Considerado como uno de los grandes iconos de esa arquitectura japonesa amable y sostenible, La casa de papel de Shigeru Ban evoca un icono que ha inspirado a toda una generación.

Fuente: AD

Pensar en la arquitectura japonesa, supone hacerlo en conceptos como el ‘kintsugi’ – el arte de reparar vasijas rotas con oro como sinónimo de resiliencia – o el ‘wabi sabi’ – emular el carácter efímero de la naturaleza en las propias construcciones -. Tan solo dos conceptos de un diccionario nipón nutrido de caricias a la naturaleza, la madera o la sostenibilidad como impulsos de una arquitectura convertida en faro. Y un buen ejemplo, lo encontramos en la prefectura japonesa de Yamanashi.

Ubicada en la región de los Cinco Lagos, colmada de cascadas, bosques y campos de cerezos vigilados por el imponente Monte Fuji, Paper House (o La Casa de Papel) del estudio del arquitecto Shigeru Ban nació en 1995 para inspirar una revolución de viviendas efímeras con la sostenibilidad como hilo conductor de la propuesta.

La Casa de Papel: la vivienda antes de la serie

110 tubos de papel reciclado .
110 tubos de papel reciclado (o la promesa del hogar sostenible definitivo).© Shigeru Ban

El aspecto que marca la diferencia entre Paper House y cualquier otra construcción reside en el uso de tubos de papel reciclado, un material poco convencional que aquí regala un festín de opciones. De esta forma, hablamos de la primera estructura permanente de este tipo, organizada en un plano de 10 x 10 metros con 110 columnas de tubos de papel dispuestas en forma de S que aglutina diversos espacios interiores y exteriores.

Estos tubos resistentes al agua fueron tratados con un revestimientos especial que aumenta la durabilidad de la estructura y aporta resistencia a todos los elementos. A su vez, se utilizaron paneles de madera y vidrio para complementar la estructura y potenciar el aislamiento, al mismo tiempo que se facilita la entrada de luz natural en el interior. Todo ello, soportado sobre una base de madera en elevación, elemento que ayuda a proteger la casa de la humedad, emulando un tatami de grandes proporciones.

En Paper House, la luz penetra en los interiores gracias a un fluido diálogo entre arquitectura y naturaleza.© Shigeru Ban

Respecto al diseño, la Casa de Papel representa esa estética minimalista que refleja la filosofía de Shigeru Ban a la hora de crear espacios funcionales con los mínimos recursos. No se olvida de la estructura modular y flexible, pero sin sacrificar los espacios abiertos, cuyo encanto fluido evoca un diálogo eterno entre el interior de la casa y el ensoñador entorno que la rodea.

Por supuesto, la sostenibilidad estuvo presente en todo el concepto: desde el uso de los mencionados tubos de papel reciclado hasta la reducción de residuos y un diseño enfocado a maximizar la eficiencia energética gracias al correcto aislamiento térmico y ventilación natural que impulsa la propuesta.

La Casa de Papel es otro ejemplo de la maestría del arquitecto japonés Shigeru Ban, pionero de la sostenibilidad, Premio Pritzker 2014 y Premio Princesa de Asturias 2022, entre otros. El uso del papel y el cartón como material reciclado ha supuesto uno de los grandes aliados de Ban a lo largo de su trayectoria gracias a su condición de elemento económico, básico e, importante, perfecto para evitar la generación de residuos.

Paper House un faro de sostenibilidad en plena región de Los Cinco Lagos de Japón.
Paper House: un faro de sostenibilidad en plena región de Los Cinco Lagos de Japón.© Shigeru Ban

Lo que comenzó como un pabellón temporal en 1986 se convirtió en una cultura de las llamadas ‘arquitecturas de emergencia’ o viviendas temporales que Ban proyectó para los afectados por terremotos en Japón, Turquía, India o Ruanda. Un elemento cautivador que en 1995 alcanzaría la cúspide creativa gracias a esta Paper House que serviría de predecesora a otras obras como la Naked House, o el Pabellón de Japón del año 2000 para la Expo de Hannover.

Sin duda, un reflejo de la visión de Ban, arquitecto comprometido con los problemas del mundo actual y mago tras una revolución de la arquitectura sostenible que aquí representa la caricia de un origami, el komorebi – o luz del sol a través de la naturaleza – y la promesa de una vivienda que juega al despiste eterno con una naturaleza ensoñadora.

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