En busca de materiales de construcción sostenibles, los arquitectos han recurrido a esta fuente, que se califica como ‘inusual’.

Fuente: Portafolio

Rodeada de campos verdísimos en una granja en Cambridgeshire, en el este de Inglaterra, Flat House parece un típico granero convertido en casa.

“Las paredes me recuerdan a las casitas de heno que solía hacer de niño”, dice la dueña de la casa, Gemma Barron.

“Tiene una excelente calidad acústica. Y el año pasado apagamos la calefacción durante 24 horas en pleno invierno y la casa se mantuvo cálida”.

Pero lo que hace inusual a esta cómoda casa, no es su luminosidad y buena ventilación, sino el material que se utilizó para construirla: cáñamo, una clase botánica de Cannabis sativa que suele cultivarse para uso industrial o medicinal.

Si bien la planta suele asociarse más frecuentemente a la sustancia psicoactiva que se produce a partir de ella, el cáñamo se está convirtiendo rápidamente en un material de construcción sostenible cada vez más codiciado.

Las ventajas que tienen las casas construidas con cannabis
Foto de Ryan Lange en Unsplash

Es un recurso renovable y con sorprendentes propiedades para absorber carbono.

Cuando se usa en la construcción, generalmente toma la forma de hempcreteu hormigón de cáñamo (cannabis sativa), un material resistente que se obtiene mezclando cañamo (el núcleo leñoso de la planta) con una mezcla hecha con agua y cal.

El hempcrete tiene una masa térmica alta, lo que lo hace un material de aislamiento ideal para mejorar la eficiencia energética de los edificios, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero con el tiempo.

También continúa absorbiendo carbono a lo largo de su vida útil.

Los materiales de construcción sostenibles tienen cada vez más demanda mientras la industria busca reducir progresivamente las emisiones de carbono.

La construcción y los edificios son responsables de aproximadamente el 37% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía y sus procesos.

Esto se debe a la gran dependencia de la industria de los combustibles fósiles, incluidos los materiales con alto contenido de carbono, como el hormigón, el acero y el vidrio, así como los gases de efecto invernadero emitidos al calentar y enfriar esos edificios.

Con sus cualidades para absorber carbono, el cáñamo podría ayudar a los países a alcanzar sus objetivos de “cero emisiones netas” al hacer que la construcción sea más sostenible.

“Optimizar la forma en que diseñamos, construimos y renovamos nuestros edificios puede ser fundamental en nuestro desempeño para reducir las emisiones, dice Yetunde Abdu, director de acción climática en el Green Building Council de Reino Unido.

“Una parte importante de la solución consiste en explorar el uso de alternativas naturales bajas en carbono a los materiales de construcción vitales, como el cáñamo o la madera”.

Según la Comisión Europea, una hectárea de cáñamo absorbe entre nueve y 15 toneladas de CO2, y solo tarda cinco meses en crecer, lo que significa que es mejor que la silvicultura comercial para capturar carbono.

Además, hay reportes de que la producción de cáñamo ayuda a regenerar la tierra y eliminar los metales pesados del suelo.

Pero debemos superar una gran cantidad de desafíos antes de que el cáñamo pueda dejar su huella en la industria de la construcción.

Estos desafíos incluyen cambios en la regulación gubernamental, la certificación técnica, la financiación y la infraestructura necesarias para aumentar la producción industrial de cáñamo, optimizar las cadenas de suministro y hacer que su uso sea más asequible.

Hoy en día, el cannabis en forma de cáñamo es utilizado principalmente por arquitectos con mentalidad ecológica y presupuestos cómodos en Europa y América del Norte, principalmente debido a regulaciones que controlan la producción de cáñamo en evolución en estas regiones.

Vale la pena señalar que la versión industrial de la planta no contiene los agentes psicoactivos que tiene el cannabis regular.

El concreto de cáñamo no funciona como el hormigón; no se puede utilizar estructuralmente y, por lo tanto, debe combinarse con materiales de carga como madera o piedra.

Pero como aislamiento, ofrece una opción menos intensiva en carbono que los materiales basados ​​en productos petroquímicos, como la fibra de vidrio y el tablero de espuma.

