En este artículo de Diario Sustentable, Andrés Mitnik, CEO de Strong by Form, explora en profundidad las soluciones estructurales ultraligeras, que pueden reemplazar al acero y hormigón, basadas en madera y eficiencia. Una propuesta que busca cambiar la industria de la construcción en Chile y el mundo en pos de un mejor futuro.
Fuente: Diario Sustentable
En una industria donde el acero y el hormigón han reinado durante décadas, Strong by Form emerge audazmente en la transición hacia la sustentabilidad en la construcción. La startup chilena, fundada por Andrés Mitnik (CEO), Daniel Ortiz del Río (COO) y Jorge Christie Remy-Maillet (CTO), ha desafiado las normas establecidas y apostado por la madera como el material clave para el futuro.
Las primeras ideas se forjaron con una investigación de Jorge Christie en Suiza, donde buscó crear elementos más eficientes, es decir con la mínima cantidad de material, empezando las pruebas con fibra de carbono. Aquí descubrió que, en base a la geometría y alineación de fibras, obtenía mayor rigidez en elementos estructurales sin necesidad de aumentar la masa. Hallazgo que capturó su atención y adaptó a uno de sus mayores propósitos: la sostenibilidad y medioambiente.
Es ahí, luego de ardua investigación, que optó por la madera como materia prima principal de Strong by Form y creó uno de sus primeros prototipos de “losa estructural”. Tras este proceso, se juntaron tres viejos conocidos durante su etapa universitaria; Daniel, gran experiencia en fabricación digital automatizada en madera y varios Fab Lab instalados en Chile; Jorge, con la visión del producto y la ingeniería estructural;Andrés, vasto conocimiento en el mundo de las startups y capital de riesgo, encargado de armar un modelo de negocio alrededor de estas grandes ideas.
Productos estructurales con un impacto ambiental reducido
Los productos de Strong by Form prometen mejoras sustanciales en comparación con las alternativas convencionales. En base a su materia principal, la madera, y la tecnología patentada que utilizan, han logrado reducir el desperdicio y optimizar el uso de los recursos, tanto así como la eficiencia, ligereza y flexibilidad, marcando una nueva era en la construcción adaptada a los desafíos medioambientales que enfrenta el planeta.
Con esta premisa y en base a su tecnología Woodflow, crean la “losa estructural”, un producto sofisticado que busca tener un impacto global y ser implementado en edificios de hasta 50 pisos, reduciendo a niveles considerables las emisiones de CO2 que generan actualmente el acero y hormigón.
“Nosotros calculamos que si reemplazamos 30 millones de metros cuadrados de hormigón por 30 millones de metros cuadrados de losas de Woodflow vamos a estar previniendo como 0,3 gigatones (300 millones de toneladas) de emisiones de CO2 al año“, comenta Andrés Mitnik.
Actualmente, desde Strong by Form pueden ocupar hasta el 80% de un árbol como material para sus distintos productos, el doble de lo que se aprovecha con la madera cerrada o convencional. A su vez, mencionan que sus variables estructurales pesan hasta 10 veces menos que el hormigón, transformándose en una alternativa sumamente ligera y con una diferencia de precio que bordea solo el 10%.
“Tú no solo estás reemplazando esta losa o este piso estructural. Sino que la estructura es más liviana, por lo que gastas menos y necesitas muros más livianos, vigas más delgadas, menos fundiciones, porque la estructura completa es más liviana y eficiente(…) Tenemos solo 10% de diferencia con el precio del concreto, por lo que somos una alternativa más barata probablemente que el hormigón verde y el tradicional”, complementó Andrés.
Levantamiento de capital y presencia global
Algo particular que ocurre con Strong by Form es que está constituida en Chile, pero casi la totalidad de sus inversores, socios, colaboradores y futuros proyectos están fuera del país, precisamente en Europa.
La startup ha cerrado recientemente una ronda semilla de financiamiento, asegurando cinco millones de dólares para respaldar su visión, la ronda semilla más grande de Chile viniendo de una empresa pre-venue (sin venta), es decir, centrada en desarrollar tecnología.
