Los centros basales buscan la aplicación y transferencia de los resultados de sus investigaciones, para contribuir con las políticas públicas y/o aumentar la competitividad de la economía chilena. 

Fuente: Madera21

CENAMAD reúne a diversos sectores del panorama nacional, desde universidades, centros de investigación, la industria y el sector público, para aprovechar el gran potencial de la madera en toda su cadena de valor como una solución a los problemas de habitabilidad y sustentabilidad de la construcción. Sus lineamientos son la construcción en madera, la elaboración de bioproductos y la sostenibilidad de los territorios forestales.

A principios de 2020, surgió un llamado de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) para centros basales de excelencia y productividad científica. Éste implicaba un financiamiento basal de 6.000 MM, distribuido en cinco años y renovable por otros cinco, para el fortalecimiento de la base científica de Chile, en miras hacia un mayor desarrollo social y económico. 

Los centros basales buscan la aplicación y transferencia de los resultados de sus investigaciones, para contribuir con las políticas públicas y/o aumentar la competitividad de la economía chilena. Lo anterior llamó la atención del Centro de Innovación en Madera (CIM) de la Universidad Católica de Chile, que hace más de 15 años trabaja en conjunto con la industria en el ámbito de la construcción en madera, para ampliar la mirada de toda la cadena de valor y sumar más actores en torno a un trabajo colaborativo y un desafío común.

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“Rápidamente, nos pusimos en contacto con distintas universidades líderes en investigación en estas áreas y los invitamos a sumarse a este desafío”, señala el Presidente del Directorio CIM/CENAMAD, Francisco Lozano. “Vimos en este llamado una oportunidad para crecer y mostrar que la investigación y el desarrollo en base a madera puede convertirse en un motor para el país y para combatir los efectos del cambio climático”, sigue. 

Fue así como, en un proceso inédito, distintos investigadores trabajaron en una postulación robusta que compitió con otras 28 a nivel nacional, de las cuales se escogieron los 9 nuevos centros científicos y tecnológicos con financiamiento basal. La evaluación escogió proyectos ligados a la inteligencia artificial, al modelamiento matemático, la astrofísica y la medicina, como también al Centro Nacional para la Industria de la Madera (CENAMAD), el cual destacó por la excelencia de su equipo científico y el gran potencial de transferencia para la industria de la madera. 

El objetivo final del nuevo centro es convertir a la madera, desde las áreas de la bioeconomía y sustentabilidad, en el principal motor de nuestro país. Y para alcanzarlo, más de diez de las entidades más influyentes de la industria son parte del proyecto. 

Desde el sector público, con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) y el INFOR, institución perteneciente al Ministerio de Agricultura, como también del sector privado y de la industria, viéndose representado por empresas de las distintas divisiones de la cadena de valor, tales como la Corporación Chilena de la Madera (CORMA), Arauco y CMPC, u otras de materiales para la construcción con madera, como Lonza Quimetal y Simpson Strong-Tie, o industrializadoras tales como Patagual Home y Tecnopanel. A estas últimas se une Leitat Chile, centro tecnológico sin fines de lucro enfocado en la adición de valor con base tecnológica.

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Finalmente, desde la academia se suman cuatro universidades para aportar con sus conocimientos, investigación y experticia. La Universidad de Concepción, la Universidad del Bío-Bío, la Universidad de Talca y la Universidad de la Frontera, junto al Centro de Desarrollo Tecnológico (UDT). En total, el equipo de expertos de CENAMAD suma 41 investigadores, nacionales e internacionales, orientados al desarrollo de investigación de punta focalizada en la valoración de la madera y la transferencia de la misma. 

Para poder materializar este curso de acción alrededor de la cadena de valor del sector, el centro ha dividido sus áreas de trabajo en seis líneas de estudio, agrupadas alrededor de tres grandes tópicos troncales, los que orientarán el curso de acción de los distintos equipos y proyectos. 

El primero es la sostenibilidad y productividad de los territorios forestales, cuyo trabajo busca establecer y potenciar medidas que aseguren la conservabilidad de los territorios, por medio de estándares de productividad, de calidad y variedad de los bosques. El segundo es el desarrollo de bioproductos de valor para la construcción, donde se encuentran los estructurales y no estructurales, la manufactura con tecnología de punta y la modificación de sus propiedades y funcionalidades. También la necesaria valorización de los residuos madereros y la innovación que permita el desarrollo de nuevos materiales.

Y el tercero refiere a la construcción en madera, donde sus focos apuntan al desarrollo y crecimiento de la ingeniería sísmica aplicada a la misma, buscando alcanzar rendimientos similares a los del hormigón, además de aprovechar las virtudes propias del material. 

A esto se agrega el avance en estructuras de mediana y gran altura, ya sea a través de estructuras completamente de madera o híbridas, y la creación de nuevos tipos de losas, muros y techumbres. Las estrategias de preservación, protección y durabilidad contra agentes externos como el fuego, la aplicación de nuevas herramientas digitales al sector, el potenciamiento de las aristas sustentables del material, y el trabajo en políticas públicas, son otras de las distintas áreas a abarcar.

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