos puedan ocurrir. Todo lo que se pueda llevar desde la Tierra y que ayude a la supervivencia de los astronautas es bienvenido. Y en este planeta contamos con una tecnología que ha evolucionado durante millones de años para sobrevivir en entornos que, en ocasiones, exceden la inhabitabilidad de Marte. Estos organismos, llamados extremófilos, viven en condiciones de grandes variaciones de temperatura, en lugares donde no hay oxígeno y en zonas de gran radiactividad. Y además producen sustancias que son increíblemente útiles para suplir las grandes carencias de Marte para soportar la vida humana.

Dos bacterias para construir un refugio

En un estudio publicado en la revista Frontiers in Microbiology, tres astrobiólogos de Italia, China y Estados Unidos han encontrado dos bacterias que podrían servir como ‘truco’ para lograr crear un refugio en Marte. Estas bacterias, trabajando conjuntamente, permiten transformar el regolito marciano (una mezcla de polvo y guijarros que cubre la superficie marciana) en minerales que pueden emplearse en construcción, y además producen oxígeno y amoníaco en el proceso.

La primera se denomina Sporosarcina pasteurii y ha sido muy estudiada por producir carbonato cálcico, un mineral que sirve desde para estabilizar suelos arenosos hasta para producir ladrillos de origen biológico con una resistencia adecuada para la construcción. Lo más interesante es que se ha podido probar esta bacteria en condiciones que imitan el suelo marciano y funciona tan bien como en los terrestres, lo que da a los futuros astronautas la posibilidad de utilizarla para los mismos fines. Sin embargo, un problema insalvable es que esta bacteria necesita oxígeno y no es especialmente resistente ante la atmósfera marciana.

Ahí es donde entra en juego Chroococcidiopsis, un microorganismo un tanto peculiar denominado cianobacteria. Quizá el término cianobacteria puede resonar por un evento mucho más terrestre. Y es que se especula que fueron estas bacterias las que, hace entre 3000 y 3500 millones de años, comenzaron a producir el oxígeno de la atmósfera que permitió que la vida compleja apareciera en nuestro planeta.

Una bacteria protege a otra

Chroococcidiopsis además es especialmente resistente. Tanto es así, que en el año 2014 se llevaron muestras de Chroococcidiopsis a la Estación Espacial Internacional para dejarlas en su exterior, expuestas a la radiación del espacio y a las condiciones de frío y de temperatura extremas. En 2022, los resultados publicados daban a entender que gracias a una serie de mecanismos de reparación de ADN, esta bacteria tenía una gran capacidad a la hora de resistir la radiación y, además, seguir produciendo oxígeno.

En nuestro planeta es posible encontrarla en muchísimos lugares, aunque uno de los más extraños son los desiertos, en los que, sin agua, con temperaturas abrasadoras y en circunstancias que acabarían con un ser humano en horas, sobrevive y produce oxígeno. Por ello, los investigadores quieren aprovechar las capacidades de esta cianobacteria para que actúe como escudo para la Sporosarcina. De este modo, Sporosarcina podría ir, poco a poco, transformando el regolito marciano en una especie de cemento que se podría utilizar para crear los ladrillos de las construcciones marcianas del futuro.

Un bien añadido es que esta combinación bacteriana produce oxígeno extra que podría utilizarse para la respiración y amoníaco. Este segundo compuesto, aunque lo solemos relacionar con productos de limpieza, es muy interesante para la agricultura, ya que se trata de una fuente de nitrógeno que las futuras plantas marcianas pueden aprovechar para su crecimiento.

De este modo, haciendo ‘trampas’ y llevando maquinarias celulares disponibles en La Tierra, podría comenzar a construirse el futuro de las colonias de Marte. Al principio será un proceso lento, pero una vez solucionados los primeros retos, se espera que sirva de puente no sólo para colonizar la totalidad del Planeta Rojo, sino como puente para llegar hasta las estrellas.

...
...
...

Contenido relacionado

...
...
...