El futuro del reciclaje pasa por usar IA y robots para clasificar residuos plásticos o basura electrónica en las plantas de procesamiento.

Fuente: I’MNOVATION

Si te preguntasen por la cantidad de plásticos que existen quizá te vendrían a la cabeza dos o tres, pero lo cierto es que existe media docena de tipos con sus respectivas subclasificaciones. De hecho, los plásticos son uno de los residuos de reciclaje más problemático. Cuestiones como el tamaño, el tipo de material o las impurezas afectan drásticamente a la eficacia del reciclaje. Y ahí entra en juego la separación y clasificación en las plantas de procesamiento. Por suerte, nuevos avances científicos y tecnológicos están impulsando un reciclaje innovador  y acercándonos un poco más a la economía circular del residuo cero.

Robots con criterio para seleccionar residuos

Los porcentajes de reciclaje de plástico varían sustancialmente en función del país. Por ejemplo, en Europa se recicla un 40 % de los plásticos de envoltorios y el objetivo es llegar al 50 % a mediados de esta década.

A su vez, dentro de esas cifras, hay plásticos con un porcentaje aún menor como son las bolsas y plásticos blandos. En ese caso la cifra puede bajar hasta el 9-10 % tal como sucede en Australia. No es de extrañar que este país está experimentando con un innovador reciclaje por medio de robots capaces de seleccionar ese tipo de plásticos.

Los plásticos procedentes de envoltorios suelen quedar pegados o engancharse a las máquinas, lo que muchas veces obliga a procesos de selección manuales. Estos pueden ser lentos y poco seguros. Ahora los investigadores de la Universidad de Sídney se han embarcado en un nuevo proyecto que combinará robótica, inteligencia artificial y visión computarizada.

Gracias a estas tecnologías, el robot será capaz de aprender a discernir los plásticos blandos y retirarlos de la cinta transportadora. El objetivo de este innovador reciclaje es convertir los plásticos blandos en materias primas como aceites de uso industrial.

Sin embargo, el proyecto australiano no se queda en las plantas de procesamiento, sino que irá acompañado de una mejora en las prácticas de reciclaje en origen. Así, los usuarios también contribuirán a mejorar la eficiencia del reciclaje por medio de la utilización de bolsas de basura con códigos QR y una app para móviles.

Cuando el usuario llena la bolsa con un tipo de residuo concreto, como pueden ser cápsulas de café o bolsas de plástico, la escanea con el móvil y la etiqueta. Una vez que la bolsa llega a la planta, las máquinas detectan automáticamente el código y el residuo asociado.  

Un reciclaje innovador con inteligencia artificial

El robot de la Universidad de Sídney forma parte de una nueva generación de sistemas robóticos para optimizar el reciclaje. Muchos de ellos, como el desarrollado por el MIT, tienen niveles de sensibilidad para identificar la resistencia o el peso de un envase de plástico.

Por supuesto, también hay otros residuos como la basura electrónica que podrán beneficiarse de este tipo de tecnologías. Al menos si sale adelante un prometedor proyecto de la Universidad de Idaho en EE. UU.

En este caso, además de la tecnología robótica auxiliar, se han centrado en el desarrollo de un software que permitirá identificar los tipos de teléfono inteligente en una planta de reciclaje.

La idea consiste en cosechar los metales valiosos de los dispositivos reconociendo automáticamente el modelo y los componentes. Para ello se basarán en una base de datos con imágenes 2D y 3D de los teléfonos. Una vez que se hayan identificado, se podrán desmantelar automáticamente.

Se trata de tecnología punta utilizada en muy pocas plantas. El fabricante del iPhone es unas de las pocas compañías que están empleando estos robots inteligentes, pero cuenta con la ventaja de un catálogo reducido de dispositivos. El trabajo de los investigadores de la Universidad de Idaho, en cambio, permitiría procesar centenares de marcas y modelos. En última instancia, se podría mejorar el porcentaje de este tipo de reciclaje entre un 10 y un 15 %.   

Otras empresas también están aplicando la IA a la selección de residuos en la industria de la construcción. Es el caso de una empresa danesa que a lo largo del verano de 2022 inaugurará su primera planta completamente robótica y autónoma para procesar residuos de construcción. El robot podrá levantar hasta cuatro mil piezas de treinta kilogramos por hora, algo que obviamente escapa a las capacidades de un ser humano.

El reciclaje del futuro

El futuro del reciclaje viene definido por un cambio de filosofía, en el que los residuos pasan a considerarse un recurso en lugar de un mal menor. Y todo ello complementado por la reducción en el consumo y la reutilización de los productos y materiales. Es decir, las tres erres de la economía circular. Bajo este paraguas, comienzan a proliferar materiales avanzados como los bioplásticos degradables o nuevos materiales de construcción como el hormigón regenerativo con una mayor vida útil.

Sin embargo, los materiales existentes en la actualidad también se beneficiarán de nuevas técnicas de reciclaje. Un ejemplo sería el reciclaje químico que, utilizando energía renovable, podrá procesar cualquier tipo de plástico con independencia de su procedencia. Esta técnica, en lugar de triturar y fundir el plástico, lo descompone en aceites esenciales. Así, los materiales plásticos se podrían reciclar de manera infinita.

Se trata de plantas muy experimentales. Por supuesto, con independencia de estos sistemas de reciclaje innovadores, el mejor plástico seguirá siendo el que no se usa.

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