Aparte de los accidentes y el vandalismo, el mero hecho de interactuar con monumentos o artefactos antiguos provoca su degradación. Es posible que conozcas libros preciosos que los investigadores deben manipular con guantes para no dañar las páginas, y la estatua de San Pedro del Vaticano es sólo un ejemplo de monumento desgastado por años de contacto humano. Sin embargo, la impresión 3D podría ofrecer una forma de proteger estas valiosas piezas del patrimonio sin negar al público la oportunidad de explorar y aprender de la historia. La tecnología puede proporcionar reconstrucciones, reproducciones y copias de piezas históricas existentes. Por ejemplo, una reproducción impresa en 3D de un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Fuente: 3DNatives
Actualmente se expone en China una reproducción impresa en 3D de una de las cuevas de las Grutas de Yungang. Las Grutas son un templo budista y un conjunto de cuevas inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Se excavaron en los siglos V-VI d.C. y comprenden en total 252 cuevas, 51.000 estatuas y una superficie excavada de 18.000 metros cuadrados. La Unesco no oculta su importancia; según ella, las cuevas «constituyen una obra maestra clásica de la primera cumbre del arte budista chino».
La reproducción de las cuevas: ¿Cómo y por qué?
La reproducción impresa en 3D tiene el mismo aspecto y escala que la cueva original. La copia mide 17,9 metros de alto por 13,6 de ancho, mientras que el Buda principal mide 9,93 metros. La construcción de esta cueva siguió el proceso común a todos los proyectos de impresión 3D. En primer lugar, los técnicos de 3D recopilaron unas 10.000 imágenes de la cueva y el Buda para construir un modelo digital. Por supuesto, no pudieron imprimir una construcción entera de una sola vez: el modelo se dividió en 842 partes que se imprimieron con varias impresoras 3D. Los investigadores no indicaron qué modelo o tipo de impresora 3D se utilizó, pero las imágenes finales sugieren que la cueva se imprimió en hormigón, lo que implica impresión 3D FDM. Las fases de instalación y coloreado tardaron tres meses en completarse.
Esta reproducción tiene ventajas evidentes tanto para el mundo académico como para el público: las reconstrucciones permiten a los ciudadanos experimentar las cuevas de forma tangible sin riesgo de dañar o degradar el valioso arte histórico. También permite documentar digital y permanentemente las propias cuevas, en beneficio de la conservación histórica. De hecho, no es la primera vez que se emplea la impresión 3D con este fin.
Uno de los proyectos más conocidos que combina las tecnologías 3D con la conservación es Scan The World, que produce escaneados 3D de monumentos preciosos para su conservación. En octubre del año pasado, la organización pidió que se escanearan las estatuas de la Isla de Pascua (los moai) después de que un incendio dañara muchas estatuas de la colección.