Emblemáticos como el Empire State Building o recién llegados, como el 30 Hudson Yards. Estos rascacielos de Nueva York definen el perfil de la Gran Manzana y harán que levantes la vista hacia el cielo.

Fuente: Revista AD

Cuando se trata de rascacielos reconocibles, Nueva York se lleva la palma. Aunque Chicago los inventó, la ciudad que nunca duerme no solo ha hecho famosos a estos edificios tan reconocibles, también los ha llevado al extremo. Nuevas ‘supertorres’ tan delgadas como lápices pueblan Manhattan, signos muy visibles de riqueza, poder inmobiliario e innovación arquitectónica, que siguen atrayendo el interés de los visitantes.

17 rascacielos icónicos de Nueva York que debes visitar una vez en la vida
© Bruce Katz

“El edificio de uso mixto y gran altura es la tipología del siglo XXI”, escribe Eric P. Nash en el libro de próxima publicación Sky-High: A Critique of NYC’s Supertall Towers from Top to Bottom (Princeton Architectural Press). “Salvo la construcción de museos, que conlleva un aura de prestigio, pocos arquitectos de renombre se dedican a otra cosa”. Entre ellos se encuentran Adrian Smith y Gordon Gill, James von Klemperer, de Kohn Pedersen Fox Associates, y SHoP Architects, muchos de los cuales han creado torres para la famosa Billionaire’s Row. Repasamos el ayer, hoy y mañana de estas superestructuras, y las reacciones que ha causado su imponente arquitectura.

30 Hudson Yards

© Bruce Katz

Desde su llegada al horizonte en 2019, las torres de Hudson Yards dominan el horizonte. La plataforma de observación al aire libre de Kohn Pedersen Fox, en el altísimo edificio de oficinas 30 Hudson Yards es ciertamente visible. Este rascacielos de cristal con forma de pico de pato se eleva hasta los casi 400 metros y su plataforma acristalada a 335 metros del suelo, es un faro para el exclusivo barrio.

432 Park Avenue

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Polémica cuando se inauguró en 2015, la torre residencial de Rafael Viñoly de 425 metros fue la más alta del mundo durante un breve periodo y una de las primeras ‘supertorres’ en Nueva York. De planta cuadrada, su fachada de hormigón forma un entramado de ventanas a lo largo de sus 84 pisos, e incluye una serie de espacios mecánicos al aire libre de doble altura que permiten el paso del viento y ayudan a reducir su balanceo. En 2021, la junta del edificio demandó a los promotores, CIM Group y Macklowe Properties, tras descubrir que no se había diseñado según los planos de Viñoly, lo que provocó problemas técnicos que ahora afectan a muchos rascacielos de todo el mundo.

One World Trade Center

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Tras los trágicos atentados terroristas del 11-S, Nueva York se comprometió a reconstruir el complejo del World Trade Center como símbolo de la resistencia de la ciudad. Tras un concurso de arquitectura en el que resultó ganador Daniel Libeskind, el promotor Larry Silverstein eligió finalmente a David Childs, de SOM, como arquitecto de la recortada torre que hoy se levanta allí. Con sus 541 metros de altura incluida su aguja, la torre de oficinas es actualmente el edificio más alto del hemisferio occidental.

Woolworth Tower

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Esta torre de 1913, obra del arquitecto Cass Gilbert, es uno de los primeros rascacielos de Nueva York (y el más alto del mundo hasta 1930). Un bello ejemplo de arquitectura neogótica con estructura de acero y un ornamentado interior art déco. Originalmente, estaba previsto que midiera 167 metros, pero un viaje a Europa inspiró a su propietario, F. W. Woolworth, a elevar el tejado a 188, y luego a los finales 241 para asegurarse de que fuera más alto que el MetLife Building, que ostentaba el título mundial en aquella época.

56 Leonard Street

© Getty Images / Michael Lee

Conocido coloquialmente como el edificio Jenga por el aspecto desordenadamente apilado de sus plantas superiores, esta torre de apartamentos de Tribeca diseñada por Herzog & de Meuron debutó en el horizonte en 2017. Los volúmenes rectangulares del rascacielos de 57 plantas son viviendas individuales. Este año se instaló en su base la última pieza del diseño: una réplica a escala de casi 6 metros de la escultura Cloud Gate de Anish Kapoor. La original se encuentra en Chicago.

Steinway Tower

© Getty Images / Michael Lee

La torre más esbelta de la ciudad, en el 111 West 57th Street, es también una de las más recientes. La base de 16 plantas está compuesta por el Steinway Hall, una antigua tienda de pianos y sala de recitales construida en 1925 y declarada monumento histórico de Nueva York. Para la torre residencial de 84 pisos situada encima, SHoP Architects colaboró con BuroHappold y revistió de vidrio y terracota la fachada, que se retranquea varias veces a medida que el edificio se eleva hasta formar un campanile triangular en la parte superior.

Empire State Building

© Getty Images / Alexander Spatari

Si ves la aguja característica de este edificio, sabrás que estás en Nueva York. Este rascacielos art déco de 102 plantas, obra de Shreve, Lamb y Harmon, se terminó de construir en 1931 y fue el más alto de la ciudad hasta 2012. Revestido de piedra caliza, su forma se revisó varias veces en su carrera por convertirse en el edificio más alto del mundo, y sus miradores de las plantas 80, 86 y 102 siguen atrayendo a visitantes de todo el mundo.

