Se espera una profundización de la industrialización del sector y una mayor demanda de sistemas con menor costo operativo.

Fuente: Clarín

La eficiencia se define como la capacidad de lograr los resultados deseados con el mínimo posible de recursos. En Argentina, todo indica que será imprescindible ejercitar esa capacidad en las obras para afrontar la actualización del precio de la energía y avanzar, necesariamente, en la profundización de un cambio cultural que ponga en valor la responsabilidad ambiental.

Construir de manera eficiente no implica adoptar un sistema o tecnología por sobre otro. En cambio, requiere del análisis de múltiples factores y variables en los que las características del sitio son inalienables, pero también son fundamentales los factores sociales, económicos y culturales.

En ese contexto, se suman a la discusión la industrialización del sector de la construcción y el incipiente crecimiento en los sistemas de acero y madera, y la evolución de los llamados “tradicionales” para responder al desafío de la eficiencia.

En Neuquén, un conjunto de 180 viviendas construidas con paneles de chapa con aislación “tipo sándwich” y losas premoldeadas.

Carlos Vaccaro, Director Ejecutivo de la Cámara Argentina del Acero (CAA), explica que el uso de sistemas de construcción industrializada en acero ha experimentado un crecimiento sostenido en la construcción de viviendas en Argentina”.

Según el vocero de la CAA, “en los últimos tres años se observó una aceleración, no sólo en barrios cerrados del GBA, sino también en otras áreas urbanas; tanto para construcción de viviendas, como en ampliaciones, construcción de escuelas, hospitales, unidades de primeros auxilios, etc”.

Para Vaccaro, este crecimiento se explica por varias causas. “Por un lado, hay una valoración cada vez mayor del consumidor a los atributos propios de la construcción industrializada: eficiencia, sustentabilidad, previsibilidad y calidad. Así el acero utilizado en sistemas de construcción industrializada, ofrece ventajas como la velocidad de construcción, la flexibilidad en el diseño y la eficiencia en términos de peso y resistencia, la certidumbre en los plazos de entrega, etc. Es indudable que, a medida que pasa el tiempo y las ventajas de la construcción industrializada en acero son más conocidas, el público comienza a demandar este tipo de construcción”, destaca.

En Argentina conviven varios sistemas constructivos en acero que comparten sus principales atributos: la posibilidad de lograr altos estándares de eficiencia a través de la industrialización y la producción en serie. También, la alta previsibilidad de cálculo de materiales y costos y la eficiencia energética.

“En un mundo donde los costos de la energía son cada vez mayores, estos sistemas permiten que las construcciones necesiten menos energía para calefaccionar y/o refrigerar, lo que lo hace una gran ventaja frente a otros sistemas constructivos”, sintetiza Vaccaro.

El sistema de mayor crecimiento es el steel framing, basado en la utilización de perfiles estructurales de acero galvanizado liviano. Y la Casa Acindar, que se trata de un sistema industrializado de hormigón prearmado donde hasta el 95% de la fabricación se realiza en una planta. Luego, los módulos son transportados e implantados a la obra.

Para Vaccaro, “es esencial destacar que esta eficiencia en la producción no compromete la integridad arquitectónica de los proyectos y permite la flexibilidad necesaria para adaptarse a diferentes diseños y estilos arquitectónicos, lo que demuestra que la industrialización no está reñida con la creatividad y la estética en la construcción”.

Para obras de mayor porte, el sistema desarrollado con estructura metálica independiente en perfiles estructurales laminados de la serie W (y con uniones abulonadas), paneles de cerramiento de doble chapa aislada y losas del tipo steel deck, reduce los tiempos de montaje y, además, la obra se desarrolla de forma más simple, segura y controlada.

“Probablemente una de las ventajas más importantes de este sistema pasa por la velocidad de ejecución. La utilización de sistemas constructivos sustentables en acero, fundamentalmente en estos momentos de inflación alta, permiten controlar los costos dado que reducen las incertidumbres debido a que la rapidez de ejecución de obra, la previsibilidad en el cómputo de materiales y la disminución de desperdicios y estos son factores importantes que reducen los costos”, cierra el vocero de la CAA.

