El arquitecto español y referente en el tema, Germán Velázquez, destaca también el aporte que hacen estas construcciones en mejorar la calidad de aire interior de las viviendas.

Fuente: Pauta

El passivhaus es un estándar para viviendas con consumo energético casi nulo que se consigue mediante un proceso de diseño y construcción específicos. Un estándar que nació en Alemania a principios de los años noventa y que debido a su relación amigable con el medioambiente y reducción de costos a largo plazo en materia de calefacción y aire acondicionado, ha ido tomando fuerza en el resto de Europa, América del Norte y China.

Especialista en passivhaus es el arquitecto español Germán Velázquez, fundador de la oficina VArquitectos, con base en España, y quien esta semana expuso sobre el tema en el IV Encuentro Nacional de Suministros (ENASUM), organizado online por los comités de Especialidades, Industriales y Proveedores de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).

“Una vivienda pasiva es esencialmente igual a cualquier otra vivienda, pero para conseguir que tenga un consumo energético mínimo tenemos que trabajar cinco principios: mejoras en el aislamiento, que no significa aislar más, sino lo que necesitemos; tratar de reducir los puentes térmicos, que están relacionados con el punto anterior; trabajar las carpinterías y los vidrios; y dos conceptos que tienen que ir ligados, que son la alta hermeticidad al aire y la ventilación con recuperación de calor. Así podemos reducir la demanda de calefacción o de frío entre un 75% y 90% frente a una vivienda convencional”, explicó el arquitecto.

viviendas

Velázquez, cuya oficina está detrás de la Torre Bolueta, de Bilbao –un rascacielos de 361 viviendas sociales– dijo que las passivhaus permiten también que sus habitantes tengan una mejor calidad de aire, asunto especialmente relevante en ciudades contaminadas. “Construir de manera eficiente va a ayudar a mejorar la calidad del aire de dos maneras determinantes. En primer lugar, reduciendo la demanda. Una menor demanda permite que con muy poco que aportemos, incluso nada, tengamos un confort adecuado (en temperatura). Trabajando la demanda también influimos en las emisiones. Además, son viviendas en las que se garantiza la calidad interior del aire, ya que tienen ventilación con recuperación de calor, y ese aire está filtrado. Si estamos en una ciudad con una calidad del aire mala, el aire que entra a la casa podrá ser filtrado. Podemos instalar filtros más o menos restrictivos. La calidad del aire será mejor dentro de una vivienda pasiva que en el exterior”.

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