Comenzamos el año 2023 con un tema de actualidad en la sociedad: el impacto medioambiental y la preservación del planeta. Como sabemos, la fabricación aditiva es una de las formas de reducir los residuos producidos y nuestra huella de carbono. A su vez, la tecnología permite crear objetos únicos, personalizados y complejos. Esta es la idea en la que se basa la start-up francesa POOLP, fundada recientemente tras la pandemia mundial. Concretamente, ha desarrollado una microfábrica que integra una gran unidad de impresión 3D capaz de transformar residuos plásticos en productos de alto valor social y medioambiental. Tras ganar el concurso de startups en el evento 3D Print Paris 2022, nos reunimos con sus cofundadores, Lorenzo Fauvette y Thomas Sicouri.

Fuente: 3D Natives

Startup3D

¿Podéis presentaros y explicar vuestra relación con la impresión 3D?

Somos dos arquitectos movidos por una verdadera conciencia ecológica. Compartimos una pasión por las nuevas tecnologías aplicadas a la arquitectura, el arte y el diseño. De hecho, estamos convencidos de que ciertas tecnologías podrían mejorar el comportamiento medioambiental de nuestros modelos de fabricación y consumo. Ambos tenemos un máster en diseño algorítmico y fabricación digital y robótica para la industria de la construcción. Utilizábamos la impresión 3D como herramienta de creación de prototipos y nos dimos cuenta de que, dando un salto de escala, la tecnología tenía un potencial disruptivo en muchos campos.

Lorenzo es uno de los fundadores de POOLP. Presentó el concepto de la startup en el concurso de 3D Print Paris 2022. (Créditos: 3D Print)

¿Cómo nació la idea de crear POOLP?

POOLP nació tras nuestro máster en la ENPC (École Nationale de Ponts et Chaussées). Los dos queríamos ser empresarios y nos dimos cuenta del enorme potencial de la impresión 3D XL en el campo del arte y la arquitectura. Además de un nuevo enfoque del diseño y la fabricación, optamos por utilizar la flexibilidad y compacidad de la impresión 3D para convertirla en una herramienta de valorización de los plásticos.

En ese momento comenzó todo. Empezamos a pensar en un sistema de impresión 3D XL que nos permitiera experimentar con un gran número de materiales reciclados y/o de base biológica. Así nació POOLP y la idea de utilizar residuos plásticos como materia prima para la impresión 3D.

El nombre POOLP proviene de un juego de palabras anacíclico basado en nuestro concepto de economía circular: Plastic LOOP – deletreado al revés se convierte en POOL-P… igual que la economía circular. Y en francés se pronuncia como el animal «poulpe» (pulpo), que puede metamorfosearse, cambiar de color y de forma, igual que la impresión en 3D.

El nombre de la startup se basa en el concepto de economía circular. (Créditos: black13kira)

¿Qué es la microfábrica urbana y su tecnología de impresión 3D XXL?

Hoy en día, las ciudades se vacían cada vez más de actividades económicas relacionadas con la artesanía y la producción local. La microfábrica urbana se plantea como una forma compacta de asentarse en el denso tejido urbano, dinamizar la economía y las iniciativas locales. También permite crear sinergias entre los distintos agentes del sector de la economía circular. Recicladores e industriales para las materias primas, artesanos/diseñadores para el desarrollo de proyectos y, por último, los ciudadanos como usuarios finales.

Concebimos nuestra microfábrica urbana como una herramienta de producción que funciona en un circuito casi cerrado. Es capaz de valorizar los residuos plásticos locales producidos por los territorios en los que se encuentra. Cada microfábrica estará compuesta por varias unidades de fabricación aditiva capaces de transformar nuestros residuos en productos de alto valor estético, social y medioambiental.

Con esta microfábrica, POOLP busca promover una filosofía alternativa de producción y consumo. La idea es utilizar los residuos generados por la sociedad de un territorio determinado para transformarlos en productos finales. Se trata, pues, de desarrollar tanto usos funcionales como piezas artísticas que cambien la mirada sobre los residuos y los valoricen gracias a una herramienta de producción capaz de producir formas complejas. Por eso tenemos previsto, una vez que nuestra primera microfábrica urbana sea operativa y rentable, desarrollar una verdadera red en el territorio nacional.

