Estas seis propuestas están ubicadas todas en paisajes idílicos del sur del país y Rapa Nui. Pensadas por destacados arquitectos chilenos, en cada una de ellas se usaron en revestimientos y estructuras maderas como el coigüe, el mañío o la lenga y las manos expertas de carpinteros de la zona. 

Fuente: Madera21

El arte chilote del Tierra Chiloé 

El Hotel Tierra Chiloé está revestido con tejas de madera de lenga/Nico Sahie

Diseñado por la oficina Mobil Arquitectos en 2011, el Hotel Tierra Chiloé  (ex Refugia) es una dosis concentrada de Chiloé en 1250 m2. Revestido con tejas de madera de lenga, para hacer referencia a las icónicas iglesias del archipiélago construidas por los jesuitas en el siglo XVII, los arquitectos a cargo del proyecto, Sebastián Morandé, Patricio Browne y Antonio Lipthay, erigieron la estructura en medio de un ambiente donde reina esa mezcla del Océano Pacífico, lo montañoso pastoril de la zona y los humedales de Pullao. Todos estos elementos juegan con un diseño contemporáneo, que se funde con la naturaleza sin nunca desconectarse de ella. Son seis hectáreas en pleno Dalcahue. Las alas del edificio están dispuestas en un ángulo obtuso y las diversas partes que componen la estructura se levantan sobre pilotes con el objetivo de alterar el suelo lo menos posible. En el interior, en el mobiliario y la decoración se usó predominantemente la madera lo que contribuye aún más a propiciar un ambiente rústico, acogedor y relajado.

La Montaña Mágica en Huilo Huilo

El Huilo Huilo usó madera nativa del lugar/Reserva biológica HuiloHuilo

Si se afina la vista, desde un montículo lleno de vegetación y agua aparecen ventanas y puertas camufladas de madera nativa en la estructura general. Aunque parezca inicio de cuento, la descripción corresponde a la arquitectura de uno de los destinos más especiales del sur chileno: el hotel Montaña Mágica ubicado en la reserva biológica Huilo Huilo. El proyecto, encabezado por el arquitecto Rodrigo Verdugo, es definido por sus ejecutores como “arquitectura orgánica” o “surrealismo étnico”, que para Verdugo responde a la atemporalidad que representa el bosque en el que está inmerso y los revestimientos usados con los materiales presentes en el lugar: piedra, madera nativa y material vegetal. 

Se ubica en  medio de un bosque de líquenes, briófitas, canelos, hongos y olivillos que comparten espacio con pudúes, ranitas de Darwin y copihues. Para construir esta maravilla se debió capacitar a las personas de la zona como instaladores, técnicos y montajistas, quienes se desempeñan hasta hoy en diversas otras obras arquitectónicas del sector. 

Cabañas Morerava: Rapa Nui Familiar 

Las cabañas familiares Morerava son una alternativa a los hoteles/AATA Arquitectos

El proyecto desarrollado entre los años 2009 y 2010 por AATA Arquitectos, a cargo de Nicole Gardilcic y Sebastián Cerda buscó llenar un espacio no cubierto por los hoteles de lujo, los campings ni las casas particulares. Para visitar Hanga Roa faltaban cabañas familiares. 

Las Cabañas Morerava  en 77 metros cuadrados, se funden con el ecosistema único de la isla. Para no dañar la biodiversidad, los materiales fueron llevados desde el continente y se dio prioridad a la sustentabilidad mediante paneles solares, uso de la vegetación endémica y recolección de aguas lluvias. La construcción se realizó con piezas prefabricadas y otras precortadas para el  módulo, cuyo diseño optimizó los materiales existentes en el mercado. 

A modo de ejemplo, la modulación entre pilares es de 120cm que corresponde a la mitad del largo de una placa, lo que se traduce en menos pérdida de material.

