El valor que tiene la incorporación de muros tabique (muros MT) sobre las obras civiles ya ejecutadas en la estación Lo Cruzat va mucho más allá de los números. Es una posibilidad cierta que, con metodología BIM e industrialización de procesos, se pueden conseguir traslados eficientes de metodologías constructivas que benefician al proyecto en su conjunto. Por ello es que estos mismos elementos también se utilizarán en la futura estación Plaza de Quilicura.

Fuente: Hormigonaldia

Distintos factores pueden afectar las velocidades de construcción en una obra, los que pueden ir desde temas como recursos humanos, pasando por materiales e incluso, elementos externos que puedan incidir en los plazos.

Ante esta situación, la búsqueda de soluciones para acelerar esos procesos es esencial y, en ese sentido, el uso de prefabricados de hormigón -o de tecnología constructiva cuya base se encuentre en la industrialización, mejor dicho- y su aplicación en faenas de infraestructura es un elemento a considerar, especialmente, cuando se debe sopesar el factor tiempo en este tipo de obras.

Y si bien, dichos elementos pueden venir considerados para aplicaciones específicas, su uso puede ser ampliado a otras aplicaciones. Ahí, el trabajo entre las áreas de ingeniería, tanto del mandante, como del ejecutor y del proveedor, toma una relevancia mayor ya que así, se pueden incorporar a este tipo de metodologías en áreas en las que no estaban previstas, trasladando los aspectos positivos de la prefabricación a áreas en las que, por su desarrollo, puede ser más complejo incorporarlas.

Precisamente, esto fue lo que ocurrió durante la construcción de dos de las estaciones que forman parte de la extensión de la Línea 3 del Metro de Santiago: Lo Cruzat y Plaza de Quilicura, en las que se utilizó la tecnología de Baumax del “muro doble” o “moldaje de hormigón”, en un primer punto, sólo para revestimientos arquitectónicos, para luego ampliar su aplicación a los muros tabiques de dichas obras.

De paneles arquitectónicos a muros tabique de espacios habitables

El uso de prefabricados de hormigón en las obras de Metro no es nuevo y se pueden encontrar estos elementos tanto en elementos de obras civiles de la Línea 4, como también, en Línea 3 y Línea 6 del tren urbano. En estas últimas, además de elementos como vigas de cubierta e interiores de pisos, se prefabricaron escaleras, losas y muros de terminaciones arquitectónicas.

Ese tipo de elemento -el muro de revestimiento con terminación arquitectónica- fue el que, para las operaciones de la estación Lo Cruzat, en la extensión de la Línea 3, se debía prefabricar..

Estos muros de revestimiento con terminación arquitectónica debían cumplir con requerimientos bien específicos, explicó Nakamura. “De acuerdo a las especificaciones, estos tabiques debían tener un espesor de 5 centímetros y contar con un alto grado de terminaciones. Algunas de las empresas a las que contactamos, que son habituales de prefabricados, prefirieron restarse, principalmente, por el grosor de estos muros, ya que era muy probable que se pudiesen quebrar o partir durante su manipulación. Hubo una que podía fabricar el elemento, pero doblando su espesor. Ahí, apareció Baumax”, detalló.

Fabricación in situ versus proceso industrializado

prefabricados

Si bien en un comienzo, Baumax iba a estar a cargo de la fabricación de los paneles de revestimiento arquitectónico para la futura estación Lo Cruzat, el gerente técnico de la firma relató que durante la reunión en obra con la gente del consorcio EI-OSSA, fijaron su mirada en un tipo de muro que, si bien es de tabique -no lleva carga estructural- sí es el que forma los espacios interiores de la estación, como oficinas, instalaciones sanitarias y otros.

Si bien se analizaron aspectos como los costos y beneficios de incorporar estos elementos prefabricados, desde el consorcio IE-OSSA explican que lo primero fue que el departamento de ingeniería de Metro validara esta opción. “Al principio -relató Nakamura- hubo que presentar todo: el diseño, los cálculos, para mostrar que efectivamente cumplían con las características requeridas por Metro”.

Dadas las características de estos elementos, su incorporación a la obra fue menos compleja. “Al ser muros no estructurales -explicó Nakamura- deben cumplir con características mínimas, además, está todo el grado de terminación de estos tabiques que debe cumplirse, pero finalmente los aprobaron y nos embarcamos con ellos”.

Montando los muros tabique Baumax en las obras

Una vez aprobada la incorporación de los muros tabiques, comenzaron las primeras labores antes de trasladarlos al sitio de la obra y montarlos. Uno de esos primeros movimientos fue que la gente del consorcio EI-OSSA conociera la planta de Baumax y viera en terreno la fabricación tanto de los paneles arquitectónicos como de los muros tabique.

“Resultó evidente, después de conocer las instalaciones de Baumax y ver en terreno el nivel de los tabiques que ya tenían fabricados, que estos elementos calzaban perfecto para nuestro proyecto”, destacó el administrador de contratos del consorcio.

Para Baumax, la complejidad de fabricar estos muros radicó en tres elementos. “Uno, estos muros tenemos que trasladarlos de forma horizontal y una vez que llegan a la obra, los damos vuelta. Entonces, los levantamos con una grúa chica y luego la grúa de la obra los toma. Esa es una gran ventaja de las obras de Metro: las grúas que ocupan en sus obras tienen capacidades de 15 toneladas en punta, entonces, nuestros muros, que pesan 4 toneladas, no representan problemas”, explicó Sebastián Lüders.

En ese sentido, el gerente técnico de Baumax agregó que eso les permitió cumplir con los requerimientos de altura planteados por el proyecto. Asimismo, gracias a la capacidad de las grúas en obra, se pudieron los muros tabiques sin problemas y dejarlos en posición vertical, para su posterior montaje.

Además, en estos muros se añadieron unos buzones de llenado para verter el hormigón a media altura, los que, una vez hormigonados, “se tapan y luego se vierte desde la parte superior del muro. En ese aspecto, la gente de la obra hizo un gran trabajo con las mangas de hormigonado, que quedan dentro del buzón y no pierden material, todo en un proceso muy ordenado. Quedamos gratamente impresionados con esto”, destacó Lüders.

Otro aspecto que destacan desde Baumax es que todos los muros tabiques aportados fueron todos distintos entre sí. En ese sentido, dijo el gerente técnico, si bien el muro tabique fabricado en obra lleva doble malla y barras perimetrales.

Una vez aprobados los muros de Baumax -y con el conocimiento de que no existían diferencias entre un muro prefabricado o uno in situ- lo siguiente fue comenzar la fabricación en planta de estos nuevos elementos que se agregarían a la estación Lo Cruzat.

El hecho de que estos muros tabique fuesen utilizados para dividir salas de oficina, baños, comedores u otros espacios comunes dentro de la estación, significó que Baumax tuvo que hacer todos los elementos distintos, un desafío para efectos de industrializar -mediante la repetición de un elemento- los muros tabique de la estación Lo Cruzat.

Además, al trabajar juntas las áreas de ingeniería de EI-OSSA con la Baumax, se logró que los muros tabiques viniesen desde fábrica con las ubicaciones determinadas para las instalaciones eléctricas y sanitarias.

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