En estos días de verano de calor extremo en Europa, queremos recordar una singular vivienda unifamiliar ampliamente galardonada hace ya 15 años por si singular control de la luz y la temperatura mediante un inteligente juego de volúmenes, materiales y capas que garantizan el control climático, Wall House, diseñada por FAR Frohn & Rojas en Santiago de Chile.
Fuente: Arquitectura y Empresa
La casa, propiedad de una pareja de jubilados, se sitúa en un área suburbana que comunica el centro de la ciudad con los alrededores a lo largo de la Carretera Panamericana, ocupando un total de 230 m² construidos dentro de la generosa parcela de más de 5.000 m2, rodeada de altos setos y con la cordillera andina como telón de fondo.
La vivienda se concibe de interior a exterior, con una secuencia de volúmenes y capas que van definiendo los diferentes espacios, distribuidos en dos niveles. En el centro de ubica un sólido núcleo de hormigón que alberga el núcleo húmedo, con dos baños, totalmente revestido de mosaico de gres en su cara interior, dejando el hormigón desnudo al exterior.
Alrededor de este elemento, se disponen sendas estanterías estructurales de dos niveles, el superior en voladizo de hasta 5,20 m en las esquinas, construidas con paneles de madera contrachapada creando superficies opacas, entre las que se intercalan estanterías que configuran los espacios de almacenamiento, a la vez que van permitiendo el paso de la luz en puntos estratégicos en función del espacio al que sirven y de la orientación de la fachada.
En torno a estos estantes estructurales se ubican los principales espacios de la vivienda, tanto la cocina y el salón comedor como la habitación principal y la de invitados, que ocupan la planta baja.
El nivel superior, al que se accede por una ligera escalera metálica de caracol, se encuentra el área de trabajo, un estudio que apoya en la zona central, creando zonas parciales a doble altura en las estancias inferiores.
El conjunto de espacios de dos niveles queda envuelto en una primera piel de envolvente, compuesta por una estructura diamantada de paneles de policarbonato traslúcido de alto aislamiento, sujeto a una ligera subestructura metálica.
Esta piel proporciona una iluminación natural difusa a todos los espacios interiores, a la vez que filtra la radiación solar, minimizando la ganancia energética de la vivienda.
En planta baja, los espacios principales disponen a su vez de amplias ventanas de vidrio correderas, que difuminan los límites entre el espacio interior y exterior.
Por último, una segunda capa de piel envuelve a la primera, constituida en este caso por una tela ligera tensada sobre una subestructura metálica independiente que, a modo de tienda de campaña, crea una barrera protectora capaz de filtrar hasta un 70% de energía solar, ejerciendo a su vez de un filtro protector contra los mosquitos e insectos presentes habitualmente en la época estival.
Imágenes de Cristóbal Palma