Las compañías mineras agrupadas en el Consejo Minero y las empresas contratistas generales socias de la Cámara de la Construcción, CChC, manifestaron su preocupación por la baja constante de la productividad en los proyectos de construcción en faenas mineras. Dado lo anterior, se generó una Mesa de Trabajo CChC – Consejo Minero, con el objetivo de acordar medidas que puedan revertir esta tendencia.
Fruto de esta iniciativa es el estudio que lideró la Corporación de Desarrollo Tecnológico, CDT, con el objetivo de generar las bases para un estudio de los factores que afectan la productividad en la construcción minera, a partir de una combinación de mediciones en ejecución, información de proyectos terminados y casos similares en el extranjero.
Con todo esto, se busca definir y establecer un monitoreo y seguimiento constante a los proyectos del sector construcción en minería, que permita contar con un sistema sectorial de información, medición y benchmarking de los proyectos, que incluya las distintas tipologías que se desarrollan en este sector.

En la cena anual de la Sociedad Nacional de Minería, Sonami, la Presidenta Michelle Bachelet fijó como prioridad avanzar en temas de productividad, innovación, capacitación laboral y relación con las comunidades. Con ello, invitó al sector privado a trabajar en conjunto para potenciar el crecimiento económico del país de la mano de la minería. Respecto de la productividad indicó que “un primer gran desafío es hacernos cargo de la imperiosa necesidad de aumentar la productividad de la industria y hacerla competitiva frente a mercados cada vez más exigentes. Aquí se mencionó, pero voy a mencionar algunos de esos factores: la caída de la ley del mineral, el aumento de los costos y la baja en la eficiencia no nos pueden seguir alejando de los resultados que Chile espera, pero también necesita. Y lo saben ustedes muy bien, los factores críticos para la productividad minera son los costos y la disponibilidad de energía, y también la necesidad de mejorar las capacidades de nuestros recursos humanos”.

En el Segundo Seminario de Productividad en la Construcción de Grandes Proyectos Mineros, organizado por la Corporación de Desarrollo Tecnológico, CDT, de la Cámara Chilena de la Construcción, CChC, Álvaro Merino, gerente de Estudios de la Sonami, indicó que el sector vive una baja en la percepción de los inversionistas, respecto del atractivo de los países para invertir en Minería. El índice medido por el Fraser Institute Survey indica que Chile bajó del 7° lugar en 2009-10 al puesto número 30 en 2013-14, un aspecto preocupante para todos los que interactúan en el sector. Según la proyección que presentó Merino, al 2022 la inversión futura en minería alcanzaría los 110 mil millones de dólares; sin embargo, a la fecha, de dicha cifra solo se mantienen vigentes proyectos que suman US$ 50 mil millones; el resto (US$ 60 mil millones) han sido paralizados o están en revisión. ¿La razón? De acuerdo al gerente de Estudios de la Sonami, tiene que ver con la condiciones de mercado y con el aumento de los costos (salarios, energía, agua, etc.).

¿Qué rol debe jugar la construcción en escenario? Para Sergio Correa, vicepresidente de la CDT esta situación representa un importante desafío para las empresas constructoras las cuales, a su juicio, deben asumir un papel clave. En el discurso inaugural del seminario invitó a “procurar la ejecución de proyectos con altos estándares de calidad y seguridad, junto con plazos cada día más exigentes. Dicho de otra manera, las empresas de la construcción debemos incrementar nuestros niveles de productividad”.

Y no solo eso. El reto es mayor. Mandantes, contratistas y consultores son conscientes del problema. Todos los actores coinciden en que debe existir una preocupación por la productividad. Pero, ¿por qué no hacerse cargo de ella en conjunto? ¿Qué es lo que falta? De acuerdo a lo que se extrajo de la discusión final del seminario de la CDT, es necesaria una verdadera voluntad de diálogo y coordinación de la partes, porque, como en la misma oportunidad ilustró Correa, con la productividad resuelta, “también podemos superar los otros obstáculos que plantea el actual escenario, como es el aumento en el costo y escasez de la mano de obra calificada, mayores regulaciones y normativas laborales, elevados precios de la energía y pérdida de competitividad. Es por ello que la productividad en la construcción de proyectos para minería toma cada vez más fuerza y urgencia en nuestro país”.

