La construcción acaba de alcanzar su última frontera, una que se consideraba casi imposible de superar. ¿Te imaginas edificios que cambien de color para ahorrar energía? Lo han conseguido gracias a un material que tiene al sector en vilo, y que nos recuerda a este otro que permite que los edificios se doblen y desafía las leyes de la naturaleza. Sin duda, la innovación cada vez más rápido, y ya da hasta vértigo.

Fuente: Ecoticias

Los materiales electrocrómicos son una nueva tecnología prometedora que está ganando popularidad en el sector de la construcción. Se trata de materiales capaces de cambiar de color o densidad óptica en respuesta a estímulos eléctricos. ¿Te imaginabas que algo así llegara a ser posible?

El potencial de esta tecnología radica en su capacidad para controlar el paso de la luz y el calor a través de superficies como ventanas, paredes y techos. Al cambiar entre estado transparente y oscuro, estos materiales pueden ayudar a regular la temperatura interna de los edificios.

No solo eso, sino que también son capaces de reducir la necesidad de sistemas activos de calefacción y refrigeración (recuerda que es una de las metas del IDAE —Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía— y del Ministerio para la Transición Ecológica).

Como te puedes imaginar, los materiales electrocrómicos están despertando gran interés en la arquitectura sostenible por su capacidad para mejorar la eficiencia energética de los edificios. Se prevé que su adopción se acelere en los próximos años, a medida que se abaraten los costos y mejore el rendimiento.

La construcción va a levantar los primeros edificios que cambian de color

El principio físico detrás de este fenómeno se basa en la oxidación-reducción reversible de ciertos compuestos químicos. Al aplicar un voltaje, se genera un flujo de electrones que provoca reacciones redox en el material, alterando así su composición química y propiedades ópticas.

Por ejemplo, en los vidrios electrocrómicos se utilizan compuestos de tungsteno que pueden existir en múltiples estados de oxidación. Cuando se aplica un voltaje, los iones de tungsteno cambian su estado de oxidación, pasando de incoloro a azulado. Este cambio modifica la transmisión y absorción de luz del vidrio, ocasionando la variación de color.

Otros materiales electrocrómicos comunes son aquellos basados en polímeros conductores, que contienen cadenas orgánicas conjugadas. La inyección de electrones en estos polímeros provoca cambios en su estructura molecular, modificando sus propiedades ópticas y de transmisión de luz.

Así, controlando cuidadosamente los potenciales eléctricos aplicados, es posible lograr transiciones reversibles entre estados coloreados y decolorados en una amplia gama de materiales electrocrómicos. Esto abre grandes posibilidades para su aplicación en ventanas inteligentes, pantallas y otras superficies dinámicas.

Tres posibles aplicaciones de los materiales electrocrómicos

Queda clara cuál es la relevancia que este tipo de materiales tendrá en la construcción, pero ¿dónde se podrían implementar? Te lo mostramos en tres puntos clave:

  • Fachadas de edificios: Las fachadas de vidrio electrocrómico pueden cambiar de transparente a opaco para controlar la entrada de luz solar y el gasto energético en calefacción/refrigeración. Esto permite un diseño arquitectónico atractivo y eficiente energéticamente.
  • Ventanas: Las ventanas con vidrio electrocrómico se oscurecen automáticamente para proteger del deslumbramiento y controlar la ganancia de calor solar. Esto reduce la necesidad de persianas o cortinas (y son compatibles con las placas solares de las que te hemos hablado).
  • Paredes interiores: Las paredes con revestimientos electrocrómicos pueden cambiar de color y patrón para crear espacios dinámicos y versátiles. Una misma sala puede transformarse para distintos usos según se requiera, aunque aquí ya hablaríamos de una cuestión estética.

Imagínate la importancia del hito que se acaba de alcanzar, algo que solo se ha logrado gracias a la búsqueda constante de materiales innovadores para la construcción. En ocasiones como esta, se han superado los límites que marcaba la teoría, pero no es la única ocasión: también lo consiguieron con este que produjo la peor catástrofe de nuestra historia.

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