A medida que crece la conciencia sobre la escasez, el estrés hídrico y la sostenibilidad ambiental en el mundo, el concepto de huella hídrica se vuelve cada vez más relevante. A diferencia de su primo más popular, la “huella de carbono“, que se concentra en las emisiones de gases de efecto invernadero, la huella hídrica brinda una visión holística del agua utilizada durante todo el ciclo de vida de un producto, proceso o actividad. Mide la cantidad de agua consumida (directa e indirectamente) y contaminada, teniendo en cuenta diferentes tipos de recursos hídricos, además de servir como una herramienta valiosa para empresas, formuladores de políticas e individuos para entender y abordar sus impactos relacionados con el agua. Incluso, hay calculadoras en línea que miden nuestras huellas individuales a través de preguntas simples sobre nuestras casas, electrodomésticos e incluso hábitos alimentarios.

Fuente: ArchDaily

Se calcula que la humanidad utiliza 9 billones de toneladas de agua al año. Eso supone casi 300.000 toneladas de agua por segundo, lo que equivale a 120.000 piscinas olímpicas. Y según la OCDE, se prevé que la demanda mundial de agua aumente alrededor de un 55% de aquí a 2050, debido a la creciente demanda de la industria manufacturera (+400%), la generación térmica de electricidad (+140%) y el uso doméstico (+130%).

Cuál es la huella hídrica de tu proyecto arquitectónico

Por desgracia, el sector de la construcción también es un consumidor voraz, ya que representa aproximadamente el 30% del consumo mundial de agua dulce, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. A este elevado consumo contribuyen la producción de materiales y las actividades que se realizan durante la construcción, como la mezcla de hormigón, la limpieza y la compactación del suelo, así como las actividades que pueden provocar la contaminación y el desperdicio de agua, lo que repercute en los ecosistemas y en la escasez local de agua.

¿Cuál es la huella hídrica de tu proyecto arquitectónico? - Imagen 3 de 7

En el caso de un edificio, la cuantificación de la huella hídrica en la construcción suele realizarse mediante métodos de análisis del ciclo de vida (ACV) y de evaluación del impacto ambiental. Estos enfoques tienen en cuenta el uso del agua en todas las fases del proceso de construcción, desde la extracción de materiales hasta la demolición del edificio, y ofrecen una visión global del consumo de agua asociado a la construcción. La huella hídrica de los materiales de construcción varía significativamente en función del tipo de material y de los métodos de producción específicos utilizados. Algunos de los principales elementos considerados en la cuantificación son:

  1. Uso directo del agua: Consiste en medir la cantidad de agua consumida en la obra para actividades como la mezcla de hormigón, la limpieza, el riego y el suministro de agua potable a los trabajadores.
  2. Uso indirecto del agua: También llamada agua virtual, abarca la cantidad de agua incorporada a los materiales de construcción, desde la extracción de materias primas hasta la fabricación, el transporte y el montaje de los elementos de construcción. 
  3. Ciclo de vida del edificio: La huella hídrica también tiene en cuenta el consumo de agua durante la fase de uso y mantenimiento de un edificio, incluido el uso de agua potable, los sistemas de tratamiento de aguas residuales y el funcionamiento de los equipos relacionados.

Otro concepto importante a mencionar es la Huella Hídrica Azul o Gris. La primera se refiere al volumen de agua dulce consumida de fuentes superficiales o subterráneas, que incluye el agua utilizada en la extracción de materias primas, los procesos de fabricación y las actividades de construcción. La huella hídrica gris, por su parte, representa el volumen de agua dulce necesario para diluir y asimilar los contaminantes generados durante la producción de estos materiales de construcción, responsables de la contaminación del agua y de los posibles impactos ambientales negativos causados por la liberación de contaminantes. Para hacerse una idea aproximada, a continuación se ofrecen algunas estimaciones generales de la huella hídrica de los materiales de construcción más comunes, basadas en su mayoría en el exhaustivo estudio de los investigadores P.W. Gerbens-Leenes, A.Y. Hoekstra y R. Bosman.

