El recinto asistencial -cuya apertura para atención ambulatoria se prevé para diciembre de 2022- se alzó con el primer puesto en los Premios CES 2022, mismo lugar que obtuvo el inmueble que acoge a la Prefectura Aconcagua y a la Segunda Comisaría de San Felipe. El centro hospitalario obtuvo el nivel de Certificación Sobresaliente, fruto de la estrategia pasiva y activa en su diseño, que le permitió reducir ostensiblemente sus niveles de consumo de energía y agua, y asegurar el confort térmico. Ambos inmuebles ganadores se anotaron un registro inédito: recibieron el máximo puntaje contando las cuatro ediciones del premio hasta ahora celebradas.

Fuente: Pais Circular

La edición 2022 de los Premios Certificación Edificio Sustentable (CES) arrojó dos datos inéditos entre las cuatro versiones que se han celebrado: por primera vez dos edificios compartieron el primer lugar como los edificios más sustentables del país, y ambos obtuvieron el máximo puntaje en la historia del galardón (74,5 de 100 puntos posibles). Se trata del nuevo Hospital de Curicó y el recinto que alberga a la Prefectura Aconcagua y a la Segunda Comisaría de San Felipe.

Los Premios CES destacan a dos categorías de inmuebles evaluados el año anterior, en este caso, en 2021: certificado (edificios terminados) y precertificado (proyectos diseñados, no construidos aún). Tanto el Hospital de Curicó como la Prefectura Aconcagua recibieron el máximo galardón en la categoría “certificado” y obtuvieron el nivel de Certificación Sobresaliente. En el año 2021 (reconocidos ahora en la edición 2022 de los Premios CES) hubo 26 edificios certificados y 63 proyectos precertificados.

hospital-curico

El caso del Hospital de Curicó es destacable por las dimensiones del proyecto: más de 108 mil metros cuadrados de superficie total, que cuentan con características extraordinarias en términos de confort térmico, ahorro de agua y energía, uso de materiales con menor huella ambiental, entre otros factores.

Construido entre el 10 de septiembre de 2016 y el 18 de agosto de 2021, el flamante Hospital de Curicó -cuya inauguración para atención ambulatoria se prevé para fines de año o principios del próximo- fue un proyecto en que participó como mandante el Ministerio de Salud, a través del Servicio Salud del Maule, y la Dirección Regional de Arquitectura del MOP Región del Maule como unidad técnica. La oficina de arquitectura que se adjudicó el proyecto fue Carvajal Casariego + Riesco Rivera (CCRR Arquitectos), y contó con la asesoría CES de B-Green, por medio del asesor Javier Durán.

“Había requerimientos altos en la licitación. Se pedía un sistema de diseño y construcción en materia sustentable, para lo cual había ciertos parámetros. Pedían una mayor eficiencia en la parte ambiental y propusimos medidas orientadas a la eficiencia energética. Eso fue bien valorado por el Servicio de Salud del Maule y el MOP. Fue muy bueno conversar con la gente de CES para definir criterios; por ejemplo, en lo que respecta a la iluminación natural”, dice José Riesco, arquitecto de CCRR Arquitectos.

El recinto debería inaugurarse para atención ambulatoria en diciembre de 2022 o enero de 2023.

“Se preferían materiales de muy baja huella de carbono, que tuvieran nula o baja emisión de compuestos orgánicos volátiles y que pudieran reciclarse. Para la constructora eran temas nuevos”.Javier Durán, representante de E-Green y asesor CES en el proyecto del hospital.

En tanto, representante de B-Green y asesor CES del proyecto, Javier Durán, explica el histórico puntaje logrado por el Hospital de Curicó en que “el diseño se empezó a hacer antes de que existiera el sistema CES, y básicamente es una combinación de estrategias activas y estrategias pasivas. Tiene una envolvente térmica de altísima resistencia, tiene vidrios de mucha tecnología, paneles solares, LED, un sistema con variadores de frecuencia en la ventilación”.

En efecto, entre los hitos numéricos que logró el Hospital de Curicó se cuenta una importante reducción de las demandas de energía para climatización e iluminación, superior al 29%; una reducción de hasta un 36% en los consumos de energía; una reducción de un 26% la evapotranspiración del paisajismo; y, finalmente, una enorme disminución del consumo de agua potable para consumo humano del 56% y de 72% para riego. Tanto en el proceso de diseño como de construcción, el Hospital de Curicó obtuvo el puntaje máximo en las categorías de consumo de energía y de gestión.

Adicionalmente, el recinto asistencial optará al Sello Plus Operación, al cual pueden optar aquellos edificios que son certificados por CES. Este sello verifica que en la operación del inmueble se cumpla lo que se certificó. Implica llevar un registro mensual o semanal de los consumos, a través de un sistema de extracción de datos. Todos los reemplazos de componentes se deben hacer en razón de lo certificado en CES.