Luego de esto, prevén salir al mercado en los próximos dos años para levantar financiamiento que ronde los veinte millones de dólares. Proceso clave para escalar, concretar los primeros proyectos y poner su primera planta industrial en Europa.
Colaboraciones de alto nivel
La presencia de Strong by Form tempranamente se ha hecho sentir mediante distintos acercamientos y colaboraciones con grandes empresas como Vinci, BMW, Deutsche Bahn y CMPC. La Startup, ha demostrado no solo la viabilidad sino la preferencia de las estructuras de madera en proyectos innovadores y ambiciosos.
“Nosotros siempre hemos ido armando nuestro line de productos en función de las demandas, más que a que a nosotros se nos ocurra, y siempre hemos estado abiertos y así es como encontramos el camino”, afirmó Mitnik.
De esta manera Deutsche Bahn se acercó a ellos, llevándoles un proyecto sustentable para implementar en el corto plazo y que sólo Strong by Form puede hacer realizar mediante su tecnología. Se trata de un refugio para sus estaciones de metro 100% de madera, el cual podría ser implementado tanto el Alemania como en cualquier otro país o industria de transportes del mundo.
Algo similar ocurrió con BMW, la primera empresa que se contactó con la startup y los vio como una apuesta al futuro: “Nos interesa conocer más de lo que hacen y seguirlos porque estamos buscando alternativas al acero y el aluminio que están usando los autos”, ante esto la felicidad afloró de forma inmediata en el equipo, pero también la realidad: “La industria de los automóviles está muy optimizada, entonces hacer una propuesta de valor que sea más sustentable y productiva es muy difícil. Y ahí fue cuando en el fondo migramos y decidimos usar construcción porque es una industria muy primitiva aún”, comentó Andrés.
A pesar de ello, siguen en contacto con BMW y piensan trabajar juntos en un futuro próximo, luego de elevar sus niveles optimización al exigente promedio de la industria automotriz.
Desafíos y éxito financiero
Desarrollar una tecnología disruptiva implica enfrentar desafíos significativos, Strong by Form no es la excepción. Una de las principales razones por las que la mayoría de sus inversores y socios están en el extranjero, comenta Mitnik, es porque en Chile desde Venture Capital suelen invertir solo software y no en Deep Tech, es decir startups que estén implicadas en el mundo digital y físico.
Sin embargo, han desarrollado su tecnología y superado obstáculos atrayendo inversiones corporativas globales, por lo que, actualmente, se presentan como objetivos a superar el “seguir convenciendo al mundo que Woodflow funciona estructuralmente y ser certificados por las entidades de cada país correspondientes en plazos no tan extendidos de tiempo”, afirma Andrés.
Visión a largo plazo: Europa y más
La visión ambiciosa de Strong by Form se proyecta hacia el futuro. La empresa planea expandirse hacia Europa en los próximos 5 años, estableciendo plantas con socios en el continente, manteniendo a Chile como un Lab de experimentación hasta que las legislaciones y la industria hagan del país un mercado en donde la startup se pueda desenvolver.
Mitnik afirma que también ven con muy buenos ojos la posibilidad de entrar en el mercado asiático, debido a la alta demanda de productos estructurales y ser una industria gigantesca:
“Nosotros vemos que el gran impacto no es Europa ni Estados Unidos, es en Asia. Pero para llegar allá es difícil, hay desarrolladores inmobiliarios que uno solo hace 50 millones de metros cuadrados al año. Y de hecho, ahora tenemos un inversionista de Hong Kong, entonces tenemos acceso a ese mercado”.
De esta forma, Andrés revela que el modelo de negocio futuro de Strong by Form se centrará en el desarrollo de tecnología y licenciar estas a socios especializados, aspirando a construir una red global de fabricantes Woodflow, constituida por empresas y profesionales.
Strong by Form no solo está construyendo estructuras, está construyendo un futuro más sostenible. Con una visión clara, una sólida base financiera y colaboraciones estratégicas, la startup se embarca en un viaje hacia un cambio disruptivo en la industria, prometiendo un mañana donde la tecnología sea la protagonista en la construcción de un mundo más ecológico.