El acero: Su producción implica procesos que consumen mucha agua, como el enfriamiento, la limpieza y la transformación de las materias primas. El acero aleado con cromo y níquel (18/8) tiene una huella hídrica azul de 77 litros/kilogramo (l/kg) y una huella hídrica gris de 1500 l/kg, siendo el cadmio el contaminante crítico. El acero sin alear tiene una huella hídrica azul de 11 l/kg y una huella hídrica gris de 2.300 l/kg, siendo también el cadmio el contaminante crítico.

¿Cuál es la huella hídrica de tu proyecto arquitectónico? - Imagen 7 de 7

Cemento: El cemento Portland (CEM I) tiene una huella hídrica azul de 2,0 a 2,6 litros/kilogramo (l/kg), dependiendo de la fuente de yeso utilizada. La huella hídrica gris es de 210 l/kg, determinada por el mercurio si en la producción se utiliza yeso procedente de la desulfuración de gases de combustión. Sin el uso de yeso, la huella de aguas grises es de 0,63 l/kg, siendo el cadmio el contaminante crítico. El cemento compuesto Portland (CEM II/B) tiene una huella hídrica azul de 1,7 a 2,1 l/kg, con la misma huella hídrica gris que el anterior. La producción de clínker por pirometría contribuye principalmente a la huella hídrica azul debido al elevado consumo de energía.

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El vidrio: El vidrio flotado sódico-cálcico, que se utiliza habitualmente, tiene un consumo de agua de 5,8 litros por kilogramo de vidrio producido. Esto es para el vidrio que utiliza ceniza de sosa del proceso Solvay. Además, el proceso de producción de este tipo de vidrio genera una cantidad de aguas grises de 1.300 litros por kilogramo de vidrio, siendo los sólidos en suspensión el contaminante crítico encontrado en estas aguas. Es importante destacar que el proceso Solvay, responsable de la producción de carbonato de sodio, requiere una gran cantidad de agua y el efluente de este proceso tiene altas concentraciones de metales pesados (y sólidos en suspensión y puede tener un pH elevado).

¿Cuál es la huella hídrica de tu proyecto arquitectónico? - Imagen 5 de 7

Ladrillo: Según este estudio, la huella total de consumo de agua de un ladrillo se estima en 2,02 litros, de los cuales 1,71 litros (84,8%) corresponden a aguas azules y 0,31 litros (15,2%) a aguas verdes. La huella teórica de aguas grises de un ladrillo se calculó en 1,3 litros, un valor que sería aún mayor si no se realizara un tratamiento in situ de las aguas residuales antes de eliminar el efluente.

¿Cuál es la huella hídrica de tu proyecto arquitectónico? - Imagen 4 de 7

Madera: El impacto hídrico de la madera en la construcción puede variar en función de varios factores, como el tipo de madera, la ubicación geográfica de la fuente de madera y los procesos de producción específicos implicados. Sin embargo, por término medio, la huella hídrica de la madera es relativamente menor que la de otros materiales de construcción como el hormigón, el vidrio o el acero.

¿Cuál es la huella hídrica de tu proyecto arquitectónico? - Imagen 2 de 7

Al cuantificar la huella hídrica de los distintos productos, es posible identificar los procesos que consumen mucha agua, el uso ineficiente y las áreas susceptibles de mejora. Esta información orienta el desarrollo de estrategias y tecnologías para reducir el consumo de agua, aumentar la eficiencia hídrica y mitigar los riesgos relacionados con el agua. En el caso concreto de los edificios, es necesario combinar estrategias de diseño, tecnología y cambios relacionados con el comportamiento, como el uso de dispositivos que consuman menos agua, como inodoros, grifos y duchas de bajo caudal. Además, es vital adoptar un enfoque holístico que integre prácticas de eficiencia hídrica en todas las fases del ciclo de vida de un edificio.

Es importante señalar que estas estimaciones son generales y pueden variar en función de factores regionales, técnicas de producción y fuentes específicas de materiales. En cualquier caso, ¿te has parado a pensar alguna vez en la huella hídrica de tu casa o de tu último proyecto arquitectónico?

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