Estudio

Frente a este escenario, las empresas mineras agrupadas en el Consejo Minero y las empresas contratistas generales socias de la Cámara Chilena de la Construcción, tomaron la decisión de conformar una Mesa de Trabajo con el objetivo de identificar y acordar medidas que puedan revertir esta tendencia de la industria, a partir de un trabajo colaborativo mandante-contratista.

De este modo, nace el acuerdo de estudiar y analizar cuáles son los principales factores que hoy afectan la productividad en la construcción minera, ya sea de manera directa o indirecta, que hacen perder competitividad a la industria minera en su conjunto, y en particular, en lo relativo a la ejecución de proyectos de construcción en faenas mineras. La CChC fue la invitada a liderar y gestionar un estudio y solicitó a la Corporación de Desarrollo Tecnológico, CDT, su ejecución.

De manera preliminar, el informe plantea que el avance económico que experimentó el país en los últimos años, decantó en el crecimiento de diversas áreas productivas del territorio, entre las que se encuentran la construcción y la minería. Dos industrias que han demandado una elevada cantidad de recursos humanos especializado para la ejecución de sus proyectos. Situación que, en su momento, generó un déficit en cantidad y calidad de trabajadores, dado el desarrollo de múltiples proyectos de construcción en minería que requerían un alto consumo de personal.

De este modo, tal como se mencionó al comienzo, “frente a un escenario donde el mercado laboral es cada vez es más complejo, donde los salarios se han elevado fuertemente en los últimos años, donde el mercado indica que requiere cada día más capacitación a sus trabajadores, de mayores exigencias laborales y sindicales, se ha producido un desacople relevante entre los costos totales de remuneraciones y la productividad laboral media de la industria”, advierte el estudio. Este contexto, unido a los crecientes costos de la energía, la escasez de agua, la disminución de las leyes de cobre en los actuales yacimientos (en un promedio de 30% en los últimos 10 años, según se indicó en el seminario), generarían que la productividad y la eficiencia se transformaran en el foco de atención en la industria.

La hipótesis de la investigación tiene una mirada más sistémica y esboza que la reducción de la productividad en estos sectores no solo se relaciona con las causas del trabajador directo, sino que  al entorno que lo rodea y las condiciones de trabajo que genera el sistema en su conjunto. Las variables y factores que afectan el desarrollo de la actividad son versátiles e irían más allá del trabajo directo de un trabajador o cuadrilla. “Luego, nos encontraremos con causas internas al trabajador, situaciones propias o derivadas de la gestión y planificación de la empresa contratista, situaciones endógenas de la empresa contratista, externalidades atribuibles a condiciones de la empresa minera y causas externas donde el sector minero no tiene responsabilidad directa de influir en su mejora”, explica el informe.

De este modo, y tras esta mirada preliminar, la investigación  se enfocó en “generar las bases para un estudio de factores que afectan la productividad en la construcción minera, a partir de una combinación de mediciones en proyectos en ejecución, información de proyectos terminados y estudio de iniciativas similares en otros países y sectores”. Con esto, se buscó generar un diagnóstico o línea base respecto cuáles son hoy los principales factores, así como proponer un conjunto de recomendaciones de estudios específicos, líneas de acción prioritarias e iniciativas específicas a implementar.

Productividad Minera

Metodología

Comprendiendo las diversas visiones que existe sobre la productividad y las distintas áreas de enfoque (costos, plazos, rendimientos, etcétera), es que el estudio realizado por la CDT determinó tres dimensiones claves para la investigación de procesos. Estos son: Operacionales, de Gestión y de Dirección de proyectos.

La metodología utilizada en el estudio se centró en el área operativa de los proyectos que es la que está dedicada a ejecutar la obra, optimizar sus recursos, en donde se reflejan las pérdidas o ganancias del proyecto. En otras palabras, es donde se reflejan físicamente las interferencias de todos los procesos operacionales, “actuando finalmente como el gran termómetro a la hora de investigar parámetros y factores”. Así, se identificaron cuatro líneas de acción: Levantamiento de la información, definición matriz, mediciones y fichas de recepción de datos.

