La arquitectura biofílica es la respuesta desde la construcción a los nuevos desafíos ambientales en las ciudades y a la idea de regeneración urbana. Hablamos de ello.

Fuente: Sostenibilidad

Se cree que el legendario Jardín Colgante de Babilonia, una de las siete maravillas del mundo antiguo, era una explosión de naturaleza en medio del desierto. Esta magnífica construcción, erigida junto a una gran fuente de agua, estaba repleta de una rica variedad de árboles, arbustos y vidas distribuida en jardines en terrazas.

Siglos más tarde, nadie sabe qué pasó con ellos o por qué desaparecieron. Pero, si atendemos a los escritos de la época, podemos decir que los Jardines de Babilonia fueron uno de los primeros diseños de arquitectura biofílica de los que se tiene registro.

Qué es la arquitectura biofílica

Los seres humanos tenemos una conexión innata con la naturaleza, pero lo cierto es que actualmente más de la mitad la población mundial vive en ciudades, lejos de vastas extensiones de campo o de frondosos bosques.

Para tratar de corregir esto, surge la arquitectura biofílica. El término biofilia fue acuñado por el psicólogo social Erich Fromm para describir el “amor por la vida” que explicaba dos tendencias fundamentales de los organismos vivos: mantener la vida frente a las amenazas de muerte y la integración positiva entre ellos.

Partiendo de esta idea, la arquitectura biofílica busca mejorar la calidad de vida reconectando a los humanos con el medio natural diseñando edificios y espacios que acercan a las personas a este.

Partiendo de esta idea, la arquitectura biofílica busca mejorar la calidad de vida de las personas diseñando edificios y espacios que las acerquen a la naturaleza y reconecten con ella.

Es la solución moderna a nuestro alejamiento progresivo de los entornos naturales. Pero también es la respuesta de la arquitectura a los crecientes desafíos ambientales y sociales que experimenta nuestro mundo. Diseños regenerativos capaces de generar un impacto positivo en el planeta y también en las comunidades a las que afectan.

Características de la arquitectura biofílica

Los diseños biofílicos buscan la armonía con la naturaleza al mismo tiempo que hacen frente a la crisis climática, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del aire y muchos otros desafíos urgentes del presente. Considerado como uno de los pioneros del diseño biofílico, Stephen Kellert estableció las dimensiones y atributos que definen este tipo de arquitectura:

Experiencia directa de la naturaleza

Cuando se construye un edificio lejos de la ciudad o a las afueras es fácil ofrecer vistas panorámicas del mar o de un frondoso bosque desde las ventanas. Pero dentro de la urbe, es prácticamente imposible. Por eso los arquitectos optan por diseñar amplios patios interiores con zonas verdes y árboles, para brindar a los ocupantes vistas y acceso a la naturaleza.

En esta dimensión también cobran importancia la mejora de la calidad del aire y la ventilación, el acceso a luz natural y la presencia de vegetación interior y fuentes u otros elementos que incorporen el agua en el diseño del edificio.

Un gran ejemplo son las paredes y techos verdes. Estas estructuras no solo agregan oportunidades visuales para conectarse con la naturaleza, sino que también mejoran el medio ambiente. Una fachada verde colocada sobre una pared existente o una “pared viva” compuesta de plantas puede ayudar a reducir el efecto de isla de calor urbano.

En clima cálido, un techo verde actúa como una masa refrescante, desviando la penetración de la luz solar. En climas más fríos, proporciona un mayor aislamiento, lo que resulta en una menor demanda de calefacción.

Experiencia indirecta de la naturaleza

La experiencia indirecta se refiere al contacto con imágenes o representaciones de la naturaleza. En esta categoría contamos elementos tan simples como incluir pinturas o sonidos relacionados con el medio ambiente. Pero también hablamos de aspectos más estructurales, como los materiales y los acabados, que juegan un papel esencial en la conexión de los usuarios de un espacio con la naturaleza. Si empleamos materiales como la madera, podemos proyectar un entorno natural dentro del espacio.

Lo mismo ocurre con las formas. Si incluimos diseños y patrones inspirados en la naturaleza será más fácil evocarla incluso dentro de una oficina. También podemos incluir geometrías naturales en la decoración, como el patrón de panal de las abejas y las ondas que se encuentran en el agua.

Experiencia de espacio y lugar

Se trata de generar espacios que impacten en las emociones de las personas que los ocupan. Y es que la arquitectura biofílica no solo se trata en poner una planta o una mesa de madera, sino de crear espacios donde las personas deseen estar. En este sentido, es importante lograr distintos ambientes, zonas estimulantes, que animen a pensar, a ser creativo, y otras en las que puedan encontrar esos tiempos necesarios de desconexión..

Beneficios

Los edificios tienen un impacto significativo en la salud y el bienestar de las personas, ya que pasamos aproximadamente el 90 % de nuestro tiempo en interiores.

Recientes estudios aseguran que un diseño más sostenible como la arquitectura biofílica, que favorece el contacto con elementos naturales en un espacio de trabajo, mejora el bienestar de las personas y aumenta su productividad. Y es que reconectarse con la naturaleza ha sido reconocido como uno de los desafíos más urgentes de la arquitectura urbana contemporánea.  

Especialmente durante el confinamiento por el COVID-19, cuando la mayoría de los habitantes urbanos tenían un acceso mínimo a jardines, parques o al campo. En este contexto, la integración de los diseños biofílicos va cobrando cada vez más importancia.

Regeneración urbana y arquitectura biofílica

Uno de los ejemplos más recientes de arquitectura biofílica lo encontramos en Madrid, el proyecto de rehabilitación de OMBÚ.

Tras años en desuso, ha sido rehabilitado respetando su estructura original para convertirlo en un singular complejo de oficinas fundamentado en la arquitectura biofílica.

La rehabilitación de este edificio cuenta con acciones de economía circular y de regeneración urbana que logran un impacto positivo en la zona. Las tierras degradadas por su anterior uso han sido tratadas y descontaminadas. Ahora el espacio cuenta con más de 2.400 m2 de zonas, se han plantado más de 350 árboles y 28.000 plantas de diversas especies locales y de bajas exigencias hídricas. Además, la nueva estructura interior del edificio ha sido fabricada con madera de castaños procedente de bosques de proximidad.

La arquitectura biofílica demuestra que el ser humano es capaz de transformar el mundo que habita en armonía con la naturaleza. Otro tipo de construcciones, más sostenibles y responsables con el medio ambiente y el bienestar de las personas, son posibles gracias a esta forma de diseñar y concebir los edificios.

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