En lo alto de los Alpes, dos empresas suizas están reutilizando antenas satelitales obsoletas para convertirlas en paneles solares gigantes, aprovechando el terreno montañoso de Suiza para generar la tan necesaria energía verde.
Fuente: EcoInventos
En la pintoresca localidad de Leuk, en el cantón del Valais, Suiza, se encuentra una instalación que desafía las plantas de energía solar convencionales. Entre las aproximadamente tres docenas de antenas parabólicas que pueblan el área de Leuk Teleport and Data Centre AG, algunas se han equipado con una tecnología que promete marcar un antes y un después en el aprovechamiento de la energía solar: una planta fotovoltaica montada sobre una de estas gigantescas estructuras. Este proyecto no solo se beneficia de la ubicación estratégica sobre la niebla invernal, que le permite capturar la luz solar incluso durante los meses más fríos, sino que también introduce un concepto revolucionario al permitir que la antena se ajuste dinámicamente a la posición del sol, maximizando así su rendimiento.
Una innovadora solución solar: Transformando una antena parabólica en una planta fotovoltaica
El principal reto al que se enfrentó el equipo liderado por el ingeniero Manuel Jossi fue adaptar los paneles solares, tradicionalmente planos, a la superficie curva de la antena parabólica. La solución emergió tras una visita preliminar al sitio, que permitió a Jossi recopilar información crucial sobre las dimensiones y la curvatura de la antena. Aprovechando un patrón de roscas ya existente en la superficie de la antena, el equipo pudo anclar un armazón similar a una telaraña sobre el cual se montaron los paneles solares.
Para abordar las necesidades específicas del proyecto, Jossi y su equipo recurrieron a piezas estándar en la medida de lo posible, pero también desarrollaron componentes personalizados con la ayuda del taller propio de CKW. Esta colaboración fue fundamental para ensamblar una solución que se ajustara perfectamente a las características únicas de la antena parabólica.
Superando obstáculos
La fase de montaje presentó sus propios desafíos, desde manejar las superficies resbaladizas de la antena hasta trabajar bajo el intenso calor generado por la reflexión de la luz solar. El equipo, armado con calzado adecuado y una dosis saludable de creatividad, implementó técnicas seguras para superar estos obstáculos, asegurando que el trabajo progresara sin incidentes. Además, se tomaron medidas adicionales, como asegurar una hidratación adecuada y proveer protección solar, para garantizar el bienestar del equipo durante las jornadas de montaje.
El proyecto, aunque desafiante, demostró la viabilidad de adaptar infraestructuras existentes para el aprovechamiento de la energía renovable, abriendo así nuevos horizontes en el campo de la energía solar. Manuel Jossi, reflexionando sobre la experiencia, destaca la importancia de la planificación minuciosa y la colaboración estrecha entre todos los miembros del equipo. Aunque la teoría proporcionó una base sólida, fue la adaptabilidad y el ingenio ante las condiciones del terreno lo que finalmente aseguró el éxito del proyecto.
Esta innovadora planta fotovoltaica no solo representa un logro técnico significativo sino que también simboliza un paso hacia un futuro más sostenible, demostrando que, con la combinación adecuada de visión y perseverancia, los límites de la tecnología solar pueden expandirse hacia horizontes inesperados.
Según el grupo CKW, una antena de este tipo puede satisfacer las necesidades energéticas de 25 hogares. Las antenas cubiertas por paneles solares, que parecen platillos voladores, miden 32 metros de diámetro y están ubicadas a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar, lo que les permite recibir un nivel óptimo de luz solar, incluso en invierno.
Vía www.ckw.ch