Una startup letona llamada Brette Haus ha diseñado varias casas que pueden ‘mudarse’ hasta 100 veces. Analizamos el potencial de estas viviendas portátiles, que en teoría pueden ser montadas en apenas tres horas.
Fuente: Sacyr
Viviendas portátiles que se doblan y desdoblan para que sus propietarios puedan viajar por el mundo con ellas a cuestas. Es la creación de una startup letona convencida de que “actualmente la gente es flexible y no está arraigada en un único lugar”. Estas casas se guardan en una caja y, en teoría, dos personas pueden desplegarlas y montarlas en menos de tres horas.
De vivienda a oficina y albergue de refugiados
“¡Imagina tu hogar acogedor en cualquier lugar!”, sugieren los creadores. En 2019 lanzaron su primera cabaña plegable. Ahora tienen cuatro diseños diferentes con una superficie útil de 16,5 a 27 metros cuadrados, que sugieren instalar en varios lugares —por ejemplo, escondidas en el bosque o ‘brillando’ en el jardín— y darles diferentes usos. Además de que pueden ser utilizadas como una vivienda, también pueden servir como oficina, alojamiento turístico, espacio recreativo o comercial e incluso albergue para refugiados.
Estas pequeñas casas prefabricadas están equipadas con toda la ingeniería necesaria: de la plomería al cableado eléctrico pasando por el alcantarillado. Además, la empresa ofrece diferentes soluciones dependiendo de la ubicación, como precablear la casa con un kit de energía solar y agregar una estación de bombeo con un filtro de agua y un módulo de alcantarillado. Si bien sus creadores ofrecen los collages de interiorismo de IKEA, es probable que las opciones de personalización sean limitadas en comparación con una vivienda tradicional.
Para su construcción, se utilizan materiales naturales y paneles fabricados pegando varias capas de madera contralaminada austriaca en condiciones especiales de prensado. Esto elimina el riesgo de encogimiento de la casa, mejora el aislamiento y la durabilidad y le permite prescindir del aislamiento térmico incluso en climas fríos. Así lo afirman sus creadores, que aseguran que “estas cabañas generan alrededor de un 80% menos de desechos y usan un 99% menos de agua que las casas estándar”.
Un sistema de bisagras para reubicar 100 veces la vivienda
Una vez que se compra la casa, el tiempo de fabricación es de entre ocho y 10 semanas. El fabricante se encarga de la instalación inicial. Si bien existen viviendas que no necesitan engancharse a la red, otras tienen que conectarse a la electricidad, el agua y una tubería de alcantarillado. Si más adelante el propietario quiere mudarse con la casa a cuestas, puede contratar un camión grúa para plegarla, trasladarla y desplegarla. Estas viviendas tienen un sistema de bisagras que permiten reubicarlas 100 veces, según sus creadores: “Una arquitectura tan transformable como las casas plegables podría compararse con una finca móvil”.
Si bien las casas portátiles y pequeñas pueden ser una buena opción para quienes buscan una vivienda asequible, portátil y sostenible, suelen tener algunas limitaciones. Además de que pueden ser menos duraderas que las casas tradicionales —debido a que están hechas de materiales más ligeros y fáciles de transportar—, en algunas áreas pueden enfrentar restricciones normativas y reglamentaciones que dificulten su establecimiento o uso como vivienda permanente.
El fabricante asegura que en muchos países el hecho de que la casa haya sido diseñada para plegarse y reubicarse varias veces elimina la necesidad de un permiso de construcción. Aun así, advierte de que la mejor opción es consultarlo con las autoridades locales. “Teniendo en cuenta el hecho de que está obteniendo una casa pequeña o una unidad emergente por el precio de un automóvil, esto podría no ser tan relevante”, opinan sus creadores. El precio depende del modelo: parte de los 32.000 euros y hay una que supera los 60.000.
Brette Haus no es la única compañía que trabaja en las viviendas portátiles. Hay otras como Ten Fold o Nestron que intentan conseguir el éxito de estas casas. Incluso IKEA se ha lanzado a este negocio con su proyecto Tiny House, que tiene como objetivo “educar mejor e inspirar a los consumidores a llevar la sostenibilidad a sus propias vidas”. Habrá que esperar para comprobar si la demanda de viviendas asequibles, portátiles y sostenibles crece en los próximos años y estas empresas consiguen su objetivo: que las casas portátiles triunfen en el mercado.