Construcciones respetuosas del entorno y pequeñas acciones contribuyen a lograr hogares más amigables con el planeta.

Fuente: Diario Hoy

Con el objetivo de preservar el entorno y reducir el impacto am­biental, la arquitectura sostenible se erige como una opción a la hora de planificar una vivienda.

Las construcciones de este tipo están pensadas y basadas en un respeto hacia el medioambiente, y también buscan evitar los excesivos gastos de energía, a partir de la utilización de los recursos que el mismo entorno ofrece.

“Para comprender este concepto, el pájaro hornero nos da un ejemplo de arquitectura sustentable. El macho y la hembra toman del suelo los materiales de construcción, como barro, piedras y ramas. Luego, los amasan con un poco de agua y con saliva que van segregando, y después van atizonando y golpeando esa preparación. De esa manera, arman su hogar. Una vez que la pareja abandona el nido, el mismo vuelve a fluir otra vez hacia la tierra”, explicó Jorge Czajkowski, director del Laboratorio de Arquitectura y Hábitat Sustentable de la Universidad Nacional de La Plata-Conicet.

En el mundo existen certificaciones que determinan lo sostenible de una edificación. En este sentido, el docente de la casa de altos estudios platense indicó: “Ahora ponen un panel solar, tres árboles y hablan de construcción sustentable. Sin embargo, alguien que no sea el propio autor tiene que decir si lo es y, en ese caso, en qué medida. Tiene que haber una especie de institución externa, ya sea pública o privada, que lo indique”.

Viviendas Sostenibles

Certificaciones

“La primera certificación nació en Inglaterra bajo las siglas Breeam. A partir de esa, los norteamericanos crearon el sistema LEED, que es el más conocido actualmente, a nivel mundial. Los argentinos aún no tenemos certificación propia”, agregó Czajkowski.

Si bien el arquitecto e investigador de la ciudad explicó que la Argentina es uno de los países con menor cantidad de ­edificios certificados en su nivel de sustentabilidad, contó que “en La Plata se ofrecen departamentos en boca de pozo con la ­certificación EDGE, perteneciente al Banco Mundial”.

Ante un medioambiente fuertemente dañado por la intervención humana, pensar en una vivienda sostenible es una gran opción. Cuando esto no sea factible, hay pequeñas acciones que se pueden implementar en los hogares ya edificados.

“Lo más simple y rápido es cambiar la iluminación de toda la casa por luces led. A su vez, como la heladera es el electrodoméstico que más energía consume, conviene invertir en una con mayor eficiencia, que se identifica con la etiqueta AA++. Con esas dos modificaciones, tendríamos la posibilidad de reducir casi a la mitad el consumo de energía eléctrica de una vivienda”, informó Czajkowski.

En lo que respecta a la climatización, el arquitecto recomendó: “Cambiar todos los artefactos es algo muy costoso. Lo más simple para ahorrar gas es colocar en el techo un calentador de agua solar. Los más económicos cuestan entre 300 y 500 dólares, y reducen en un alto porcentaje las tarifas de las facturas. Además, suelen ser de muy fácil instalación”.

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