MetLife Building

© Getty Images / Alan Schein

Este rascacielos, obra de Pietro Belluschi, Walter Gropius y Richard Roth, se terminó de construir en 1962 junto a la Grand Central Terminal de Nueva York. Originalmente sede de Pan American World Airways, la forma octogonal alargada de este edificio de oficinas de 59 plantas pretende reducir su escala visual. Desde que se propuso su construcción, el MetLife ha suscitado polémica por su proximidad a la histórica terminal de trenes, cuyo vestíbulo es un paso peatonal, pero también representa un hito arquitectónico para la ciudad de Nueva York, ya que fue uno de sus primeros edificios en utilizar muros exteriores de hormigón prefabricado.

Chrysler Building

© Getty Images

Diseñado por el arquitecto William Van Alen y terminado solo un año antes que el Empire State Building, este emblemático edificio art déco no siempre fue tan querido en el horizonte de Nueva York como lo es hoy. Encargado por Walter Chrysler, de la empresa automovilística del mismo nombre, fue el primer rascacielos con una parte superior decorativa y no funcional, lo que suscitó opiniones encontradas entre los más críticos.

40 Wall Street

© Getty Images / Roberto Machado Noa

Junto con los edificios Empire State y Chrysler, esta torre de oficinas de 1929-1930 situada en el distrito financiero de Nueva York compitió por ser no solo la más alta de la ciudad, sino también del mundo. Al final, no pudo superar a sus competidores, pero su forma neogótica y su cúspide piramidal siguen siendo un elemento destacado del horizonte urbano actual. Revestida de terracota y ladrillo, fue diseñada por el equipo de arquitectos H. Craig Severance, Yasuo Matsui y Shreve & Lamb.

Seagram Building

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El edificio Seagram de 1958, un monolito de cristal y acero negro obra de Ludwig Mies van der Rohe y Philip Johnson, es el único proyecto del primero en Nueva York. Su forma racional comprende una torre sobre pilares con una gran plaza pública en la planta baja.

Central Park Tower

Photo: Getty Images/Michael Lee

La torre residencial más alta del mundo, con 472 metros de altura, está firmada por Adrian Smith y Gordon Gill Architecture. Terminada en 2020, la Central Park Tower se proyecta por encima de la emblemática Art Students League de Nueva York para que sus residentes puedan disfrutar al máximo de las vistas de Central Park. Sin embargo, su forma cuadrada no ha acabado de convencer, tal y como escribe Nash en Sky-High: “Tiene todo el encanto de un par de cartones atados”.

Citigroup Center

© Getty Images

La característica parte superior de esta torre de oficinas de 1977 fue diseñada por el arquitecto Hugh Stubbins para, originariamente, soportar las terrazas de 100 apartamentos, y más adelante, para la instalación de paneles solares. Cuando ambos planes se desecharon, el edificio se convirtió en la primera estructura posmoderna con un tejado puramente decorativo. Un año después de su inauguración, la estudiante de ingeniería de la Universidad de Princeton Diane Hartley descubrió un fallo en su diseño: dadas unas determinadas condiciones de viento factibles, no era estructuralmente sólida. Se hicieron refuerzos rápidamente (y sin hacer ruido).

53W53

© Getty Images / Michael Lee

Con La ampliación del Museo de Arte Moderno de Nueva York de 2019, llegó una nueva torre. Este edificio de 82 plantas diseñado por Jean Nouvel alberga principalmente residencias de lujo, pero su base contiene galerías extra y un restaurante para el museo. El diseño triangulado de Nouvel se revela a través de una diagonal de hormigón en su fachada, lo que da lugar a algunos espacios habitables de formas extrañas y esquinas dramáticas, pero sus formas caprichosas han sido celebradas, e incluso defendidas, cuando las protestas por sus originarios 380 metros de altura hicieron que se acortara en 60 metros.

One Vanderbilt

Photo: Getty Images

El edificio de oficinas de 93 plantas de cristal y terracota de Kohn Pedersen Fox se inauguró en 2020 frente a la Grand Central Terminal. Los arquitectos afirman que el diseño de su fachada se inspira en la histórica estación de tren, pero no todos ven la correlación. “Los gestos contextuales hacia su majestuosa vecina son rudimentarios”, escribe Nash. “Una cosa puede decirse de One Vanderbilt: es grande”.

Rockefeller Center

© Getty Images / Torval Mork

Diecinueve edificios componen este histórico complejo de oficinas en casi nueve hectáreas, pero las catorce estructuras art decó originales, todas terminadas durante la Gran Depresión en los años treinta, son las más famosas. Entre 40.000 y 60.000 personas trabajaron en los edificios del campus, cuya pieza central es el 30 Rockefeller Plaza, de 260 metros de altura. Obra del arquitecto Raymond Hood, se terminó en 1933 y, mientras otros de su época construían agujas y cornisas decorativas, este moderno rascacielos optó por un tejado plano.

The Brooklyn Tower

© Bruce Katz

Aunque Manhattan ha sido durante mucho tiempo el patio de recreo exclusivo de los arquitectos en lo que a estas estructuras se refiere, ahora Brooklyn, el distrito más grande de Nueva York, también tiene motivos para presumir. En el número 9 de la avenida DeKalb, SHoP Architects está terminando la construcción de una torre residencial de 93 plantas y 324 metros de altura, cuya base está formada por la emblemática Dimes Savings Bank de 1900. Tiene forma hexagonal y está revestida de piedra, bronce y acero inoxidable.

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