En busca de un futuro más sostenible, la humanidad ha explorado diversas formas de construcción de viviendas. Desde las primitivas cuevas habitadas por neandertales, hasta la última novedad tecnológica en la materia: la primera casa construida en su totalidad con una impresora 3D.

Fuente: Mundo Constructor

En el afán de disminuir el impacto ambiental y reducir el consumo de energía en la construcción de viviendas, ha surgido la arquitectura bioclimática. Según expertos, se trata de “un tipo de arquitectura que cuida el medio ambiente y aprovecha energías alternativas provenientes de fuentes naturales en el sitio, con el objetivo de asegurar una calidad de vida adecuada para los habitantes del espacio arquitectónico”.

La arquitectura bioclimática integra el contexto social y ambiental para construir viviendas que reduzcan las demandas de energía convencional, principalmente aquellas de origen fósil. El sector de la construcción es responsable del 34% del consumo de energía y del 37% de las emisiones de CO2 en el mundo. Por lo tanto, la arquitectura bioclimática es una alternativa viable para mitigar los efectos del cambio climático.

Arquitectura bioclimática

La arquitectura bioclimática es energéticamente eficiente y satisface las necesidades de confort de manera pasiva en la medida de lo posible. Es una alternativa positiva, ya que la reducción de la demanda de energía necesaria para construirla también se traduce en menores emisiones de carbono a la atmósfera. 

La arquitectura bioclimática no solo es eficiente energéticamente, sino que tiene múltiples aspectos positivos que la hacen una opción cada vez más atractiva. En primer lugar, la utilización de materiales sostenibles de la región, reduciendo así su huella de carbono y considerando su disponibilidad en el sitio y su tasa de regeneración. Además, estos edificios tienen un diseño eficiente, adaptándose al entorno y teniendo en cuenta el bienestar acústico, térmico y la calidad interior del aire.

Otro aspecto importante de la arquitectura bioclimática es el uso de materiales inteligentes, que se desempeñan adecuadamente en la edificación mediante el conocimiento de sus propiedades mecánicas y termofísicas para una aplicación idónea y específica. Esto se traduce en una reducción de la huella de carbono en la operación del edificio y bajos costos de mantenimiento durante su vida útil.

El arquitecto universitario Naoki Solano García explicó qué elementos y estrategias de diseño se toman en cuenta para construir una edificación bioclimática. En primer lugar, se estudia la orientación, tamaño, geometría y alturas en el edificio. Luego, se consideran los materiales envolventes del exterior de la casa. Además, se utilizan sistemas de ventilación pasiva que permiten un adecuado flujo de aire.

Por último, se busca una mejor eficiencia energética de los aparatos y electrodomésticos, especialmente aquellos destinados a la climatización artificial, solo en caso de que sea necesaria. Además, se busca un mejor confort higrotérmico, mediante la búsqueda de una temperatura de neutralidad y una adecuada gestión de la humedad relativa en el aire interior.

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