Los esfuerzos globales, materializados en el Tratado de Montreal, han logrado la eliminación progresiva de cerca del 99 % de las sustancias prohibidas que agotan la capa de ozono.
Fuente: Sostenibilidad
La capa de ozono se recupera. Un nuevo informe sugiere que, si continuamos en la dirección actual, podríamos estar celebrando la recuperación completa de la capa de ozono en las próximas cuatro décadas. Analizamos las causas que abrieron el agujero, los esfuerzos para revertir este daño y el impacto que estos esfuerzos han tenido en el clima.
Tras cinco décadas de esfuerzos, la capa de ozono se recupera
Fue en la década de los 70 cuando nos llegó la noticia: estábamos perforando el paraguas que nos protegía de los rayos ultravioleta del sol. Los aerosoles estaban abriendo un agujero en la capa de ozono y la radiación empezaba a afectar a la salud de las personas y al medio ambiente.
En el año 2 000 la concentración de ozono alcanzó su mínimo histórico. Pero desde entonces, los esfuerzos globales por cerrar el agujero han tenido resultados.
Las últimas noticias confirman que en 4 décadas podríamos celebrar, al fin, la recuperación de la capa de ozono.
Esta es la conclusión del informe de evaluación cuadrienal del Grupo de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal. Según los expertos, si se mantienen las políticas actuales, se espera que la capa de ozono recupere los valores de antes de la conformación del agujero de ozono aproximadamente en 2066 en la Antártida, en 2045 en el Ártico y en 2040 en el resto del mundo.
El fin de las sustancias que agotan la capa de Ozono
El principal causante del agujero de la capa de ozono fue el creciente uso de los clorofluorocarbonos, conocidos popularmente como CFC, que provocan una mayor destrucción del ozono del que se forma, disminuyendo su concentración.
Se trata de sustancias químicas que se empleaban en objetos cotidianos como los electrodomésticos de refrigeración (neveras domésticas, aires acondicionados, congeladores industriales) y aerosoles (desodorantes y pintura en spray, insecticidas, lacas…).
El informe confirma que la eliminación progresiva de cerca del 99 % de las sustancias prohibidas que provocaron el agujero no solo ha logrado protegerla, sino que también ha contribuido a que se recupere la capa de ozono en la estratosfera superior y a que disminuya la exposición de las personas a la radiación ultravioleta (UV) nociva del sol.
Protocolo de Montreal: un plan para preservar la capa de ozono
“Nunca se destacará lo suficiente hasta qué punto el Protocolo de Montreal ha contribuido a la mitigación del cambio climático. En los últimos 35 años, el Protocolo se ha convertido en un verdadero defensor del medio ambiente”, señaló Meg Seki, secretaria ejecutiva de la Secretaría del Ozono del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El décimo informe del Grupo de Evaluación Científica demuestra el impacto que el tratado ya ha tenido en el clima. Sobre todo, por la enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, un acuerdo adicional alcanzado en 2016 que exige la reducción progresiva de la producción y la utilización de algunos hidrofluorocarbonos (HFC).
Los HFC no están directamente relacionados con el ozono, pero son potentes gases de efecto invernadero. Según el Grupo de Evaluación Científica, esta enmienda debería contribuir a evitar entre 0,3 y 0,5 °C de calentamiento global de aquí a 2100.
“Las medidas adoptadas en relación con el ozono sientan un precedente para la acción climática. El éxito obtenido gracias a la eliminación progresiva de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono nos muestra lo que puede y debe hacerse ―con carácter de urgencia― para abandonar los combustibles fósiles, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar, por lo tanto, el aumento de las temperaturas”, dijo el secretario general de la OMM, profesor Petteri Taalas.
“El éxito obtenido gracias a la eliminación progresiva de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono nos muestra lo que puede y debe hacerse ―con carácter de urgencia― para abandonar los combustibles fósiles”
La capa de ozono se recupera tras un camino largo y desafiante, pero también lleno de logros significativos. El Protocolo de Montreal y la Enmienda de Kigali han desempeñado un papel crucial en este proceso, no solo protegiendo la capa de ozono, sino también contribuyendo a la mitigación del cambio climático.
Este éxito nos muestra lo que los esfuerzos globales pueden hacer para abordar otros desafíos medioambientales urgentes. Si continuamos en este camino, podríamos estar celebrando la recuperación completa de la capa de ozono en las próximas cuatro décadas.