El concreto de cáñamo “lo hace todo”, según asegura Summer Islam, cofundadora de Material Cultures, el centro de investigación y diseño con sede en Londres que construyó Flat House en 2020.

“Su alta masa térmica significa que se calienta y libera calor lentamente, regulando la temperatura interior durante el día”, afirma, antes de agregar que también es un material higroscópico, por lo que absorbe y libera humedad, lo que lo hace ideal para regular el moho en los edificios.

El cannabis utilizado para la construcción de Flat House fue cultivado en los terrenos circundantes de Margent Farm, una granja de cáñamo en el condado de Cambridgeshire, al norte de Londres.

El proyecto representa lo que Material Cultures llama la “ecología circular”, un enfoque de la construcción en el que los edificios emergen del paisaje y pueden reintegrarse de forma natural en él.

El concreto cáñamo fue utilizado en forma de panel prefabricado para crear las paredes de la casa, colocadas alrededor de una estructura de madera.

Dentro de la casa, los materiales se dejan expuestos, y la apariencia del cáñamo es similar a la de un bulto de heno.

Una desventaja del cáñamo es que se deteriora cuando se deja expuesto a la lluvia, por lo que la empresa Material Cultures tuvo que encontrar una solución para el exterior de Flat House, sin dejar de aprovechar todo el potencial de la planta.

En lugar de la fibra de cáñamo, recurrieron a utilizar el exterior fibroso de la planta, conocido como fibras de líber, que ya se utilizan a escala industrial para reemplazar la fibra de vidrio en la ingeniería aeroespacial y de automóviles.

Material Cultures comprimió térmicamente las fibras de cáñamo con una resina natural a base de azúcar para crear paneles de revestimiento resistentes a la lluvia que cubren la casa.

La granja continúa produciendo dichos paneles, atrayendo el interés de otros arquitectos que desean utilizar el material.

Material Cultures planea continuar usando cáñamo en el nuevo proyecto Phoenix en Lewes, un pueblo al sur de Londres.

Es un proyecto sostenible concebido como un vecindario de 700 casas en el que se utilizará cáñamo junto con madera de origen local en la mayoría de los edificios.

El hormigón de cáñamo no es un invento nuevo; se ha utilizado en la construcción durante miles de años. Sin embargo, en el siglo pasado surgieron materiales de construcción más modernos y se criminalizó el cultivo de cáñamo debido a su asociación con el uso recreativo del cannabis.

En Francia, sin embargo, el cultivo de cáñamo nunca fue prohibido, lo que contribuyó a que el país se convirtiera en uno de los líderes mundiales en el cáñamo industrial.

Tras el renacimiento del cáñamo a fines del siglo XX, se han construido varios proyectos que utilizan este material a lo largo de ese país.

En 2020, se completó en París un bloque de viviendas sociales de siete pisos en el que el cáñamo se utilizó como material de aislamiento principal, con un marco de madera.

El estudio de arquitectura detrás del proyecto, Barrault Pressacco, había usado cáñamo anteriormente, pero este fue su primer proyecto a gran escala con la utilización del material.

Su cofundador, Thibaut Barrault, dice que el cáñamo es “arquitectónicamente virtuoso” y alaba su rendimiento térmico, transpirabilidad, impacto en el bienestar humano, así como su virtud de absorber carbono.

“El cáñamo es genial, pero la cal es algo que se debe seguir cuestionando como un problema para la sustentabilidad”, explica. “La producción de cal requiere cocer piedras calizas a aproximadamente 1.000 °C, lo que emite carbono”.

Pressacco afirma que no existe una única solución para salvar el mundo, pero señala que por ahora el cáñamo sigue siendo una buena opción.

Su estudio de arquitectura está utilizando el material en un gran edificio residencial y comercial actualmente en construcción en París, pero también se encuentra estudiando si el cáñamo puede usarse en proyectos de renovación de edificios.

La renovación se ha convertido en una forma de mejorar la eficiencia energética de los edificios sin producir mucho carbono ni desperdicios tras demoler y reconstruir.