Queremos desarrollar una tecnología de impresión 3D fácilmente reproducible y capaz de trabajar con la mayor variedad de materiales termoplásticos de desecho, y respetar nuestros compromisos medioambientales. Para ello, hemos tomado máquinas industriales ya en uso y las hemos modificado y ensamblado. Así hemos creado una unidad robótica de fabricación aditiva capaz de fabricar objetos de gran tamaño a partir de residuos plásticos.

Nuestro sistema de impresión se basa en el proceso FGM (Fused Granulate Modeling). Es capaz de imprimir directamente a partir de gránulos y fragmentos de plástico, y no depositando un filamento como con FDM/FFF. Esto nos permite ser más rápidos en términos de tiempo de producción, reducir considerablemente los costes de las materias primas y utilizar y experimentar con una amplia gama de materiales.

Créditos: POOLP

Nuestra unidad de fabricación aditiva consta de un extrusor en el que se introduce el material molido y un cabezal de impresión instalado en un robot ABB IRB 6700 de 6 ejes. Al moverse, es capaz de transformar una geometría virtual más o menos compleja en un objeto real, con precisión y rapidez.

¿Qué tipos de plásticos podéis reciclar? ¿Dónde véis a POOLP en 5 años?

POOLP se creó en julio de 2021 e implantamos nuestro sistema de impresión en marzo de 2022. Así que aún estamos en fase de I+D y no hemos explorado todo el potencial y las posibilidades del sistema.

De momento podemos trabajar con residuos de plástico postconsumo, el contenedor amarillo para que quede claro. Esto incluye envases de comida tipo polipropileno o tapones de botellas tipo polietileno. También trabajamos con residuos postindustriales procedentes del sector de los envases alimentarios o farmacéuticos. Recuperamos los residuos de fabricación que los fabricantes no reintroducen directamente en el ciclo de producción.

Durante el proceso de fabricación no introducimos aditivos ni cargas para estabilizar el material. Esto es importante porque todos nuestros productos pueden reciclarse en los canales de reciclado existentes en Europa. Minimizamos todos los problemas relacionados con el comportamiento del material, como la contracción, el alabeo, etc., ajustando los parámetros de impresión.

Dentro de cinco años, nos gustaría poder trabajar con una amplia gama de residuos, no sólo plásticos, sino también orgánicos y de otro tipo. También esperamos tener varias microfábricas operativas en París, y en otras grandes ciudades estratégicas. A Lorenzo también le gustaría exportar el concepto y crear uno en Roma, la ciudad donde creció.

Ejemplo de estructuras impresas en 3D. (Créditos: POOLP)

¿Qué productos fabrica POOLP hoy en día? ¿Cuál es su mercado objetivo?

En la actualidad, diseñamos y producimos principalmente objetos de diseño y mobiliario, como taburetes, mesas de centro, maceteros y lámparas. Hace poco colaboramos con un artista, Nicolas Viallard, con el que realizamos una escultura de 70 cm x 70 cm, que se expuso en la feria de impresión 3D de París. Nuestros productos adquieren valor no sólo como objetos, sino también como manifiesto de un cambio de paradigma hacia una nueva filosofía de producción y consumo. En la actualidad, nuestros productos se destinan principalmente al diseño de vestíbulos de empresas, hoteles, restaurantes, tiendas, etc. A largo plazo, esperamos poder ampliar nuestra gama de propuestas.

Hoy en día, dirigimos nuestros servicios de co-diseño y fabricación principalmente a arquitectos, diseñadores y artistas que desean dar rienda suelta a su creatividad. Son conscientes de la urgente necesidad de minimizar su impacto medioambiental y buscan participar activamente en la transición ecológica.

¿Cómo puede la impresión 3D promover una economía circular?

La impresión 3D es la herramienta ideal para fomentar la economía circular. Una de sus grandes ventajas es que permite fabricar geometrías más o menos complejas optimizando la cantidad de material utilizado. En nuestro caso, apenas produce residuos de fabricación porque podemos reintegrarlos fácilmente en el ciclo de producción. Además, con la impresión 3D XL, podemos producir fácilmente justo a tiempo. Esto significa que sólo fabricamos las piezas que necesitamos sin sobreproducción y, por tanto, sin piezas sin vender. Otra gran ventaja es que podemos coger las piezas creadas, volver a convertirlas en materia prima y fabricar un nuevo objeto.

Además, nuestro sistema de microfábricas minimizar enormemente los costes de transporte y las distancias. Esto se da al producir lo más cerca posible de las necesidades y con los residuos producidos por las industrias y los habitantes del territorio.

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