Ricardo Fernández, arquitecto y gerente Técnico y de Desarrollo Sostenible de Volcán repasa el presente de la edificación y la habitabilidad en el sector inmobiliario.
Fuente: Comunicado de Prensa
Con la tradición y la experiencia de ser una marca centenaria de la construcción en Chile, Volcán se sostiene en ese pasado que le da raíz pero con miras al futuro. Un porvenir centrado en la sostenibilidad y el cuidado del planeta. En este sentido, y en línea con la búsqueda constante de innovación que motoriza a la compañía, desarrolla propuestas que hoy hacen foco en la construcción industrializada.
La tendencia representa un cambio de paradigma: implica preparar el proyecto previamente en ambientes controlados por medio de una integración temprana de distintos especialistas y proveedores. Así, al llegar a trabajar en la obra, todo se hace de una manera más eficaz y eficiente, permitiendo un mejor uso de los recursos y generando menor cantidad de residuos y contaminación.
En Chile, la construcción es responsable de los llamados tres malos tercios: un tercio de los residuos que se producen en el país, un tercio del consumo de energía y un tercio de la generación de los gases de efecto invernadero o CO2 equivalente.
“Hay un tremendo desafío, pero también una gran oportunidad de incorporar soluciones constructivas con métodos modernos que nos permita mejorar esos tres malos indicadores. Una manera de aportar en esa línea es la industrialización”, dice Ricardo Fernández, ingeniero civil, gerente Técnico y de Desarrollo Sostenible de Volcán.
La empresa, que construye y elabora construcciones sostenibles, se enfoca en la construcción liviana y seca conformada por distintos productos que aportan a las necesidades de los clientes. Según explica el especialista, la antigua manera de edificar era monoproducto mientras que hoy se trabaja en incorporar distintas capas. “A materiales como el yeso cartón, como la popular Volcanita, la marca fue sumando aislantes térmicos como la lana mineral, después la lana de vidrio Aislanglass y en el año 2005 Volcán compró una empresa de fibrocementos, complementando así sus propuestas” agrega Fernández.
Al pensar en opciones para su público, la marca hace pie en pilares como el acondicionamiento térmico, acústico y la protección contra el fuego. A esto se agrega un factor muy importante a tener en cuenta: Chile es un país sísmico.
“Se ha demostrado que la construcción liviana seca, tiene un mejor comportamiento ante hechos como un terremoto o un incendio. A su vez, implica también que las fundaciones son más pequeñas y se pueden construir más metros cuadrados con menos recursos. De todas maneras, no se trata de hacer cosas con menor costo, sino que aporten mejores atributos a los usuarios”, sostiene el ingeniero, destacando la calidad.
En su rol pionero, la compañía trabajó para lograr la declaración ambiental de todas sus principales familias de productos, estándar que implica medir la huella de carbono, la huella hídrica y el residuo, entre otras variables. Ahora prepara una línea de soluciones de paneles que apuntan a la construcción industrializada, de manera que el armado en obra sea más rápido y eficiente. Ya cuenta con opciones para divisiones interiores con distintos atributos, en línea con la flexibilidad que también es tendencia, y está incorporando propuestas para soluciones perimetrales.
Volcán busca incrementar la innovación en todo lo que hace. Para ello, de manera interna, cuenta con un comité específico e incentiva la presentación de ideas por parte de sus propios colaboradores. Además, la compañía tiene un socio internacional de primera línea, como es el grupo de origen francés Saint Gobain, factor que le permite estar a la vanguardia de las tendencias mundiales, siempre haciendo las necesarias adaptaciones locales, y propiciar la transferencia tecnológica.
La firma chilena declaró que durante el periodo 2022 aumentó su volumen de producción con dos nuevas instalaciones, sumando su capacidad, pero con menor impacto ambiental. También firmó un contrato con ENEL, trabajo colaborativo que le permitió abastecer sus plantas con energía renovable no convencional, modificando su matriz con energía limpia para disminuir las externalidades de sus operaciones.
“Frente a un contexto de cambio climático que, según la ONU, ya pasó de calentamiento a la ebullición global y sumado a la emergencia habitacional del país, la construcción industrializada tiene todo para ganar protagonismo absoluto en el rubro” puntualiza Ricardo Fernández.