El último informe de la Agencia Internacional de Energía de 2023 estima que, para alcanzar los objetivos internacionales, como el Acuerdo de París, la demanda mundial de cobre podría crecer 2,7 veces a 2040. En tanto, las energías limpias aportarían casi el 50% del suministro eléctrico mundial en 2030.
Fuente: Comunicado de Prensa
El sector minero, y la industria minera en Chile en particular es clave para hacer frente al cambio climático. Nuestro país, es el principal productor de cobre y de otros minerales necesarios para la transformación de la matriz energética a energías renovables, permitiendo así que paulatinamente el mundo vaya dejando atrás los combustibles fósiles.
En esta semana, donde se celebra el día internacional de las energías limpias, se hace fundamental abordar cómo la minería es clave para enfrentar el cambio climático.
Para Gabriela Novoa, directora de Relaciones Estratégicas del AMTC de la U. de Chile y adherente de Compromiso Minero, “todas las tecnologías que están asociadas a energías renovables utilizan minerales. La industria minera del país es pionera no solamente en tener los minerales estratégicos que necesita hoy el mundo, sino también lo es en el uso y desarrollo de estas tecnologías”. Y agrega que, “actualmente la industria minera está muy comprometida, no solamente las empresas, sino todo el ecosistema, sea gremios, proveedores, las universidades y otros”.
Para tener presente, un vehículo eléctrico necesita seis veces más de cobre que uno convencional. Una instalación de aerogeneradores eólicos, nueve veces más que una central de gas, con una capacidad de generación equivalente. Serán tales los requerimientos de minerales que según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE) de 2023, para alcanzar los acuerdos internacionales vistos en la COP de París de limitar el calentamiento global a 1,5°, sólo la demanda de cobre deberá aumentar al 2040 en 2,7 veces la producción actual. Ante este escenario, para satisfacer la transición energética, la minería debiera aumentar su capacidad extractiva y de procesamiento de estos minerales.
Por su parte Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero señala que “estamos en un momento propicio para profundizar lazos y trabajar en conjunto hacia la transición energética, fortaleciendo el desarrollo de minerales críticos, como el cobre, litio, cobalto y níquel. En Chile tenemos una minería de clase mundial, con las reservas de cobre y litio más grandes del mundo, pero sobre todo con un conocimiento y experiencia desarrollado a lo largo de los años que nos ubican en una posición privilegiada. El diagnóstico es claro y transversal: Chile debería tener más minería. Desde el sector minero hay una mirada optimista hacia el futuro, confiamos en que las autoridades puedan tomar este desafío estratégico para hacer frente al cambio climático”.
Avances desde la industria en incorporación de energías renovables
Por otro lado, el sector minero también está haciendo lo suyo para avanzar en el desafío de hacer frente al cambio climático. Es así como, un 68% de la energía eléctrica que utiliza la minería corresponde a energía que viene de fuentes renovables, y ese porcentaje seguirá aumentando de acuerdo con las metas y acuerdos mundiales. Incluso, algunas empresas mineras ya han alcanzado un suministro compuesto en un 100% de energías limpias y existe el compromiso de que para 2030, el 90% del suministro eléctrico de la minería provenga solo de fuentes renovables.
Lo mismo ha ido pasando con los proveedores, Nicolás Cádiz, Marketing Manager, Endress+Hauser Chile -adherente de Compromiso Minero- afirma que desde “el mundo de los proveedores de la minería también nos hacemos cargo del cambio climático, de la mano de la innovación y la tecnología. Por ejemplo, sensorizando y midiendo las variables críticas para cumplir con las normativas medioambientales vigentes de emisión, a través de la extracción de recursos hídricos y monitoreo de calidad con la que el agua se devuelve; otra forma de innovar está relacionada con visualizar estas variables de forma remota, comunicando los datos hacia la nube o ecosistemas digitales, con esto la toma de decisiones y la manera de informar a las autoridades es prácticamente inmediata”.