Colombia le apuesta a la construcción sostenible de acuerdo con las normativas que se vienen implementado y que aportan a la mitigación y adaptación del cambio climático y que generan un efecto positivo en la salud y el bienestar de las personas.
Fuente: Vanguardia
La construcción sostenible en países desarrollados es cada vez más frecuente, pero en comparación con Latinoamérica, Colombia hoy en día está en el top 10 de los países con mayor número de proyectos certificados en construcción sostenible. Además, ocupa el puesto 4 en la región, siendo Brasil el primero, México el segundo y Chile el tercero.
Las cifras fueron dadas a conocer en el marco del Taller ‘Sostenibilidad en la construcción’, realizado por la constructora Marval el día de ayer.
De acuerdo con María Alexandra Cardona, representante de GBCI en Colombia, en cuanto a la certificación de proyectos sostenibles, el país está muy bien posicionado y es un referente a nivel latinoamericano en temas de desarrollo en construcción sostenible, es decir, desde un local comercial hasta una edificación completa.
Y a escala urbana, precisa Cardona, Colombia es líder en Latinoamérica porque es el primer país que certifica proyectos y ha sido referente también para países como Arabia Saudita.
Explicó además que en Colombia el marco normativo también ha avanzado muchísimo y es el primer país de Latinoamérica en tener una taxonomía verde, en que la Superintendencia Financiera y el Gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, determinará cuáles son los aspectos que se deben tener en cuenta y cómo se debe medir este factor, para determinar si un proyecto es elegible para ser verde y recibir un financiamiento a escala de la Bolsa de Valores y demás.
De igual manera, durante el mismo taller, Lorena Pupo, ingeniera civil y experta en sostenibilidad, explico que hay diferentes tendencias de la construcción sostenible: “Hablamos más de temas de resiliencia y esto es fundamental porque como país se emite menos del 1 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. La razón, además, para pensar en contribuir más en estos temas, es que Colombia es de los países más vulnerables al cambio climático, por la ubicación del país, por toda la biodiversidad que tiene, y es importante empezar a trabajar en todos los temas de resiliencia; en segundo lugar en temas de bienestar y equidad social, es decir, priorizar a las personas donde se pueda garantizar una buena calidad de vida”.
Otro aspecto es el carbono neutralidad, es decir, priorización de soluciones pasivaS, proyectos altamente eficientes con materiales bajos en carbono y, por último, las finanzas climáticas, donde es clave tener recursos como un gran movilizador del cambio hacia las construcciones sostenibles.
Los beneficios
Precisamente, sobre los beneficios de las construcciones sostenibles o verdes, Alex Leandro Pérez, docente del programa de Arquitectura de la Universidad de La Salle, explicó que desde el punto de vista económico pueden generar a largo plazo reducciones en consumos energéticos, así como la reducción de costos constructivos porque pueden utilizar sistemas o elementos que son reutilizados o que tienen bajo impacto ambiental.
También en la lógica de lo económico se puede incluir la atracción de nuevas nuevos mercados responsables con el medio ambiente, es decir, potenciales propietarios o compradores que valoran este tipo de soluciones, porque tienen compromiso con los problemas de actuales del planeta y el calentamiento global.
De igual manera, el docente de la Salle manifestó que sobre los impactos que generan las construcciones verdes al medio ambiente se puede resaltar las estrategias que aportan para el combate al calentamiento global, las posibilidades de ahorro de energía o la implementación de energías limpias, la incorporación de ahorros de agua o la reutilización de esta a través de sistemas de recolección, entre otros.
Además, según el experto, entre los beneficios relacionados con el cuidado de la salud se encuentra que son construcciones que tienen como base fundamental el confort del ser humano, por ejemplo, una relación apropiada con el medio ambiente o la arquitectura bioclimática, que es la relación entre la naturaleza, el contexto y las personas que habitan las viviendas o los espacios habitables.