Color, vida, sabor y arquitectura. Caminar por las estrechas calles del casco colonial de la ‘Sultana de El Oro’ es un viaje que no solo expande los sentidos de quienes la visitan, sino que también permite retratar una de las pocas imágenes más cercanas a lo que fue la construcción española en territorio ecuatoriano.
Fuente: Ekos
Al ser una de las ciudades más antiguas del Ecuador, Zaruma conserva una invaluable riqueza histórica y arquitectónica que está plasmada en sus edificaciones. Sus pintorescas casas, de estilo republicano y las empinadas y estreschas calles se abren espacio en medio de la accidentada geografía del lugar. El centro histórico de este pueblo mágico posee 201 casas patrimoniales con fachadas meticulosamente construidas en madera fina que reflejan diversas técnicas del siglo XIX y XX. Las viviendas engalanan la ciudad con hermosos balcones, numerosos ventanales tallados en madera, tejados color terracotra, grecas y cornisas.
Su cualidad minera se remonta hace mucho antes de la llegada de los colonizadores españoles, fue un causal que permitió el crecimiento de la ciudad. Con la madera como el sistema constructivo preferido, se permitió que Zaruma sea un ejemplo significativo de las ciudades y la actividad humana del siglo XIX y del primer tercio del siglo XX en territorios americanos. Cerca a la Plaza de la Independencia, resalta el santuario de la Virgen del Carmen; este templo edificado entre 1912 y 1930 es considerado una obra de arte hecha íntegramente en madera, con tres naves separadas con arcos de tipo arabesco y una imponente torre de influencia gótica (el sello del edificio). Mientras que la plaza exterior, coronada por una pileta construida en 1904, y regenerada hace poco, es el escenario de los eventos más importantes de la ciudad.
Repleta de floridos jardines que llevan al Museo Municipal, está ubicado junto al Cabildo y en frente a la plaza, se exhiben piezas de cerámica precolombina de la cultura cañari y de otras civilizaciones ancestrales.