Evitar la corrosión es fundamental para garantizar la durabilidad de nuestras obras. Después de todo, este es un proceso de degradación de materiales, especialmente de metales, que puede tener un impacto significativo en la integridad de las estructuras que construimos.

Fuente: Ekos

La corrosión es un proceso natural de deterioro que afecta a los metales, en el cual éstos son gradualmente degradados por reacciones químicas con su entorno. Este fenómeno puede resultar en la formación de productos no deseados, como óxidos, que debilitan la estructura del metal afectado.

La corrosión es comúnmente acelerada por factores ambientales como la humedad, la exposición a sustancias químicas, la salinidad y otros elementos que interactúan con la superficie del metal, comprometiendo su integridad a lo largo del tiempo. La prevención de la corrosión es esencial en la industria y la construcción para mantener la durabilidad y la funcionalidad de las estructuras metálicas.

¿Cómo podemos prevenir la corrosión de la estructura de acero en nuestras obras?

La durabilidad de las estructuras de acero en nuestras obras depende de cómo enfrentamos y prevenimos la corrosión. Con factores como humedad y temperatura en juego, es esencial que adoptemos enfoques efectivos.

  1. Empecemos por una buena preparación del soporte
    La clave inicial reside en la preparación meticulosa del soporte metálico. Mediante técnicas como el chorreado abrasivo y el arenado de metales, eliminamos de manera exhaustiva óxidos y contaminantes, asegurando así una superficie limpia y receptiva. Dependiendo de la superficie, también podemos realizar el proceso con herramientas manuales o mecánicas para garantizar una preparación que maximice la adherencia de recubrimientos protectores.
  2. Elijamos un adecuado sistema anticorrosivo
    La selección de sistemas anticorrosivos apropiados desempeña un papel crucial en la prolongación de la vida útil de las estructuras. Optemos por sistemas certificados según la norma ISO 12944, adaptados a la durabilidad necesaria para la ubicación específica de la estructura. Consideremos cuidadosamente factores como la presencia o ausencia de imprimación, la base acuosa o de disolvente, y la inclusión de capas intermedias, ajustándose a las condiciones ambientales particulares de cada obra.
  3. Seamos conscientes del entorno al que estarán expuestas las estructuras
    La corrosión está directamente influenciada por el entorno que presenta. Por eso es importante que comprendamos los factores ambientales locales, desde la humedad hasta las variaciones de temperatura. A partir de este entendimiento, podremos implementar medidas preventivas específicas que se alineen con las condiciones del entorno. Esta conciencia ambiental nos permite personalizar estrategias para contrarrestar la corrosión de manera más efectiva.

Como maestros constructores, la prevención de la corrosión no es solo una práctica recomendada, es una responsabilidad. En la batalla contra este enemigo silencioso, la elección de técnicas y soluciones adecuadas define la calidad y la longevidad de sus creaciones.

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