Con 30 metros de altura, el proyecto “Torre Blanca” del instituto ETH Zúrich inició su proceso de construcción. La estructura se instalará en un retirado poblado en los Alpes suizos y servirá para demostrar las posibilidades que ofrece esta tecnología constructiva, en conjunto con el diseño digital optimizado, tanto en aspectos de productividad, circularidad y sostenibilidad de la construcción.
Fuente: Hormigón al día
El año 2021, el prestigioso instituto ETH Zúrich anunció la construcción del proyecto “Tor Alva” o “Torre Blanca”, una torre -como bien recalca su nombre- de 30 metros de altura y que sus elementos se fabricarían con hormigón impreso 3D, utilizando la metodología de extrusión a través de robots, para “reducir de forma significativa el consumo de materias primas”, comentaban en ese entonces desde la casa de estudios.
La “Torre Blanca” es un trabajo conjunto entre el ETH Zúrich, académicos del grupo de investigación de Tecnologías Constructivas Digitales del instituto (DBT, en sus siglas en inglés), los arquitectos Benjamin Dillenburger y Michael Hansmeyer, y la Fundaziun Origen. En la presentación del proyecto, se recalcó que se instalará en la retirada localidad de Mulegns, en los Alpes suizos, donde se realiza un festival cultural en el que el ETH Zúrich ya había exhibido anteriormente las posibilidades que ofrece el hormigón impreso 3D con su denominado “hormigón coreográfico”.
Finalmente, a comienzos del mes de febrero se anunció el inicio de la construcción de este edificio con la fabricación de las primeras 8 columnas de la planta más baja de la estructura, la que se lleva a cabo en las instalaciones del instituto en la ciudad de Zúrich.
Hormigón impreso 3D blanco especial para la torre
Para el proceso de impresión de las columnas, se utilizó un hormigón especialmente diseñado para la metodología de extrusión con robots que propone el proyecto. De acuerdo con el detalle entregado por el grupo DBT del instituto, se “imprimirán” 4.000 capas de hormigón, las que tendrán una luz de entre 5mm a 7mm, con un ancho de entre 15 a 20 milímetros. Este mismo hormigón se utilizará para todo el complejo.
Otra de las particularidades del proyecto es que se usa hormigón de color blanco para todo el edificio, el que tiene características especiales como la suavidad de su superficie al momento de extruirse desde los brazos robóticos. El material es lo suficientemente maleable para unirse entre sí en capas y formar componentes homogéneos. El hormigón posee también aditivos para acelerar el proceso de fraguado del material, lo que permite que la capa anterior soporte a la que sigue.
En la descripción del proyecto, destacan que este proceso no requiere de encofrado. “Al eliminar la necesidad de moldes, se alcanzan nuevos grados en lo que respecta a la libertad de diseño, en especial, en lo que se refiere a formas expresivas, detalles en la superficie y características huecas. También permite una producción única”, destacaron.
Las columnas fabricadas contienen barras de refuerzo, que se colocaron durante el proceso mismo de impresión del hormigón, aprovechando que estos elementos son huecos. “Las columnas tendrán barras de refuerzo tanto horizontales como verticales, asegurando la resistencia estructural y, al mismo tiempo, manteniendo el núcleo hueco de las columnas, lo que permite disminuir el peso y ahorrar en material”, explicaron desde el DBT.
Un proyecto que dará varias respuestas sobre el hormigón impreso 3D
Como se mencionó antes, la “Torre Blanca” tendrá una altura total de 30 metros, incluyendo su base, lo que la transformará en la edificación construida con hormigón impreso 3D más alta del mundo. Para su construcción, la torre se ensamblará a partir de 32 elementos de hormigón impreso 3D blanco individualmente.
Otro de los aspectos que destacan del proyecto son los conceptos de circularidad y sostenibilidad de la construcción. En efecto, desde el ETZ Zúrich puntualizaron que, al ahorrar en el uso de hormigón para la construcción de las columnas (gracias a la tecnología de extrusión del hormigón impreso 3D junto con la optimización del diseño digital) también se utilizó menos cemento, lo que “puede suponer una reducción de las emisiones de CO2 generadas durante la producción”, explicó el equipo de diseño.
Sobre la circularidad, cada elemento de la “Torre Blanca” podrá “reutilizarse” gracias a que su diseño obedece posee características modulares, en los que sus componentes podrán ensamblarse y desacoplarse de manera rápida y fácil gracias al uso de tornillos extraíbles en vez de adhesivos. Así, una vez que la torre cumpla con su objetivo, sus elementos podrán extraerse e instalarse en otra locación.
De acuerdo con el cronograma que estableció el grupo DBT, durante 2024 se fabricarían todas las piezas que darán forma a la “Torre Blanca” y, según informó el portal Designboom, en mayo de este año debiesen estar completada la torre -que servirá como un gran espacio cultural- para inaugurarse en junio. En 2029, se desarmará por completo para instalarla en otra ubicación, lo que servirá para analizar el comportamiento de la tecnología de construcción con hormigón impreso 3D en climas complejos, entre otros aspectos que quieren testear en el ETH Zúrich.