La Fundación Luigi Rovati representa un viaje en el tiempo entre arquitectura y arte, forma y materia, ciudad y civilización, conviertiéndose en un salón urbano y refinado abierto a la ciudad.

Fuente: Arquitectura & Empresa

Corso Venezia es una importante arteria de la ciudad de Milán, antiguamente denominado Corso di Porta Orientale, conectaba el centro de la ciudad con la puerta que llevaba este nombre. En 1770, uno de los hijos de la emperatriz austriaca María Teresa, Fernando, se trasladó a Milán nominado gobernador de la ciudad. Para la ocasión, encargaron al arquitecto Piermarino la construcción de unos elegantes jardines públicos con el fin de embellecer la avenida.

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A partir de este momento, la nobleza milanesa empezó a edificar numerosos palacios de gran valor arquitectónico en esta avenida. Uno de ellos es el palacio neoclásico Bocconi-Rizzoli-Carraro, construido en 1871 por el Príncipe de Piombino y hoy sede de la Fundación Luigi Rovati.

Mario Cucinella Architects se ha encargado del proyecto de recuperación arquitectónica del edificio, de su ampliación y de la anexión de zonas para la creación de un nuevo museo. Asimismo, el estudio ha desarrollado el diseño de interiores y la dirección artística general, para entregar un lugar abierto a la ciudad, un centro de experimentación e investigación que alberga una importante colección de hallazgos etruscos.

Espacio de entrada a la Fundación Luigi Rovati obra de Mario Cucinella Architects

El edificio preexistente alberga las oficinas de la Fundación, espacios para exposiciones de arte contemporáneo con intervenciones site-specific en algunas salas, zonas destinadas para eventos y exposiciones temporales, una biblioteca, una sala de conferencias y un restaurante en la tercera planta.

En la planta baja del palacio se han instalado los servicios del museo: el vestíbulo, la taquilla, la librería y la cafetería bistró con vistas al jardín. Desde el vestíbulo se accede a los nuevos espacios de la planta subterránea, construidos sin alterar las características del edificio original.

Imagen del interior de la Fundación Luigi Rovati obra de Mario Cucinella Architects

Durante la primera fase de las obras de rehabilitación, se realizaron trabajos de excavación para la construcción de dos nuevos pisos subterráneos, uno dedicado al museo y el otro a los servicios y almacenamiento de obras. Para ello se reforzaron la estructura y los cimientos. Se colocaron pilotes de cimentación provisionales para permitir la demolición de las estructuras de cimentación existentes y la construcción de las nuevas plantas subterráneas.

Imagen del interior de la Fundación Luigi Rovati obra de Mario Cucinella Architects

A partir de aquí se desarrolla un proyecto poco convencional que hace referencia a la necrópolis etrusca de Cerveteri, patrimonio de la UNESCO. La visita inicia mediante una escalera tallada en pietraforte florentina que acompaña el visitante hasta el espacio expositivo, formado por tres salas circulares y una gran sala elíptica. Se trata de un recorrido a través de un espacio de claroscuros caracterizado por sus formas ondulantes y continuas que dotan al espacio de fluidez y sentido unitario.

Grafico obra de ZUP Design


El lugar iluminado de forma tenue está formado por 30.000 bloques de pietraforte florentina diseñados uno a uno. El tamaño y la proporción horizontal de los sillares de 5 centímetros de espesor y un metro de largo y espaciados 5 milímetros, crean una atmósfera suspendida y mística que recuerda la relación viva con el más allá, típica de la civilización etrusca. Las lascas de cuarzo aportan puntos brillantes al espacio oscuro con aire de cantera excavada.


Para probar los aspectos de este particular sistema constructivo, los arquitectos de MCA realizaron numerosos experimentos a escala real e incluso construyeron, en la sede de Bolonia, una maqueta a escala real de una parte de la cúpula.

Imagen del interior del nuevo museo Luigi Rovati

El proyecto del espacio expositivo ha sido diseñado con detalle para convertirse en parte integral de la narrativa del proyecto. Se han construido vitrinas diseñadas específicamente para eliminar reflejos. Los jarrones y otros objetos parecen estar suspendidos dentro de cajas casi invisibles.

Las vitrinas y el mobiliario interior diseñados con altos estándares internacionales en términos de calidad técnica, estética y funcional introducen elementos de novedad y experimentación en el ámbito museístico.

Imagen del interior del palacio de la Fundación Luigi Rovati

El itinerario de la exposición proporciona una lectura amplia de la civilización etrusca, mostrando los sistemas de planificación urbana y contando la historia de la ciudad, la organización de los espacios habitables, la dimensión urbana y los objetos.

Interior de la Fundación Luigi Rovati

Como en la mayoría de los proyectos de MCA, un elemento fundamental del proyecto ha sido la atención a la sostenibilidad medioambiental y energética del edificio que está en proceso de certificación LEED. Para la climatización se han utilizado los recursos geotérmicos de la ciudad de Milán, eliminando emisiones de gases con efecto invernadero, y se han reducido las necesidades energéticas con un sistema fotovoltaico colocado en el techo.

Imagen del interior de la Fundación Luigi Rovati

También, se ha mejorado el rendimiento de la envolvente aislando los muros históricos y sustituyendo las ventanas y puertas por componentes de alto rendimiento térmico. Además, se han incluido sistemas para tratar y filtrar el aire garantizando un alto nivel de calidad, y se han rediseñado las luminarias específicamente para el edificio y sus ambientes. El jardín exterior ha sido diseñando siguiendo los vínculos paisajísticos y de patrimonio, integrando especies ya presentes en el contexto de la ciudad y optando por especies arbóreas con necesidad de poco riego.

Imagen del interior de la Fundación Luigi Rovati

La Fundación Luigi Rovati se ha convertido en un interesante y elegante nuevo polo cultural situado en el centro de la ciudad. En palabras de Mario Cucinella: “Gracias al extraordinario trabajo y al entusiasmo de la presidenta de la Fundación, Giovanna Forlanelli, hemos podido realizar esta importante intervención, que contribuye a la oferta cultural de la ciudad de Milán. No se trata sólo de un museo, sino de la producción de nuevas visiones culturales y un compromiso social de extraordinaria relevancia para nuestro tiempo, gracias también a la contribución estratégica del prof. Mario Abis”.

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