Para el desarrollo de la medición se utilizó se utilizó la herramienta Calibre, que corresponde a una metodología que realiza un muestreo estadístico de la jornada de trabajo mediante la toma de datos (medición de tiempos de ejecución de una actividad determinada) y análisis utilizando equipos PDA’s. Este método, está basado en el sistema de muestreo del trabajo, el cual clasifica el tiempo en 4 categorías, identificando entre otras cosas, las causas de improductividad en el desarrollo del trabajo. Así, la jornada de trabajo se califica en cuatro categorías según sea su naturaleza:

– Agrega Valor (AV): Es el tiempo invertido por trabajadores o equipos en actividades que directamente agregan valor a la obra. Corresponde al mismo concepto de “trabajo productivo”.

– Soporte (So): Es el tiempo invertido en actividades que apoyan a las que agregan valor, y que son necesarias para el proceso constructivo. Corresponde al concepto de “trabajo contributorio”.

– Detenciones Autorizadas (DA): Es el tiempo utilizado en detenciones/descansos conformes a la ley, por el propio mandante o dados por las condiciones climáticas.

– No Agrega Valor (NAV): Consiste en el tiempo gastado en actividades que no agregan valor a la obra. Correspondiente a “Trabajo no contributario”.

Principales resultados

El informe entrega información analizada y procesada de seis proyectos en ejecución monitoreados desde octubre 2013 a marzo 2014. De acuerdo a lo que señala, previo al monitoreo de tiempos en terreno, se trabajó en determinar, a priori, cuales son los factores que afectan la productividad en construcción minera, de acuerdo a distintas fuentes de información, como estudios previos realizados por otras instituciones, opiniones e información obtenida de organizaciones gubernamentales y privadas, entrevistas con proveedores y empresas especialistas, además de información solicitada tanto a empresas mandantes como contratistas.

Los resultados se complementaron y compararon con la información obtenida mediante formatos estandarizados para proyectos terminados, aportados por las empresas del grupo de contratistas generales de la CChC, además de la base datos de la CDT que comprende proyectos en el área minera desde 2003 a la fecha. Al analizar los proyectos desde su fase de evaluación, hasta encontrarse en proceso de régimen normal de operación, se determinaron cuáles son los principales indicadores de pérdida de recursos y jornada laboral que actúan sobre el desarrollo del proyecto afectando las horas disponibles para la ejecución del trabajo. Estas son: Acreditación, Definición del sistema de turno, Control efectivo de jornada, Time Line (TL), Niveles de actividad, Workable Time (WT), Tiempo No Utilizado (TNU).

El análisis conjunto de los indicadores a partir de la observación y monitoreo de las actividades en operación, determinó el tiempo real disponible para el desarrollo de una actividad dentro de la jornada laboral diaria y el porcentaje de pérdida de recursos humanos estimado sobre el total del proyecto.

En cuanto a la acreditación, el estudio indica que el tiempo promedio de habilitación es cercano a 14 días, donde el tiempo destinado por la empresa contratista y mandante son 8.4 y 5.6 días respectivamente para habilitar a un trabajador desde la firma del contrato de trabajo hasta que este se encuentre disponible para operar dentro del proceso productivo. En este ítem, se consideró que el tiempo para el mandante comienza desde que le es presentada la carpeta con toda la documentación y este habilita su ingreso. El tiempo de acreditación indicado, considera un escenario estándar y no condiciones de inicio de proyecto donde los resultados suele ser más desfavorables.