La hora de la madera

Con menor capacidad de lobby, la industria maderera se ve favorecida por el cambio cultural hacia la industrialización que impulsa el sector productor de acero, en particular en las obras de vivienda unifamiliar.

Daniel Vier, Vicepresidente 1º de FAIMA (Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines) explica que ambas industrias comparten un objetivo común, “convertir a la construcción en eficiente, adecuada a los tiempos que corren, que garantice sostenibilidad ambiental”.

Y destaca que “la madera posee un excelente desempeño” en ese sentido, a partir del desarrollo de bosques sostenibles.

El desafío para ellos es “convencer al profesional que la madera cumple factores ambientales y técnicos” porque en la gente “ya se ha generado una cierta conciencia”.

Por otro lado, algunas normativas en los códigos de construcción suponen obstáculos para la presencia masiva de la madera en las obras.

“En el marco nacional se está avanzado en propuestas de modificación de normativas pero el hecho constructivo sucede en los municipios. Ellos tienen la última palabra”, puntualiza Vier.

La curva de crecimiento de la venta de madera empezó a caer cuando se dejaron de hacer techos de madera, en los años noventa, y las viviendas lucían masivamente techos de losa.

“Eso ahora se está revirtiendo, volvemos a ver una dinámica nuevamente ascendente en la venta de madera para la construcción, no solo para techos sino para toda la obra”, destaca Vier y estima que entre el 1,3 y 1,7% de la construcción del país se hace con ese material (en Chile no llega al 10%).

Actualmente, existe una mesa forestoindustrial nacional abierta. “Creemos que es el momento de tener un proyecto forestal nacional, y al margen de uno u otro gobierno.

Tiene que abarcar en continuidad al menos a 4 o 5 gobiernos porque un bosque tiene entre 4 y 20 años de desarrollo, de estrategias sobre dónde y cuándo se va a plantar. No lo puede movilizar el sector privado solo, necesita del Estado”, asegura el vocero.

Aislar bien siempre

“Los materiales de aislación térmica eficiente se fabrican en el país y pueden formar parte de cualquier sistema constructivo, sea este tradicional, convencional o con diferentes grados de industrialización, en soluciones húmedas o secas, prefabricadas o in situ”, afirma Federico García Zuñiga, Consultor Técnico de Andima (Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes).

Materiales como la lana de vidrio, poliestireno expandido y poliuretano se pueden integrar en la construcción tradicional de ladrillo, en steel framing o en entramados o marcos de madera; o techos aislados por el exterior –techos fríos o invertidos- o por el interior, con distintas terminaciones.

“Las soluciones se adaptan a obra nueva y rehabilitación energética, con materiales disponibles en el mercado y en todo el país”, detalla.

García Zuñiga destaca, por otra parte, la oportunidad latente de impulsar mejoras en las construcciones existentes.

“Argentina tiene un déficit cuali-cuantitativo de casi 4 millones de viviendas. Este grave problema es también una oportunidad. No sólo para construir las viviendas que faltan con mejores condiciones de habitabilidad (ahorro y eficiencia energética entre otras condiciones) sino además para promover un programa sostenido de rehabilitación energética o retrofitting”, añade.

En ese camino, Andima ofrece información técnica, manuales y difusión de estrategias de construcción con los materiales más utilizados para conseguir la aislación térmica eficiente que garantice los estándares mínimos fijados para la vivienda pública, el cumplimiento de las leyes y ordenanzas de acondicionamiento higrotérmico y la mejora sustancial de las prestaciones energéticas, en el marco del Programa Nacional de Etiquetado de Viviendas (con continuidad en las gestiones de Macri y Fernández).

El manual con información técnica y detalles de todas las soluciones disponibles se descarga gratuitamente en la página web de Andima.

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