Hasta la fecha, el cáñamo se ha utilizado principalmente en pequeños proyectos residenciales, debido a problemas relacionados con las cadenas de suministro, restricciones de escala y los costos.

“En última instancia, su capacidad de fabricación en Reino Unido aún no está orientada a la producción a gran escala”, explica Islam.

“La maquinaria para ello es muy cara y no su distribución no está disponible en todo el país”.

Lo que se necesita, dice, es inversión: en negocios, infraestructura, habilidades y certificación de materiales.

Hasta que eso suceda, el cáñamo seguirá siendo un material costoso y escaso para trabajar, agravado por las altas primas de seguros debido a que se clasifica como “no estándar”.

Paloma Gormley, otra cofundadora de la empresa Material Cultures, argumenta que la “gran cantidad de inversión” de los fabricantes de materiales que producen alto contenido de carbono en las aprobaciones de sus productos les ha permitido dominar el mercado, tanto en términos de asequibilidad como de acreditación.

“Hay un proceso equivalente que debe ocurrir para materiales como el cáñamo”, prosigue.

La regulación legal, incluso simplemente para cultivar cáñamo, es otro gran obstáculo.

En EE.UU., por ejemplo, el cultivo de cáñamo industrial fue ilegal hasta 2018, debido a que la planta se consideraba una sustancia controlada.

El hormigón de cáñamo apenas fue aprobado por el código de construcción residencial en 2022; pero permanece prohibido para proyectos comerciales hasta al menos 2025.

En Sudáfrica, el cáñamo se designó como cultivo agrícola en 2021, lo que permitió que surgieran cultivos en el país.

La firma Wolf + Wolf Architects, con sede en Ciudad del Cabo, se ha hecho un nombre en la arquitectura con el uso de cáñamo en los últimos 15 años, pero hasta hace poco tenía que depender de las importaciones de la planta.

“Comencé a trabajar en mi primera casa de cáñamo en 2007”, asegura el fundador y director de la firma arquitectónica, Wolf, quien solo usa su apellido.

“Estaba fascinado por todos sus usos y pude ver el impacto positivo que podría tener en la descarbonización del entorno donde se construye con el material”.

Wolf + Wolf actualmente está completando un edificio de gran altura en Ciudad del Cabo utilizando cáñamo en forma de bloque prefabricado. Se cree que es el edificio más alto del mundo construido con este material.

La empresa de Worf también trabaja actualmente en cuatro casas de cáñamo y ha comenzado a diseñar otro gran edificio de cáñamo.

Wolf es optimista: “El interés en Sudáfrica por el cáñamo como material de construcción está creciendo exponencialmente. Es el comienzo de una industria completamente nueva en el país”.

Debido a la relajación de las regulaciones y la creciente comprensión de los innumerables beneficios del material, el uso de hormigón de cáñamo está en aumento, a pesar de estar concentrado principalmente en Europa y América del Norte.

Según la Comisión Europea, el área de tierra de la Unión Europea (UE) dedicada al cultivo de cáñamo industrial creció un 75% entre 2015 y 2019, siendo Francia responsable del 70% de la producción total.

Aunque otros países pueden tardar más en adoptar el cáñamo como producto agrícola y material de construcción, es posible que las cosas se aceleren pronto.

En noviembre de 2022, la ONU publicó un informe que describe los beneficios del cáñamo industrial.

Asimismo, advirtió que para explotar completamente el potencial del cáñamo, los países necesitarían aclarar el estado legal de la planta, enfrentar las restricciones de los marcos regulatorios y cooperar regionalmente para facilitar el establecimiento de cadenas de producción.

Material Cultures cree que la adopción de materiales de construcción sostenibles como el cáñamo podría formar parte de un cambio hacia un enfoque de construcción en el que se utilicen recursos naturales de origen local.

Aunque lo que el medioambiente realmente necesita es una reducción drástica en la construcción, lo importante es que cuando construyas, “lo hagas de manera eficiente en el uso de los recursos, esbelta y considerada”, dice Islam.

Y como el crece rápido y absorbe carbono, parece un material ideal que debería aprovecharse.

Este artículo fue publicado en BBC Future, cuya versión original en inglés puedes leer aquí.

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