Menor tiempo de obra, costos más bajos e impacto ambiental reducido son los principales argumentos de un sistema que crece como opción para la obra pública, oficinas y casas.
Fuente: La Nación
Ganar rapidez, bajar los costos e incluso reducir el impacto ambiental. Estas son las primeras y grandes ventajas que muestra el sistema de construcción modular, que viene creciendo en la Argentina tanto en el plano corporativo y en la obra pública como así también a nivel particular. Parte del detonante para poner de manifiesto las bondades de este modelo constructivo estuvo en la pandemia de Covid-19. Es que la necesidad de generar rápidamente instalaciones sanitarias fue resuelta gracias a este sistema, con el que en se pudieron concretar en tiempo récord, entre otras obras, 11 hospitales modulares en distintos puntos del país, que equivalen a 11.900 metros cuadrados levantados en apenas un mes.
“Desde entonces, su demanda ha sido exponencial, incluso en el segmento premium y de oficinas, reportando un crecimiento del 100% en la demanda de este tipo de construcciones”, resalta Juan Pablo Rudoni, presidente de Ecosan.
El potencial de la construcción industrializada para mejorar la productividad de la industria ha provocado un creciente interés y mayor inversión de los actores de la industria a nivel mundial. En 2018, la construcción industrializada (offsite, como se conoce en inglés) ha concentrado más del 60% de la inversión total en el segmento contech (término que una los conceptos de “construcción” y “tecnología”) y cuenta entre sus inversores a corporaciones como Amazon, Google o Goldman Sachs.
Menos costos
Un factor clave que explica el crecimiento de este tipo de construcción es el ahorro de costos, mano de obra y los plazos de construcción. Otro punto que favorece la adopción de este sistema es que se trata de prácticas de construcción más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
“Hoy, la construcción modular se percibe como una solución sostenible debido al uso creciente de materiales más eficientes energéticamente y con menor impacto medioambiental. Por otro lado, está la optimización de recursos, ya que se produce en fábrica y luego se arma en el lugar, con lo cual el tiempo que se ahorra en la construcción ronda un 50% a un 60% menor que con el sistema tradicional”, señala Rudoni.
Incluso, un informe de Frost & Sullivan anticipa que el mercado a nivel global podría expandirse a una tasa de crecimiento anual compuesta del 6,3% hasta 2025.
“En cuanto la gente prueba, reconoce los beneficios del sistema y, por ejemplo, comprueba la eficiencia energética y se da cuenta de que es superior a una casa de ladrillos”, refuerza Rudoni.
En tanto, la arquitecta Cecilia Bertezzolo, de BZZS Arquitectura, resalta que además se pueden aplicar en estas construcciones “las mismas terminaciones que en el sistema tradicional”, como piedra y madera. “No hay límites para el diseño y mejora la relación entre el profesional y el cliente”, añade.
“La optimización de recursos, ya que se produce en fábrica y luego se arma en el lugar, genera un ahorro de tiempo en la construcción de entre 50% y 60%”
Esto tiene que ver con los tiempos de construcción. “Cuando los clientes ven que la obra se termina en menos meses (suele rondar los siete meses para una casa, pero incluso puede ser menos) y que además tiene costos fijos, porque todas las piezas se encargan, luego llegan al lugar y se montan, entonces evalúan seriamente el tema”, refuerza Bertezzolo.
“Estamos viendo desarrollos cada vez más ambiciosos, incluso edificios de hasta 20 pisos. Hace tres años no había tanto mercado, pero hoy se está generando con la aceleración de la demanda. El potencial es enorme y por eso estamos planeando tener una nueva planta de producción”, adelanta Rudoni.
Beneficios a futuro
Con los menores costos como el gran diferencial, la construcción modular se planta de cara al futuro como una solución que hasta acá venía luchando contra preconceptos arraigados en la cultura local.
“Es indudable que, a medida que los valores de mano de obra aumenten y también su escasez, la construcción modular será una solución generalmente adoptada, y no solo en situaciones de aislamiento geográfico o de necesidad de rapidez. Esto ya está ocurriendo en los países desarrollados y por ello las grandes empresas fabricantes de insumos para la construcción están estableciendo alianzas estratégicas con empresas de construcción modular”, indica Francisco Pedrazzi, gerente de Relaciones Institucionales Global de la firma Barbieri.
Así como se mencionó el impacto de este sistema en la construcción de módulos sanitarios y hospitales durante la parte más fuerte de la pandemia, esta solución también se aplica a procesos productivos, como la que la firma Idero está desarrollando en Añelo, cerca de Vaca Muerta. “Espacio Añelo es un novedoso desarrollo premium que busca satisfacer la creciente demanda de alquileres temporarios para empleados de empresas petroleras multinacionales y afines. Se trata de un conjunto de edificios de seis pisos con departamentos de uno, dos y tres ambientes. La construcción es industrializada en sus componentes, con una estructura principal de perfiles de alma llena de acero, paneles exteriores ensteel frame,aislación térmica, entrepisos secos y sistema EIFS con aislación exterior”, describe la arquitecta Rocío Pereyra, responsable de nuevas unidades de negocio de Tecnoperfiles.
Crecimiento: un informe de Frost & Sullivan anticipa que el mercado a nivel global avanzaría a una tasa de crecimiento anual compuesta de 6,3% hasta 2025.
Por su parte, Lucas Matías Salvatore, director de Idero, observa que con la “construcción modular de calidad con diseños para el uso habitacional el confort es muy superior a la construcción tradicional con muros con un grado de aislación térmica muy superior a cualquier pared de mampuesto, con una aislación acústica superior, con una calidad de aire mucho mejor”.
Y añade: “Cabe destacar que cuando se busca lograr muros medianamente aislantes con mampuestos cerámicos, los muros se vuelven caros y muy gruesos, perdiendo así muchos metros cuadrados habitables”.
“En definitiva, la construcción industrializada posee muchísima mejor performance que el antiguo método de construcción por diferentes factores. Por un lado, por los materiales utilizados, como el caso del acero que es 100% reciclable, es más liviano y posee menor huella de carbono que el hormigón. Por otro lado, por la planificación y fabricación controlada en planta, donde no se derrochan materiales, por el menor impacto en el terreno y por el mejor grado de aislación térmica, que logra ahorros del orden del 50% del consumo de energía con respecto a un muro promedio de lo construido en la Argentina con ladrillos mampuestos cerámicos”, resume Salvatore.