Solo dos edificios han recibido el Sello Plus Operación: la Facultad Medicina y el Centro Simulación Clínica de la U. Católica del Maule, y el Edificio de aulas y facultades de la misma casa de estudios.

El diseño y construcción del hospital implicó una estrategia activa y pasiva.

“Había requerimientos altos en la licitación. Se pedía un sistema de diseño y construcción en materia sustentable, para lo cual había ciertos parámetros. Pedían una mayor eficiencia en la parte ambiental y propusimos medidas orientadas a la eficiencia energética. Eso fue bien valorado por el Servicio de Salud del Maule y el MOP”.José Riesco, arquitecto de CCRR Arquitectos, encargado del proyecto del Hospital.

Materiales más sustentables

Según el arquitecto del proyecto, José Riesco, otra variable sustentable fue la introducción de materiales que requerían menor consumo energético, además del uso de paneles fotovoltaicos y un nivel de aislación muy importante, facilitado por la envolvente térmica que involucra el sistema pasivo.

“Se buscaron ciertos materiales de menor impacto, se reciclaron todas las sobras y fueron entregadas a la comunidad en vez de botarlas. Se impulsó mucho la reutilización del material”, comenta Riesco.

Javier Durán, asesor CES del proyecto, coincide con Riesco en valor que tiene el uso de materiales de bajo impacto. “Se preferían materiales de muy baja huella de carbono, que tuvieran nula o baja emisión de compuestos orgánicos volátiles y que pudieran reciclarse. Para la constructora eran temas nuevos”.

Por otra parte, la iluminación natural, fruto de un menor consumo de energía para electricidad, brinda a los usuarios del Hospital de Curicó, tanto a pacientes como a trabajadores y trabajadoras, un estándar de calidad al interior del reducto. “Es muy importante que en las habitaciones se permitan las vistas, es un tema que hay que estudiar, que funcione muy bien la eficiencia energética, de modo que la gente pueda mirar para afuera”.

Durán, en tanto, el sistema de recuperación de calor es el que hace posible bajar la demanda de energía, para que la iluminación natural fluya al interior del recinto, y cumpla con las características de confort. “Los requerimientos en la licitación del Servicio de Salud eran bastante exigentes”, comenta el asesor CES, quien recuerda que el de Curicó es el segundo hospital en certificarse, después del Hospital de Quillota. Claro que éste, por su menor superficie de construcción, obtuvo un nivel de certificación más bajo que el recinto asistencial de la Región del Maule. “El Hospital de Curicó representa una mejor calidad de vida para los usuarios y para sus trabajadores: no tiene nada que envidiarles a las clínicas privadas”, complementa Durán.

Los módulos al interior del hospital permitirán mucho confort para los pacientes y los trabajadores.

“El Hospital de Curicó representa una mejor calidad de vida para los usuarios y para sus trabajadores: no tiene nada que envidiarles a las clínicas privadas”.Javier Durán, asesor CES.

Los otros premiados

El edificio que acoge a la Prefectura Aconcagua y a la Segunda Comisaría de San Felipe (más de 2.500 metros cuadrados construidos), como se dijo, compartió el primer lugar en la categoría “certificado” con el Hospital de Curicó. La institución mandante fue Carabineros de Chile, y la unidad técnica estuvo a cargo de la Dirección Regional de Arquitectura del MOP Región de Valparaíso. La oficina de arquitectura a cargo fue Valle Cornejo Arquitectos, y la asesora CES fue María Luisa del Campo.

El segundo lugar en esta categoría recayó en Oficinas Administrativas Central Hidroeléctrica Colbún, Región del Maule, que obtuvo 72 de 100 puntos posibles, obteniendo el nivel de Certificación Destacada. Cerró el podio la Fiscalía de Pucón, en la Región de la Araucanía, con 71/100 puntos. También recibió el nivel de Certificación Destacada.

En la categoría “precertificado”, mientras, se repitió la misma fórmula que en la categoría “certificado”: hubo dos proyectos que empataron en el primer lugar. Los dos ganadores fueron el proyecto de construcción del Cuartel de Bomberos, Segunda Faja, Villarrica; y el Pabellón Docente Campus Isla Teja de la Universidad Austral de Valdivia. Ambos obtuvieron 83 puntos de 100 posibles. El tercer lugar quedó en manos del Centro de Visitantes Santuario Santa Inés, en la comuna de Los Vilos, Región de Coquimbo (79,5/100 puntos).

Por último, también por primera vez dos personas compartieron el máximo premio en la categoría “profesional destacado”: Carlos Bascou Bentjerodt (empresario y dirigente gremial en el rubro inmobiliario y de la construcción) y Guillermo Hevia Hernández (arquitecto cuya oficina está orientada al desarrollo de arquitectura bioclimática).

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