Un refugio sostenible, el nuevo proyecto sustentable y eco-eficiente del arquitecto Bernat Llauradó, se funde con el entorno integrando el adentro con el afuera.

Fuente: La Vanguardia

Rodeada del bosque del Empordà, en España, se encuentra esta construcción que destaca por su contrafachada de vidrio desde la que se puede apreciar el entorno natural, dando la sensación de aumentar el espacio más allá de sus límites.

Interior y exterior se funden brindando a su residente una experiencia única de paz y tranquilidad. Galería fue bautizado el nuevo proyecto de Tallerdarquitectura, con Bernat Llauradó como arquitecto al frente de este diseño sostenible y eco-eficiente.

refugio

Se trata de una reforma y pequeña ampliación de una edificación preexistente para aprovechar al máximo los recursos ya disponibles. Se encuentra situada en medio una especie de anexo de una masía centenaria típica de la zona. “El volumen original era una construcción de escaso valor arquitectónico y constructivo”, afirma el arquitecto Bernat Llauradó.

Edificación ahora transformada en una suerte de mirador desde el que contemplar el paisaje circundante con una mayor sensación de apertura. “Para mí el tema de la arquitectura y el paisaje están muy vinculados, que de dentro siempre tengas esta sensación de fuera es algo que constantemente busco en mis proyectos”, señala Llauradó.

El espacio puede adaptarse respondiendo a las necesidades del habitante gracias a un sistema de enormes contraventanas de madera plegables que, con sus postigos orientables, permiten una apertura completa o la opción de tamizar la luz para generar un ambiente más íntimo o incluso la total oscuridad.

El proyecto apuesta por la autosuficiencia energética con la implementación de placas solares y el aprovechamiento de la gran entrada de luz solar. También se tuvo en cuenta la utilización durante la construcción de materiales de proximidad para generar un menor impacto ambiental.

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Ideada como casa de retiro para una persona de avanzada edad que busca disfrutar del entorno y la calma propios de quien se complace al máximo del contacto estrecho con la naturaleza hasta tener la sensación de fundirse con ella. “De día es como un mirador y de noche es un poco a la inversa, como una pequeña luciérnaga en el bosque”, describe el arquitecto Llauradó.

“El objetivo de la renovación era que pudiera entrar el máximo de luz posible, que sea un espacio para gozar, para disfrutar en exterior pero estar protegido. Modificarlo para que sea un lugar realmente agradable para vivir, esto es, yo creo, el objetivo de la arquitectura”.

Para no contrastar con el entorno, en la casa priman las texturas y componentes naturales. Baldosas de barro, madera, hierro y corcho hacen del interior un ambiente cálido y confortable.

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El volumen blanco contrasta con la naturaleza a su alrededor. El diseño del mismo llevó tres meses y las obras se realizaron en seis meses, priorizando la utilización de materiales y sistemas con un ciclo de vida de bajo impacto (en comparación con otros equivalentes). De esta forma consiguieron un ambiente acogedor y minimalista donde el protagonista es el exterior, para disfrutar del bosque ampurdanés durante todos los días del año.

El buen comportamiento térmico se debe al filtro de las contraventanas de lamas plegables. Gracias a ello no es necesaria la utilización de sistemas de aire acondicionado en los meses de verano. Por otra parte, en invierno la nueva contrafachada vidriada permite captar los rayos solares para disfrutar de una mejor temperatura en el interior de la vivienda.

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