La intensificación de la construcción en el sector y el aumento del consumo de materias primas incrementan la producción de escombros; un especialista destaca que las tecnologías pueden mitigar el problema.

Fuente: CLA

El año pasado, el PIB del sector de la construcción aumentó un 6,9% y, según estimativas del Instituto Brasileño de Economía (Ibre) de la FGV, el rubro moverá alrededor de R$ 207,4 mil millones en 2022, un aumento del 2,5% en comparación con 2021.

Con la gran demanda de consumo de materias primas, se ha dejado de lado el correcto descarte, afectando directamente al ecosistema.

El descarte irregular de estos residuos genera impactos negativos no sólo para la sociedad, sino para el medio ambiente como un todo, provocando la obstrucción de carreteras, comprometiendo la calidad del medio ambiente y del paisaje local, azolvando arroyos y ríos, además de causar mayores costos de limpieza.

La eliminación irregular de materiales en la construcción civil aumenta y crea riesgos para el medio ambiente

Actualmente, con el avance de la tecnología, se han creado algunos medios para contener los daños causados por el desecho inadecuado de estos materiales, como el reciclaje, que promueve la renovación de estos elementos. “Las tecnologías de punta nos ayudan a mejorar las decisiones sostenibles y a perfeccionar los equipos utilizados en las construcciones. Estas prácticas equilibran los ambientes modernos en que vivimos con las necesidades ecológicas actuales”, afirma Tatiana Fasolari, vicepresidenta de Fast Engenharia, la mayor empresa especializada en sobrepisos de América Latina.

Según la Asociación Brasileña de Reciclaje de Residuos de Construcción Civil y Demolición (Abrecon), si se reciclaran todos los residuos generados por la construcción civil en el país en un solo día, se podrían construir 2.134 estadios del Maracaná.

Con la situación favorable para la industria de la construcción, el mayor obstáculo para avanzar hacia la sostenibilidad es la poca profesionalización y actualización en medio de las necesidades ambientales.

La falta de información también es un problema, ya que, según el ayuntamiento de São Paulo, cerca del 70% de los materiales procedentes de restos de obras de reforma, pequeñas construcciones y demoliciones son descartados por particulares, clasificados como “pequeños generadores”.

“Las grandes construcciones no son las mayores responsables del descarte irregular de materiales, por contradictorio que parezca. Las obras realizadas por las constructoras son objeto de rigurosas inspecciones por parte de los organismos públicos, que valoran la sostenibilidad”, señala Tatiana.

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