“Casa de acero hecha por artesanos” es un buen ejemplo de autoconstrucción. En un período de diez años, un antiguo garaje se convirtió en una residencia de madera con una fachada de acero corten. Fue una tarea desafiante en la que la buena cooperación, la perseverancia y el amor por el oficio llevaron a un resultado final increíble.

Fuente: Plataforma Arquitectura

Zecc Architecten diseñó la fachada y los clientes realizaron todo el proyecto ellos mismos con la ayuda de artesanos amigos.

En esta vivienda se renovaron las características estilísticas de una casa de clase trabajadora. La residencia se destaca fuertemente en abstracción y material, pero está en consonancia con los edificios adyacentes a través de la forma, composición y detalle. Elementos característicos de la fachada, como la cubierta del ático y la estructura de la propia chimenea, fueron esculpidos prácticamente en chapas de acero corten por los arquitectos.

Todas las ventanas de la nueva fachada tienen un carácter propio, anticipándose a la función que se alberga detrás de ellas, pero forman en conjunto una composición abstracta. A nivel de calle, se optó por un frente empotrado transparente, que ya había estado presente antes, y de esta manera está más acorde con los edificios vecinos. La “ventana saliente”, que tiene la forma de una superficie cerrada en voladizo, es donde se ubica el baño y con un pequeño espacio en la parte superior, se logra una buena ventilación. La pequeña hendidura del segundo nivel, da cabida a un pequeño balcón, que funciona como una extensión de la sala de estar.

Detrás de la dura fachada de acero, en ocasiones algo cerrada, se esconde una residencia íntima y ligera. Los espacios interiores se organizan en torno a un elemento de mobiliario escultórico tallado en madera de roble. La luz del sol, que penetra en el interior de la casa a través de los lucernarios del patio interior, se refleja en la cálida superficie de la madera que se despliega en armarios, librerías y el volumen de las escaleras.

A través de su singular fachada, esta casa destaca en su entorno inmediato, contrastando con la tipología tradicional de vivienda urbana y reafirmando su identidad como tal. Se apropia de la historia del lugar, resonando en sus formas agudas algunas de las principales características arquitectónicas de este barrio: el carácter artesanal de su arquitectura. La materialidad del acero opera como un elemento paradójico. A primera vista, su ligereza contrasta fuertemente con el peso de las estructuras de ladrillo macizo adosadas, pero al mismo tiempo, está en perfecta sintonía con ellas, ya sea por sus colores y tonalidades o por la pátina del tiempo que rápidamente deja su marca en la superficie metálica. La elección del acero corten también se debe a otro factor importante: es el hogar de uno de los escultores de acero más importantes de la ciudad.

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