Las temperaturas han experimentado un notable aumento en ciertas áreas de Chile y el norte de Argentina, elevándose entre 10 °C y 20 °C por encima del promedio. En las ciudades ubicadas en la cordillera de los Andes se han registrado hasta 38 °C o más, mientras que, en Buenos Aires, la capital argentina, las temperaturas han superado los 30 °C, excediendo su récord previo de agosto por más de 5 °C. Por otro lado, en la ciudad de Rivadavia se registraron picos de hasta 39 °C.

Fuente: CLA

El reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de marzo 2023 alerta que el aumento global de las temperaturas está avanzando rápidamente “El mundo ya se ha calentado +1,2°C desde el periodo preindustrial y alcanzaremos los +1,5°C probablemente en 2030-2035” pero aún es tiempo de cambiar el rumbo. El llamado es a actuar de manera inmediata, pues cada acción tendrá un impacto en mitigar la amenaza que enfrenta la humanidad.

Las intensas lluvias en Chile destruyeron parte de la infraestructura vial en la provincia de Lolol, Región de O’Higgins, en Chile.

Estamos ante un fenómeno global de graves consecuencias, que exige de un compromiso político y sectorial que no puede seguir eludiéndose. El reto de consolidar actividades productivas que aporten a nuestro desarrollo, pero reduciendo nuestra huella de carbono es una tarea que exige de acciones inmediatas y ambiciosas en toda la cadena de valor. Y es que el calentamiento global, y su amenaza a nuestra forma de vida, la biodiversidad y recursos vitales como el agua, nos exige proveer soluciones holísticas y abordar el problema de forma integral.

En este sentido la Asociación Española de la Carretera (AEC) quiere llamar la atención sobre la urgencia de tomar conciencia del creciente impacto de estos sucesos meteorológicos sobre las infraestructuras, especialmente las de transporte, y plantear medidas para su adaptación al impacto del cambio climático. “Estamos ante un fenómeno global de graves consecuencias, que exige de un compromiso político y sectorial que no puede seguir eludiéndose”, ha afirmado la asociación, que ha trabajado en 10 puntos esenciales y prioritarios para tener en cuenta:

Los proyectos viales deben cuantificar la amenaza real, teniendo en cuenta proyecciones climáticas actualizadas.
  1. Realizar una valoración de la vulnerabilidad de toda la red de carreteras (del Estado, autonómica, local y municipal).
  2. Cuantificar la amenaza real, teniendo en cuenta proyecciones climáticas actualizadas.
  3. Llevar a cabo una valoración del riesgo ante el que se encuentran las carreteras, considerando vulnerabilidad y amenazas.
  4. Incorporar el concepto de redundancia en la red viaria, entendida como la disponibilidad de alternativas de emergencias en el caso de que un itinerario clave se vea afectado.
  5. Desarrollar un plan de adaptación de las carreteras al cambio climático, identificando prioridades de actuación e inversiones necesarias.
  6. Considerar la adaptación al cambio climático en la planificación de carreteras, tanto de nuevos itinerarios como en los procesos de adecuación de los existentes.
  7. Adaptar las normativas de diseño a las nuevas amenazas que puedan identificarse (taludes, estructuras, drenaje, pavimentos…).
  8. Fomentar la investigación en materia de resiliencia.
  9. Aprovechar las oportunidades de la digitalización para mejorar la resiliencia de las redes viarias (datos del vehículo conectado, imágenes por satélite, optimización de las operaciones de vigilancia y control…).
  10. Asegurar la colaboración entre todos los implicados (administraciones de carreteras, servicios de emergencia, comunidad científica, empresas, asociaciones…).

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