En cuanto al sistema de turnos, la medición también encontró notables diferencias. Esta es originada por la menor disponibilidad de las horas del turno versus una jornada máxima de 193 horas/mes. Por ejemplo, en un turno de 5×2 para un mes de 30 días, con 193 horas en periodo mensual, se apreció 0.0% de pérdida de recursos, sin necesidad de otros adicionales. En cambio, en un turno de 7×7 -sobre los mismos días- la situación cambia y se registran pérdidas del 14 por ciento. De acuerdo a lo que indica el informe, “en un turno 7×7 para un mes de 30 días solo será factible trabajar 15 de estos a un ritmo de 11 horas diarias que equivalen a 165 horas mensuales máximas. Esta situación se traduce en un desaprovechamiento de 28 horas versus el máximo de horas mensuales, registrándose una pérdida cercana al 14 por ciento. Para revertir la pérdida se hace necesario, entonces, incrementar los recursos en un 17 por ciento (ver cuadro).

Agregar valor

Para términos de este estudio, se consideró la medición de la Jornada Laboral Total (JLT), que incluye aquellas actividades que Agregan Valor, de Soporte,  No agregan Valor, Detenciones Autorizadas,  Colación, Traslados de inicio y Término de Jornada.

“La representación del Time Line es una agrupación secuencial de hitos y rangos de tiempo para las principales actividades de proceso que se desarrollan durante la jornada laboral total que permiten visualizar de forma rápida cómo se distribuyen dentro de la jornada, los tiempos trabajables y no trabajables”. De este modo, a partir de lo que se pudo recoger de las mediciones realizadas por la CDT, se apreciaría una alta dispersión de datos; no obstante, se aprecia que los proyectos más desfavorables fueron el proyecto 1 y 5 ambos correspondientes a minería subterránea los cuales presentan Workable Time (inferior al 70% de la jornada, es decir, sólo se tendría la capacidad de trabajar en dicho porcentaje.

Mirando el proyecto global, homologando la jornada a 10 horas, el promedio indica que las actividades productivas, o mejor dicho, aquellas que agregan valor a la obra solo tomarían tres horas en la jornada de la mañana y tres horas durante la tarde (ver gráfico).

El análisis de tiempos de la jornada correspondiente a los proyectos en ejecución medidos por la CDT, indica que –en promedio- del total de la jornada, un 51% corresponde a tiempo no utilizado donde no se emplean los recursos. De este porcentaje, un 32% no agrega valor a la obra y un 19% corresponde a detenciones autorizadas. Situación que representaría una oportunidad de mejora para el sector, en el contexto que – según el mismo análisis- solo un 47% de la jornada corresponde a tiempo efectivo, del cual solo un 37% aporta valor y un 12% corresponde a actividades de soporte. Todo esto quiere decir que “para lograr la producción diaria esperada, se genera una brecha de un 51% la que debe ser cubierta en primera instancia por un aumento en los rendimientos o asignación de recursos”, señala el informe (ver gráfico).

El mismo informe señala que “para un 51% de la jornada pérdida se requiere de un 104% más de rendimiento o recursos adicionales, por tanto se postula que los esfuerzos deben enfocarse en aumentar el tiempo efectivo de trabajo mediante la disminución de los tiempos no productivos (NAV + DA) mejorando además la eficiencia de los tiempos de soporte, para finalmente preocuparse del rendimiento”.

Recomendaciones

A partir de la investigación y sus conclusiones, se establecieron una serie de recomendaciones para mejorar la productividad en la construcción de proyectos mineros. En un aspecto general, se recomienda “definir y establecer un monitoreo y seguimiento constante a los proyectos del sector construcción en minería, que permita contar con un Sistema Sectorial de Información, Medición y Benchmarking de Proyectos de Construcción Mineros, que incluya las distintas tipologías de proyectos que se desarrollan en este sector”. Entre ellos deberían estar:

– KPI de proyectos terminados.

– Metodología Estándar de medición y recopilación de Niveles de Actividad, tiempos e indicadores operacionales.

Por otra parte, respecto a la elección del sistema de jornada o turno, se encuentra necesario profundizar un estudio incorporando factores de evaluación de rendimientos reales, aspectos motivacionales, tasa de accidentabilidad, costos logísticos, pérdidas mensuales de eficiencia por cambios de turnos, entre otros, según tipología de proyectos y condiciones geográficas relevantes. Evaluar cuál es la duración óptima en HH diarias y días corridos trabajados para un turno o jornada de trabajo, considerando factores de producción y aspectos motivacionales y psicológicos.

