Construcción, hormigón e impacto medioambiental son tres conceptos íntimamente vinculados. Los expertos buscan ahora materiales naturales o reciclados que sean versátiles, robustos y que puedan ser reutilizados. Reducir el consumo de energía, recursos y residuos es la clave para contribuir con la sostenibilidad.

Fuente: BBVA

Cuando estalló la Guerra de Crimea en 1853, el inventor inglés Henry Bessemer comenzó a investigar para fabricar armas más ligeras y eficientes. Pero todo lo que construía era demasiado pesado y, además, tardaba mucho en presentar cada proyecto: todo indicaba que para lograr buenos resultados necesitaba producir acero de forma más rápida y económica.

Tres años después, Bessemer patentó un método basado en la oxidación que le permitía agilizar la fabricación del acero y además abaratar su coste. Y, así, transformó el mundo. Las vías de ferrocarril se multiplicaron y los edificios pasaron a ser cada vez más altos. El ritmo de la construcción se disparó y cambió para siempre la forma de los pueblos y las ciudades.

De la madera al hormigón reciclado los 4 materiales más sostenibles del mundo de la construcción

El modelo constructivo que comenzó con la Revolución Industrial y se aceleró con el uso masivo del hormigón ha dejado una huella importante en el medioambiente. Hoy, el mundo gira en otra dirección, y busca utilizar materiales sostenibles para reducir el impacto que nuestras construcciones tienen en el planeta.

¿Qué son los materiales sostenibles?

Los materiales sostenibles son aquellos que generan un menor impacto ambiental. De acuerdo con el Centro Transfronterizo de Innovación Empresarial en Ecodiseño en la EUROACE–DEsign & GReen Engineering (DEGREN), entre estos destacan los materiales naturales, los reciclados, los que se elaboran a partir de recursos renovables y aquellos cuyo proceso de fabricación conlleva una reducción del uso de recursos naturales.

De la madera al hormigón reciclado: los 4 materiales más sostenibles del mundo de la construcción

A la hora de elegir materiales sostenibles, también se tiene en cuenta que no generen emisiones tóxicas a lo largo de su ciclo de vida, que sean resistentes, duraderos y versátiles y que puedan volver a ser reutilizados o reciclados al final de su uso.

Utilizar materiales sostenibles es fundamental para reducir el impacto ambiental de la construcción, una actividad que contribuye en gran medida al agotamiento de los recursos, al consumo excesivo de energía, al vertido de residuos y a la emisión de gran parte de los gases de efecto invernadero (GEI) que aceleran el cambio climático.

“Hacer un uso eficiente de los recursos en la construcción es muy importante, porque esta actividad necesita de gran cantidad de materiales cuya producción conlleva un consumo importante de recursos naturales y energéticos”, explica Francisco Agrela, catedrático del Área de Ingeniería de la Construcción de la Universidad de Córdoba y director del Máster en Tecnologías Avanzadas de Materiales para la Construcción Sostenible del mismo centro.

“El sistema constructivo que se ha desarrollado en los últimos siglos, basado en extraer recursos naturales para producir materiales de construcción que tras su uso terminan en el vertedero o en la naturaleza, no resulta sostenible”, señala.

Al pensar en materiales sostenibles, solemos imaginar los naturales, como la madera y el corcho, ya que están presentes en el medio natural, apenas necesitan ser procesados y generan residuos biodegradables. Sin embargo, no son los únicos: cada vez más, se opta por reciclar y tratar otros ya usados, como los áridos o el hormigón, para que vuelvan a introducirse en la cadena de construcción.

“Los propios escombros, que técnicamente denominamos residuos de construcción y demolición [RCD], pueden reconvertirse en materiales muy válidos –explica Agrela–. Diversas investigaciones nos muestran que, con cierto tratamiento, es viable utilizarlos. De este modo se reduce el consumo de recursos y se evita que los residuos terminen en los vertederos”. Estos son algunos de los materiales que juegan un papel importante a la hora de reducir las emisiones de la industria de la construcción y el uso de materias primas.

