La ejecución, diseñada por la multinacional española IDOM, contempla, entre muchos otros cambios, nuevas gradas cubiertas, espacios comerciales, iluminación de última generación y una reestructuración sustancial a las áreas de prensa. Todo un hito arquitectónico en lo que se refiere a la modernización de este tipo de espacios en Chile, realzando el respeto por el entorno y el cuidado del medio ambiente.
Fuente: Madera21
Universidad Católica es el equipo del momento. Tras estar varios años rozando la gloria y levantándose de traspiés deportivos dolorosos en la década pasada, el equipo cruzado se destrabó y encadenó un bicampeonato y un tricampeonato en cinco años. Un logro valiosísimo que, si bien se materializó en una cancha de fútbol, no pudo haberse gestado sin la astucia de una institución que hace tiempo viene haciendo las cosas bien económica y organizacionalmente.
Así, con el mismo objetivo que la directiva se propuso para seguir sumando títulos, el club quiso dar un paso histórico y desafiante: remodelar el Estadio San Carlos de Apoquindo y su entorno luego más de tres décadas de existencia (1988). Para eso, organizó un concurso en el que se presentaron nueve oficinas, seleccionando finalmente la propuesta de IDOM, firma española responsable de magnos proyectos relacionados como el nuevo estadio San Mamés para el Athletic Club en Bilbao o la renovación del coliseo ya existente del Levante en Valencia; ambos en España.
Las razones que esgrime el equipo directivo de la franja para llevar a cabo esta transformación, tienen que ver con la necesidad de convertir el espacio en un centro multipropósito que aporte gran valor arquitectónico a la comuna de Las Condes, a la ciudad de Santiago y, por qué no decirlo, al país entero, pues se trata de una aspiración que pretende alcanzar estándares que no tengan nada que envidiarles a los mejores estadios de Europa y el mundo. Sin embargo, no todo tiene que ver con la vanguardia estética y espacial, ya que uno de los objetivos centrales del plan es aportar servicios a la comunidad y poder organizar eventos deportivos de alto nivel para generar nuevos ingresos e ir ampliando horizontes como entidad.
La pandemia no sólo cambió la forma de relacionarnos y de vivir el deporte (no olvidar que los últimos dos campeonatos conseguidos por la UC no pudieron celebrarse con la hinchada debido al estallido social y luego el coronavirus), sino que también la forma de abordar los proyectos, por lo que las obras de construcción probablemente comiencen durante el primer semestre de 2022.
Al escuchar a Azcárate y Gómez, una de las palabras que más se detectan al referirse al proyecto es “confort”. Aquello puede asociarse a la búsqueda de un espacio de lujo en todo sentido de la palabra, pero que en este caso está mucho más apegado a la comodidad. Comodidad para los que ahí trabajan, para los que asisten a una reunión comercial o evento, para los periodistas y, por sobre todo, para los hinchas y jugadores.
Justamente para conseguirla, y aprovechando el privilegiado entorno natural precordillerano en ligera pendiente y apuntando hacia la ciudad de Santiago, se configura un edificio principal que albergará gran parte de los usos de hospitalidad. Partiendo del estadio actual (anclado al terreno como si fuera un anfiteatro griego), las nuevas necesidades, usos y el aumento del aforo para los espectadores (de 14.000 a 20.000), generará una volumetría unitaria, ligera y elevada respecto a lo que ya hay. Asimismo, se establece un boulevard continuo que genera el acceso a todas las gradas en la parte superior del graderío inferior y que representa la línea que separa lo ligado al terreno respecto de lo elevado. Esto simplifica y agiliza los flujos normales y permite ubicar las plazas para las personas con movilidad reducida. Y no sólo eso, pues se dotará al estadio de un buen número de ascensores que permitan la accesibilidad universal a todos los niveles.
De esta forma, la nueva configuración volumétrica permitirá al lugar transformarse en un espacio cerrado y cubierto, generando una mejor atmósfera de fútbol, una mejor acústica y, en definitiva, creando un recinto de primera calidad para acoger todo tipo de espectáculos.
En lo que respecta a la tecnología, la modernización considera la instalación de 400 paneles fotovoltaicos, luminaria LED en la nueva cubierta (reduciendo la contaminación lumínica hacia el vecindario), un nuevo sistema de riego y una planta de tratamiento de aguas grises. Además, se postulará para obtener la certificación internacional LEED que, de obtenerla, se convertiría en el único estadio en Latinoamérica en contar con ella.
Como se dijo, una de las particularidades del diseño de remodelación del estadio de la UC era construir un recinto que, además de cumplir con todos los altísimos estándares propuestos, fuera sustentable y respetuoso con el medio ambiente. Para llevar a cabo esa misión, sin duda la madera emergió como la materia prima natural, pues además de adaptarse al entorno que rodea a San Carlos de Apoquindo, es un elemento totalmente sustentable con baja huella de carbono que proviene y es parte de la misma naturaleza.
Está previsto que las obras estén terminadas para el segundo semestre de 2023, lo que podría permitir que la nueva casa de los cruzados albergue algunas disciplinas deportivas de los Juegos Panamericanos, evento a realizarse en octubre de ese mismo año en Santiago.