Las cabañas se posan sobre el terreno a través de pilotes, con el fin de lograr la mínima intervención en el terreno. Esto permitió conservar las características naturales de absorción del terreno y la conservación de las especies de plantas y arbustos existentes incorporándose dentro del diseño.

Quincho Gorro Capucha: Un abrazo de Coigüe 

Un lujo de artesanía en maderas nativas/Grupo Talca

La idea del Grupo Talca de los arquitectos Martín del Solar y Rodrigo Sheward fue hacer un quincho para darle más comodidad y un refugio a los turistas que llegan al Mirador Pinohuacho.  Ubicado en la región de la Araucanía comprende un área de 106 m2.   

Para este espectacular quincho se puso en marcha una antigua tejuelera de la comunidad, la que, junto con el trabajo de los locales, logró producir 30 mil tejuelas de coigüe, más madera nativa dimensionada y planchas de terciado Arauco.

Un lujo de artesanía en maderas nativas para aventureros que valoran el diseño arquitectónico de alta calidad.  Se usaron 96 piezas de 10 x 120 pulgadas para el cuerpo principal, bodega de acopio que permite a estas comunidades duplicar su producción.  Las 38 toneladas del casetón surgen como respuesta definitiva. Estos volúmenes están construidos con la historia material del lugar, no con la estrategia del andinista.  Las piezas ocupadas fueron recogidas de los árboles abandonados, siendo aserradas, modeladas, espigadas e inventadas en el lugar.

Hotel Parque Futangue: El Lago Ranco en Modo Nativo 

Un espacio sencillo y pulcro donde brillan las maderas de mañío, coigüe, lingue, ulmo y roble, recogidos desde el parque/ Hotel Parque Futangue

En medio del Parque Futangue, al sureste del lago Ranco, una reserva natural con 100 kilómetros de senderos donde van apareciendo lagunas, bosque nativo o campos de lava, se llega al Hotel Parque Futangue obra inspirada en las casas de campo de la zona, realizada por la Oficina Sur Realista y los arquitectos Ignacio Cruz y Tomás Franke.

Se trata de una edificación alargada de 1.129 mts2, de estructura regular y opaca, que guarda relación con los galpones sureños. La cubierta a dos aguas, mediante pequeñas variaciones, se desplegó para dejar entrar luz a su interior desde diversas orientaciones; así esta opacidad no se convierte en oscuridad interior. 

Está ubicado a 42 kilómetros de Futrono y es una de las mejores posibilidades de maravillarse con la selva valdiviana y descansar en un espacio sencillo y pulcro donde brillan las maderas de mañío, coigüe, lingue, ulmo y roble, recogidos desde el parque. El hotel destaca por sus interiores en madera nativa e increíbles vistas al Cerro Mayo , prados y ganado libre. 

Vida Rural en el hotel Estancia Rilán 

El hotel esta construido completamente con carpintería tradicional, con carpinteros de la zona/ Pablo Casals

Ubicado en la península de Rilán en la comuna de Castro, Chiloé, Hotel Estancia Rilan estuvo a cargo de Ortuzar Gebauer arquitectos y de los arquitectos Eugenio Ortuzar y Tania Gebauer y fue construido el año 2020. El espacio se encuentra rodeado de las increíbles vistas a las islas y canales del archipiélago, pequeños villorrios y sinuosas praderas verdes.

Las superficies vidriadas que permiten estar inmersos en el paisaje chilote están cobijadas por grandes piezas de madera de mañío y pino, las que entregan toda la calidez necesaria para apreciar el ambiente lluvioso de la isla sin dejar de lado el concepto de estancia, donde conviven una gran casa familiar, el hotel, el zaguán y una especial “anti cava” para degustar vinos de la zona. 

Construido en carpintería tradicional por artesanos de la zona, Estancia Rilán, a través del fogón, el picadero, la leñera, el chiquero, el aserradero, los huertos y viveros, hará vivir a sus visitantes la verdadera experiencia de estar en el sur, con olor a madera.

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