Madera, sostenible pero no siempre

Si se extrae y se usa correctamente, la madera es un material que resulta sostenible. Sin embargo, su uso desmedido ha llevado a la sobreexplotación de bosques de todo el mundo, lo que ha acelerado la crisis de biodiversidad y el cambio climático. La madera es, según CITES, la mercancía de origen silvestre más traficada de forma legal a nivel internacional.

Para considerar la madera un producto sostenible, esta debe proceder de prácticas extractivas legales y no provenir de especies amenazadas. Además, tal y como señalan en la Guía para la selección de materiales de construcción sostenible de DEGREN, para contar con madera sostenible se debe exigir una gestión responsable de los bosques. Esta, combinada con un sistema sostenible de transformación, transporte, reutilización y reciclaje, puede tener numerosos beneficios a nivel medioambiental.

Corcho, un aislante natural

El corcho es un material de origen natural, biodegradable, reciclable, que se produce con rapidez (la corteza del alcornoque de la que se obtiene se renueva cada diez años, aproximadamente) y que además requiere de poca energía para su transformación, características que lo convierten un material sostenible.

En construcción, se utiliza como aislante térmico y acústico, como impermeabilizante y para fabricar revestimientos, entre otros casos. Al igual que sucede con la madera, para garantizar que su uso sea realmente sostenible es importante que proceda de bosques gestionados de forma responsable.

El hormigón reciclado, la importancia de los residuos

El hormigón apenas tiene cabida en las imágenes que representan un futuro más verde y sostenible. Es una mezcla formada a partir de cemento, áridos (grava y arena) y agua, cuya producción emite grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) y consume muchos recursos. El agua y la arena, de hecho, son los recursos naturales más utilizados de la Tierra.

Sin embargo, se trata de un material usado en las construcciones de todo el mundo, por lo que reducir su impacto medioambiental es fundamental para mitigar la huella ecológica de la construcción. “Se utiliza para construir carreteras, edificios, estructuras, muros de contención… Precisamente porque es muy utilizado, tenemos que hacer muchos esfuerzos para que cada vez sea más sostenible” señala el profesor de la Universidad de Córdoba.

De la madera al hormigón reciclado: los 4 materiales más sostenibles del mundo de la construcción

El hormigón tiene una cualidad positiva: sus residuos son reciclables como áridos, que pueden volver a utilizarse para crear nuevos hormigones. “Lo ideal es utilizar hormigones a base de estos áridos reciclados, o de otros materiales que pueden hacer la función del cemento, como los basados en residuos y subproductos industriales como las cenizas de fondo de biomasa o las escorias de acería”, explica Agrela.

“Lo importante es usarlos con sensatez, en los casos en los que se sabe que va a funcionar. Adaptar cada material a su uso y sus necesidades. Pensemos en un hormigón que no necesite ser tan resistente, por ejemplo, una tipología para cubiertas o rellenos. En este caso, podría aplicarse un material reciclado que confiera al hormigón propiedades especiales, como mayor aislamiento térmico o menor densidad”, añade.

Los áridos reciclados ahorran recursos naturales

Los áridos se obtienen de la explotación de recursos naturales, por lo que su extracción tiene un gran impacto en la naturaleza. Sin embargo, es posible reciclar aquellos que ya se han utilizado previamente en la construcción. De acuerdo con DEGREN, su potencial de reutilización y su alto valor lo convierten en el principal producto de valorización de los RCD y en un material de uso prioritario en las políticas europeas.

Además de para fabricar hormigones, se utilizan también para elaborar materiales como ladrillos o aglomerados asfálticos. Uno de sus usos más sostenibles, señalan desde DEGREN, se basa en reutilizarlos en las obras en las que se extraen.

Entre las ventajas de usar estos materiales y muchos otros que podemos considerar sostenibles, destacan el ahorro en el consumo de recursos naturales, el reciclaje de materiales y la reducción de residuos que se trasladan al vertedero. A estos se suman la mitigación de la huella de carbono de la construcción y, en algunos casos, el beneficio económico. “Con todo ello, lo que estamos haciendo es contribuir a mejorar el futuro de las generaciones que vienen detrás”, concluye Agrela.

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