En cuanto a la acreditación personal y de equipos, se señala como un camino homologar los requisitos y contenidos para los cursos de capacitación e inducción que son dictados en la actualidad, encontrando un punto de inflexión entre requerimientos transversales a la industria y aquellos específicos propios de cada mandante, que permita disminuir la pérdida de recursos. Además, “ejecutar estudios respecto de los tiempos de acreditación, para distintos clientes mineros y faenas, tanto en inicio de contratos y régimen normal. Lo anterior tanto para personas como equipos”.

También, “se requiere determinar las pérdidas específicas de tiempo resultantes de actividades consideradas en detención autorizada y actividades de soporte, dada la incidencia encontrada en los resultados. Se observa que se utiliza más tiempo del realmente necesario para actividades previas, intermedias y posteriores al trabajo como son actividades iniciales, transporte a colación, salida anticipada del frente, entre otros. Estudiar los procesos de gestión logística de transporte, coordinación y flujos de comunicación, para hacer eficiente el proceso y determinar metas alcanzables para mejorar estos indicadores”.

Se considera relevante dar a conocer esta herramienta para que sea incorporada dentro de los procesos operacionales, de gestión y de dirección. Establecer una estandarización como una normativa sectorial, para facilitar su seguimiento y establecer un futuro sistema de benchmarking.

El valor del proyecto se encuentra condicionado a la efectividad conjunta de su planificación. Desde ahí, se recomienda difundir el modelo e incorporar ese parámetro  como uno de los indicadores de mayor relevancia en productividad. Se recomienda poner especial énfasis en establecer sistemas permanentes de medición y análisis del Workable Time en cada uno de los proyectos o faenas de construcción, de manera de establecer métricas de análisis conjunto entre mandante y contratista.

Finalmente, de acuerdo al estudio, se debe profundizar la revisión e identificación de las causas basales de los tiempos que o aportan valor, abordando las áreas operacionales, de gestión y de dirección de proyectos para determinar los factores de inicio que originan las causas directas de pérdida observables en las actividades desarrolladas en terreno. El trabajo de la CDT solo entrega el levantamiento actual de las principales causas de perdida operacionales y su clasificación en grupos de factores directos de pérdida.

Otros actores

Uno de los factores en el ámbito de la gestión del proyecto más recurrente como causante de las principales pérdidas de productividad, tiene relación con la comunicación, gestión y solución de los Requisitos de Información o RFI, muchos de ellos relacionados con los problemas con la ingeniería de detalle de los proyectos y la inexistencia de sistemas formales de gestión integrada de proyectos, plantea el informe. Realizar, por tanto, un estudio de casos de distintos proyectos y faenas mineras, con el propósito de investigar e identificar los principales problemas y fallas en los procesos de coordinación, comunicación y planificación integrada entre los distintos actores de cadena productiva, resultaría fundamental.

Según Juan Carlos León, gerente general de la CDT, a propósito del seminario de productividad en proyectos mineros, “Desde la visión de la ingeniería, se debe destacar la importancia de realizar correctamente las etapas pre inversionales con tiempos razonables que permitan efectivamente analizar la constructabilidad de los proyectos e incorporar tempranamente la participación de otros actores. No cabe duda para nadie que mientras más temprano se detectan los problemas o inconsistencias en los proyectos, mayor será el impacto positivo para el proyecto, tanto en costos como plazos. Se requiere de información oportuna –programa y planificación-, presencia en terreno de representantes de la ingeniería, análisis detallado de constructabilidad, adecuado análisis y asignación de riesgos explícito –Risk Allocation- y una dirección/coordinación integrada de proyectos, sobre todo en aspectos de definiciones, ingeniería y construcción”.

¿Qué falta si todos los actores coinciden en lo mismo? La clave está en “volver a generar las confianzas necesarias entre los actores de la cadena productiva, con el objeto de generar instancias de trabajo colaborativo, definir metas y objetivos comunes, transparentar los resultados y diagnósticos, y por último, poner como foco principal y compartido el mejoramiento de la competitividad del sector”, concluye León. Es una oportunidad para mejorar.

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